El otro día veíamos en el primer artículo de esta serie una introducción al respiracionismo a través de las teorías que sostienen que es posible vivir de la luz. Hablamos fugazmente de Jasmuheen, la gurú australiana del respiracionismo y del indio Prahlad Jani, que afirma llevar casi 80 años sin comer ni beber nada. También hablamos brevemente de la película Vivir de la Luz, del director austriaco Peter Arthur Straubinger, que también afirma haber estado 10 años sin ingerir alimentos. Bueno, pues estos son sólo 3 ejemplos de personas que han construido un negocio a partir del respiracionismo, que es la supuesta capacidad de alimentarse de aire. Como concluí en el artículo anterior, es absolutamente imposible alimentarse y vivir de luz y el respiracionismo y la inedia son simples estafas diseñadas para sacar el dinero a los pobres incrédulos que caigan en la trampa, incluso si para ello estos charlatanes ponen en peligro las vidas de estas personas. Veamos como lo hacen.
Pero el negocio de Jasmuheen no se ciñe únicamente a la venta de sus libros. Ella ofrece también campamentos de «adaptación» al respiracionismo, de 21 días de duración, con un coste estimado de 12.000€ por persona, en el que previamente se firma un documento por el cual se si abandona en mitad del proceso se pierde la inversión, y sospecho que el índice de abandonos debe ser del 100%, pues como dije y mantengo, es absolutamente imposible vivir de la luz y dejar de ingerir alimentos y bebidas. Atender a uno de sus seminarios de día cuesta unos 2.000 dólares.
El programa de investigación 60 minutos se puso en contacto con Jasmuheen para llevar a cabo una investigación rigurosa sobre su supuesta capacidad de alimentarse del aire y la luz. Ambas partes acordaron que -bajo estricta supervisión médica- se vigilase a Jasmuheen durante días para atestiguar si lo que promulgaba era posible. Para ello, se habilitó una habitación de hotel con un equipo de grabación continua y supervisión médica a tiempo real. Tras solo 48 horas, el médico pidió concluir el experimento pues Jasmuheen tenía síntomas de deshidratación aguda, estrés y alta presión arterial, pero ella dijo que todo esto se debía a que la habitación del hotel donde estaba recluída y monitorizada estaba en una zona muy ruidosa y contaminada, y por ello le estaba resultando imposible alimentarse del aire y la luz. Pues bien, el equipo del programa ya había anticipado esta excusa y tenía un segundo equipo de seguimiento y control médico preparado en un paraje de montaña de absoluta calma, belleza y tranquilidad, y trasladaron allí a Jasmuheen para que pudiese «alimentarse» de inmediato. Al tercer día y ya en las montañas, sus pupilas comenzaron a dilatarse, comenzó a dar muestras de una obvia dificultad para hablar y se comprobó que había perdido más de 6 kg de peso, principalmente líquido. Al cuarto día sus pulsaciones se doblaron y su grado de deshidratación superó el 11%, por lo que un fallo renal se cernía como una posibilidad inmediata y el médico interrumpió el experimento. Los miembros del programa atestiguaron, además, que su casa, en la que se produjeron las entrevistas previas al experimento, estaba plagada de comida y bebidas, incluso comida basura, pero ella alegó que eran alimentos para su marido, que no practica la inedia.
Jasmuheen afirma que en la transición al respiracionismo las hebras de ADN se multiplican por seis, pasando de 2 a 12, lo que le permite procesar hidrógeno del aire. Se le ofrecieron 30.000 dólares para someterla a un análisis de sangre y comprobar este extremo, pero se negó, argumentando que no se puede ver la energía espiritual bajo la luz de un microscopio. En el año 2005, James Randi le ofreció 1 millón de dólares a través de su fundación para someterse a pruebas que demostrasen sus teorías, pero declinó la oferta. Si no sabes quien es James Randi y te interesa como la ciencia se impone a la pseudociencia como el respiracionismo, te sugiero su biografía o al menos su página de Wikipedia.
Por su parte, el negocio del indio Prahlad Jani, conocido como Mataji, consiste en obtener fondos para la investigación de su caso clínico a través del hospital Sterling de Ahmedabad (India) capitaneado por un médico neurólogo llamado Sudish Shah. En este caso, el Dr. Shah ha conseguido una cantidad astronómica de dinero con financiación aportada principalmente de distintos ejércitos extranjeros muy interesados en como conseguir que sus soldados puedan sobrevivir sin comida ni bebida. Aunque se han realizado diversos estudios sobre el caso de Prahlad, todos se han llevado a cabo en el citado hospital, y ha habido momentos en que el gurú Indio ha ido al baño o a tomar baños de sol en los que el control no ha sido todo lo riguroso que se esperaba, pues en numerosas ocasiones el tiempo que tardaba en pasar del campo de visión de una cámara de video a la siguiente era muy largo y se desconoce lo que había en esas zonas sin cobertura de video, amén de que recibió visitas y se desconoce que pudieron darle los visitantes en esas zonas sin cobertura de video. Médicos de Harvard analizaron los resultados de los estudios y concluyeron que estos no eran rigurosos y por tanto los resultados poco creíbles. En 2003, el neurocirujano acudió a la NASA en busca de nuevos fondos para continuar su investigación, bajo el pretexto de que los descubrimientos serían de vital importancia en futuras misiones espaciales.
Otro de los expertos en respiracionismo, Hira Ratan Manek fue cazado comiendo en un restaurante durante la grabación de un documental sobre la Alimentación Solar. Además, su mujer, Vimla Hirachand, admitió durante una entrevista que el gurú no se alimentaba únicamente del sol, sino que consumía café, té, suero de leche y «otros líquidos». Para los que han leído mi libro Adelgazar sin Milagros, no hace falta que explique que el suero de leche es una de las proteínas de la leche junto al caseinato, así que decir que uno «bebe» suero de leche equivale lógicamente a comer proteínas, o sea, a alimentarse. Este señor, de más de 60 años de edad, afirma que ha convertido su cuerpo -a través del proceso de 21 días de iniciación que cuesta una grotesca suma de dinero- en una célula fotovoltaica capaz de convertir los rayos solares en energía nutricional.
El caso más absurdo sin embargo proviene de Estados Unidos, donde un tal Wiley Brooks capitanea el Instituto Respiracionista de América y durante los últimos 30 años ha insistido en que no necesitamos alimentos, agua o descansar durmiendo. Se define a sí mismo como profesor espiritual, viajante inter-dimensional y fundador del mencionado instituto. Este señor sostiene que si los alimentos fuesen necesarios nuestro cuerpo no trataría a toda costa de deshacerse de ellos a través de la orina y la defecación, lo que nos da una idea de sus conocimientos acerca del metabolismo humano. También dice que durante milenios el ser humano se ha alimentado de aire y que muchos yogis como el anteriormente mencionado Prahlad Jani y una gran cantidad de seguidores suyos siguen haciéndolo. Brooks comenzó cobrando 500 dólares por asistir a sus ponencias y fue incrementado paulatinamente esta cifra hasta los 10.000 dólares. Ahora propone hacerlos más personales por 100.000 dólares por asistente. Desafortunadamente, como sus webs siguen activas y compruebo que ha recibido aproximadamente un cuarto de millón de visitas, debo suponer que hay personas que pagan estas desorbitadas cantidades para que un cantamañanas como este le llene la cabeza de pajaritos. Me niego a poner aquí el enlace, pero si alguien lo busca le bastarán dos minutos de lectura en su web para entender que se trata de un engaño grotesco.
Para concluir esta serie de dos artículos dedicados a la teoría de que es posible Vivir de Luz, llámese Inedia, Respiracionismo o de cualquier otro modo, quiero recordar algunas nociones básicas de fisiología animal y evidentemente humana. El orificio grande que tenemos debajo de la nariz, además de para decir estupideces, sirve para ingerir, masticar y salivar alimentos que llegan a través de una estructurada serie de cañerías al estómago, un órgano cuya misión principal es descomponer los alimentos que ingerimos en nutrientes, que a su vez son utilizados por el cuerpo para infinidad de funciones, tanto energéticas como estructurales, y tenemos una serie de órganos internos que completan el trabajo que comienza en la boca con la salivación y acaba con la excreción de los deshechos. Si realmente pudiésemos alimentarnos de aire, luz o «prana», no necesitaríamos todos esos órganos y desde luego no habría ni hambre en el mundo ni los problemas derivados de las enfermedades relacionadas con la alimentación, que son el azote de nuestra actual sociedad. Aunque la idea suena muy bonita, en este caso se confirma el tópico que reza «demasiado bonito para ser cierto». Si quieres disfrutar de buena salud la solución no es dejar de comer, sino alimentarte correctamente. Si te sobran 500, 1.000, 10.000 o incluso 100.000 euros o dólares, antes de regalárselos a estos, piensa en las personas que no comen porque realmente no tienen nada que comer e inviértelos de un modo más productivo. Estos y otros como ellos son unos simples granujillas de medio pelo que se aprovechan de la ilusión y la ignorancia del prójimo.