Cuando alguien quiere adelgazar, una de las cantinelas frecuentes que escucha es que no debe tratar de adelgazar rápido. Para los que ya hayan leído mi libro, creo que dejo bien claro que lo realmente peligroso no es adelgazar rápido, sino tardar en adelgazar o, peor aún, no adelgazar por tratar de hacerlo pausadamente. Adelgazar no es lo mismo que perder peso. Se puede perder mucho peso sin adelgazar, y se puede adelgazar sin perder mucho peso. Adelgazar es eliminar la grasa acumulada en el cuerpo, y por ello no hay ningún peligro en adelgazar rápidamente, sino más bien todo lo contrario. Pero no quiero convertir este artículo en un acto de fe para los lectores. Vamos a examinar la más reciente evidencia científica para descubrir si adelgazar rápido es seguro, como explico en el libro, o no lo es, como repiten muchos médicos y algunos nutricionistas despistados.
El prestigioso portal ScienceDaily.com acaba de hacerse eco de un estudio publicado en The Lancet el pasado 15 de Octubre en el que se analizaba comparativamente las ventajas de adelgazar rápido frente a adelgazar a un ritmo más moderado. Contrariamente a las recomendaciones habituales, el estudio concluye que adelgazar despacio no reduce la cantidad ni velocidad del peso que se puede volver a ganar al abandonar una dieta concreta, el famoso efecto rebote, cuando se lo compara con los resultados obtenidos al adelgazar rápidamente.
Este estudio, llevado a cabo en Australia por profesores de medicina de la Universidad de Melbourne y el departamento de pérdida de peso del hospital Austin Health, se llevó a cabo para determinar si adelgazar a un ritmo pausado -la recomendación habitual- tenía efectos positivos a largo plazo sobre la cantidad de grasa eliminada al compararse con los efectos que tiene en las personas adelgazar rápidamente.
En el estudio, se utilizaron 200 pacientes con índices de masa corporal entre 30 y 45 (Obesos tipo I, II y III) que fueron asignados aleatoriamente a un grupo para seguir un programa para adelgazar rápido en 12 semanas (como el que yo mismo promuevo en el libro) o por el contrario a un grupo para llevar una dieta que les hiciese adelgazar gradualmente en el transcurso de 36 semanas. Al final de cada programa para adelgazar, los participantes que habían logrado perder más del 12,5% de su peso total se sometieron a una dieta de mantenimiento durante tres años para poder observarse los efectos posteriores a largo plazo del tratamiento.
Los resultados fueron demoledores: los participantes que estaban en el grupo para adelgazar rápido que consiguieron alcanzar la cifra de al menos el 12,5% de reducción de su peso fueron muchos más (81% del total) que los que estaban en el grupo de adelgazamiento gradual (50%). Esto nos indica que si quieres adelgazar, tus posibilidades de éxito haciéndolo de manera rápida son más del 50% mayores que si lo intentas hacer lentamente.
Los investigadores descubrieron además que la velocidad a la que las personas adelgazan no afecta el ritmo al que pueden volver a ganar peso, el tan temido y cacareado efecto rebote. De modo que el mito que dice que si uno adelgaza rápidamente sufrirá un efecto rebote queda científicamente fulminado. Como he dicho en muchas ocasiones, el efecto rebote no tiene nada que ver con la velocidad a la que se pierde peso, sino con el tipo de tejido que se pierde. Si uno pierde grasa, o sea, adelgaza, no puede sufrir ningún problema de salud, pues está eliminando reservas energéticas y no tejido estructural. Por el contrario, los que creen que adelgazan pero en realidad están perdiendo peso a base de eliminar su tejido muscular, la estructura de su cuerpo, si que están jugando con fuego, pues al debilitar su estructura irremediablemente debilitan su salud. Pero eso lo discutiremos con más detalle en otro artículo próximamente cuando escriba sobre los efectos nocivos que puede tener a llegar en el organismo adelgazar a base de realizar un exceso de ejercicio físico.
Volviendo a este interesante estudio, quiero añadir que ya ha sido comentado por otros investigadores del Centro de Investigación Pennington Biomedical en Baton Rouge, Estados Unidos, afirmando que en efecto los médicos y nutricionistas deben seguir la tendencia de recomendar planes para adelgazar rápido, independientemente del tipo de plan que propongan, dado que con los datos en la mano, la mayor tasa de éxito se conseguirá si se hace que las personas adelgacen rápidamente, lo que además no está reñido -sino todo lo contrario- con adelgazar saludablemente.
Los motivos por los que yo promuevo en mi libro que las personas adelgacen rápido son similares a los observados por los investigadores que han llevado a cabo este estudio. No solo eso, sino que además, como dicen los investigadores Norteamericanos en sus comentarios, el factor psicológico es fundamental para logar un objetivo y en este sentido, perder peso como yo lo hice (35 kilos en 4 meses) es tan rápido que no te da tiempo a pensar si merece la pena o no. Ahora, casi cuatro años después, sigo modificando mi cuerpo, generando más masa muscular y promoviendo mi salud, pero el grueso de la grasa, ese me lo quité de encima rápido.