Cuando me preguntan al respecto de los vegetales que son adecuados en las dietas de adelgazamiento o control de peso, suelo empezar con algunos consejos básicos: mejor los que crecen hacia arriba que los que crecen hacia abajo; mejor los de hoja verde que los que no tienen hoja; mejor la parte verde de la hoja que los troncos y mejor las verduras fibrosas que las grasas. En general, son pequeñas reglas sencillas de recordar y casi todos los vegetales que encajan en esa clasificación fácil de memorizar son bastante adecuados si sigues una dieta de adelgazamiento. Ahora bien, algunos no encajan en esas descripciones y sin embargo son interesantes, como por ejemplo la coliflor, de la que quiero hablar hoy.
La coliflor común es blanca, no verde, no tiene demasiada fibra, tiene muchos tallos que soportan los brotes y sus hojas no se suelen comer. Visto así, prácticamente contradice todo lo que recomiendo en el párrafo anterior, y, sin embargo, la realidad es que se trata de un vegetal más que adecuado como acompañamiento de platos que, eso sí, tengan una buena fuente de proteínas y grasas de calidad, porque en lo que respecta a macronutrientes, la coliflor prácticamente no tiene, y eso es una ventaja en este caso porque apenas tiene un impacto en la energía que consumimos. Cien gramos de coliflor aportan unas 25 calorías y un par de gramos de carbohidratos mal contados. En realidad, el 90% de la coliflor es agua de ahí que su impacto en la dieta sea prácticamente nulo y se pueda usar con frecuencia.
Precisamente con la versión natural, un huevo, cien gramos de queso rallado y un puñado de orégano hice una «masa de pizza» bastante natural, prácticamente libre al 100% de carbohidratos, sin azúcares añadidos como es lógico, e incluso sin gluten, y preparé una pizza que compartí con mis hijos a ver si colaba por casualidad y no se quejaban. Naturalmente, notaron que no se trataba de una masa de pizza normal, ni siquiera una de las que les preparo sin carbohidratos usando este mix, pero lo cierto es que se lo comieron sin rechistar y les gustó, aunque es cierto que no les dije que se trataba de coliflor sino de una mezcla de huevo y queso, para que no tuvieran prejuicios a la hora de comérsela. En breve colgaré la receta, aunque adelanto que es realmente sencilla.
Aprovechando la facilidad que ofrece el poder comprar la coliflor ya cortada y precocinada, en las próximas semanas voy a ir experimentando como incluirla en algunos platos de manera sencilla y publicaré alguna receta más por si te interesa a ti también incorporar este alimento de manera sencilla en tu dieta, sin tener que limpiar y cocinar la coliflor por tu cuenta, algo que a muchas personas no les hace gracia por el peculiar olor que desprende al cocinarse. Lo que puedo asegurarte es que la coliflor es absolutamente compatible con las dietas bajas en carbohidratos, que no te sacará de la cetosis, y que te permitirá ampliar tu abanico de acompañamientos.