Si tu vida se parece en algo a la mía, el momento más caótico puede ser con facilidad la cena. Por un lado los niños tienen hambre y pueden estar algo más nerviosos de la cuenta y por otro, después de todo el día en la calle trabajando las ganas de cocinar brillan por su ausencia. Es en este momento cuando la mayoría de las personas suele hacer uso de alimentos precocinados, que como denuncio habitualmente en la sección «Denunciable» no son los más indicados para los niños, pues entre otras cosas pueden fomentar la obesidad a corto plazo y las enfermedades degenerativas a largo plazo.
Lo que quiero demostrar hoy es que se puede preparar una cena que, además de gustar a los niños, tenga unos buenos valores nutricionales y, para colmo, sea fácil, rápida y sencilla de preparar. En el libro Cocinar sin Carbohidratos hay una receta más elaborada para preparar croquetas low-carb, pero hoy he querido publicar esta otra, más sencilla y menos glamurosa, pero que a buen seguro hará las delicias de los más pequeños. Se trata de unas sencillas croquetas a base de queso en porciones y atún.
Receta rápida de croquetas low-carb para niños
Sencillas croquetas low-carb para niños.
Ingredientes de las croquetas sin carbohidratos para niños:
- 8 quesitos en porciones
- 2 latas de atún o 150g de atún fresco o congelado
- 4 cucharadas de FiberFin (sustituto de la harina)
- 4 cucharadas de Protofibra (sustituto del pan rallado)
- 1 Huevo
- Aceite de Coco Virgen (para freír)
Preparación de las Croquetas Low-Carb para niños:
Ponemos los 8 quesitos en porciones en un bowl y los mezclamos con dos latas de atún pequeñas o una grande. Como siempre, recomiendo que el atún sea en aceite de oliva virgen o bien al natural, pero no en aceites vegetales ni en aceite de oliva sin más, que suele ser aceite de oliva refinado de escaso interés nutricional. Con la mezcla del atún y los quesitos damos forma a las croquetas. A mí me salen 8 croquetas de tamaño más que considerable.
En lugar de pasar las croquetas por harina refinada, las pasamos por FiberFin. El Fiberfin es un sustituto de la harina a base de almidón resistente de maíz. Este almidón tiene la propiedad de ser de muy baja absorción, pues tiene un gran contenido en fibra (60%) mientras que el resto de hidratos de carbono son de asimilación muy lenta. Se puede usar en muchas recetas pero aunque parezca harina no lo es.
Una vez que las hemos pasado por el FiberFin las pasamos por huevo batido antes de empanarlas con Protofibra o con salvado de trigo fino. El Protofibra es un sustituto del pan rallado con una base de proteína (20%) y fibra (40%) y muy bajo aporte de carbohidratos (5%). Se usa exactamente igual que el pan rallado, pero debemos tener en cuenta que tiene mucha más resistencia al dorado, por lo que no debemos esperar que se ponga tan oscuro como el pan rallado. Las croquetas estarán listas mucho antes de que el dorado sea oscuro, así que guiaros por el tiempo de fritura más que por el color.
Por último, una vez están empanadas en Protofibra o salvado de trigo fino, las freímos en aceite de coco virgen. Como he explicado bastantes veces, el aceite de coco virgen es una grasa vegetal saturada que contiene gran cantidad de ácidos grasos de cadena media, en especial de Ácido Laúrico, que es muy beneficioso para el organismo. Al tratarse de una grasa saturada natural, su resistencia a la oxidación es altísima, por lo que no se degrada al freír ni pierde propiedades. Las grasas insaturadas no tienen tanta resistencia al calor y es preferible usarlas en frío, por ejemplo para aliñar ensaladas. En la dieta de los niños (y también en la de los adultos) es muy importante incluir todo tipo de grasas, pero cuidando de usarlas adecuadamente. Cuando vayamos a usar temperatura alta, siempre es mejor usar grasas saturadas y cuando vayamos a usarlas en crudo, podemos usar sin temor grasas insaturadas, preferiblemente monoinsaturadas como el Aceite de Oliva Virgen.
En definitiva, se trata de una receta con unos valores nutricionales muy interesantes: Tenemos proteína de calidad procedente del atún, que lógicamente también podemos usar fresco o congelado en lugar de enlatado y del queso, tenemos grasas de calidad procedentes del queso (saturadas), del atún (omega 3) y del aceite de coco (triglicéridos de cadena media), y tenemos un bajo aporte de carbohidratos que además son de asimilación lenta, por lo que no provocarán alteraciones en el nivel de glucosa de los niños, lo que prevendrá entre otras cosas, que sufran obesidad.
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