Cuando una persona quiere adelgazar, sus posibilidades de éxito están estrechamente ligadas a la capacidad que tiene esa persona para lograr comer alimentos que le gusten y además le sirvan para adelgazar. En este sentido, la Isodieta es sin duda el plan nutricional más adecuado para adelgazar. Al contrario que las dietas convencionales para adelgazar, la Isodieta lo que propone no es un plan de comidas rígido, sino educarnos acerca de los distintos alimentos y de los efectos que estos tienen en nuestro cuerpo. La Isodieta apuesta por dar el control de su alimentación a la persona que quiere adelgazar, explicando los conceptos que debe conocer y la forma en que debe comer, todo ello analizado desde un punto de vista científico.
Las dietas tradicionales para adelgazar no funcionan. Incluso cuando lo hacen, su resultado suele ser efímero. Esto se debe a que una vez que la persona se aburre de repetir siempre las mismas comidas vuelve a comer cualquier cosa que se le apetece sin pararse a pensar el efecto que ese alimento tendrá en su cuerpo. A mí me escriben muchas personas pidiéndome menús y planes semanales para adelgazar. Como explico en el libro Adelgazar sin Milagros, cada persona es un caso único con sus circunstancias y quien está mejor posicionado para diseñar un buen plan nutricional para adelgazar es precisamente la propia persona. Esto es debido a que nadie conoce los gustos de una persona como ella misma.
Uno de los secretos por los que la Isodieta funciona tan bien con tantísimas personas de diversas características es precisamente ese, que es la propia persona la que con las directrices maestras de la Isodieta diseña sus propios menús. De este modo, dos personas que quieran adelgazar pueden diseñar dos menús completamente distintos y aún así obtener los mismos resultados. Algunos, como yo, adoran la carne y adelgazan con menús en los que predomina esta. Otros deciden adelgazar incluyendo mucho pescado o muchos lácteos en su menú. Lo cierto, como explica el genial Jaime Brugos en su libro, es que lo importante no son las calorías ni el alimento, sino los valores nutricionales de dicho alimento. A efectos prácticos, si para adelgazar uno tiene que comer, por ejemplo, 15 gramos de proteína y 8 de grasa en cada comida, no hay mucha diferencia entre que esas proteínas provengan de carne de ternera, de pollo o de merluza. De este modo, tres personas que quisieran adelgazar y tuviesen gustos distintos podrían comer tres alimentos distintos sin que esto tuviese impacto alguno en su dieta.
Luego estamos los que adoramos la comida y usamos la fuerza de la Isodieta precisamente para adelgazar o mantenernos en nuestro peso sin renunciar a disfrutar de la comida. Somos precisamente los que más disfrutamos de este estilo de vida. Comemos una variedad increíble de alimentos y aún así logramos adelgazar y mantenernos en el peso deseado. Pero adelgazar no es el único beneficio que proporciona la Isodieta. Su impacto sobre la salud es inmediato y duradero. No me canso de repetir que llevo desde que empecé a comer así sin ponerme malo, ni una gripe, ni un resfriado serio: nada de nada. Esto, teniendo en cuenta que antes de alimentarme así me pasaba el día medicado tomando siete y hasta ocho medicinas distintas diarias, es todo un logro y un descubrimiento que jamás podré agradecer como merece a Jaime. Y además, me consta por los correos electrónicos que recibo, que ni soy la única persona a la que le ha ocurrido esto ni seré la última.
En definitiva, si te estás planteando adelgazar, debes huir de las dietas estructuradas con menús idénticos para todo el mundo. Ni todo el que quiere adelgazar tiene las mismas necesidades nutricionales, ni por supuesto tiene los mismos gustos. Para adelgazar, lo que necesitas no es que alguien te pase una dieta o unos menús, lo que tienes que hacer para adelgazar es entender como funciona tu cuerpo, qué necesidades tienes y aplicar esta información a la hora de diseñar tus propios menús adaptados a tus gustos. Sólo así lograrás mantenerte firme en tu propósito, seguir a rajatabla tu plan y lógicamente adelgazar.