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Denunciable: Barritas de cereales cargadas de azúcar de Mercadona

Denunciar las barritas de cereales Hacendado de Mercadona

Aprovechando que el sábado estuve hablando sobre el azúcar en Barcelona, he ido a un supermercado a comprar algún producto para ilustrar exactamente lo que expuse en la conferencia. Como hay un Mercadona al lado de la oficina, he entrado y me he parado en el primer pasillo que hay en la entrada, que es el de las galletas y las barritas energéticas. Si bien ya era consciente de que la cantidad de productos «denunciables» de esta sección iba a ser alta, ni siquiera yo estaba preparado para leer algunas composiciones y valores nutricionales sin llevarme las manos a la cabeza.

Me he ido a la línea aparentemente saludable de productos Hacendado de Mercadona, llamada Linnea V, y he cogido una caja aparénteme y visualmente equilibrada, sin chocolate, miel ni nada que pueda alterar los valores nutricionales del producto, que incluso un dietista se podría plantear incorporar a su dieta en vista de la apariencia del envase. Como muchas otras veces en Mercadona, el envase guarda poca o ninguna relación con la realidad del producto.

En concreto, me he decantado por las Barritas de Trigo Integral y Arroz con Árándanos Linnea V de Hacendado, que se comercializan con sugerentes curvas invertidas que emulan la pérdida de peso y con signos distintivos tan atrayentes como «fuente de fibra». Lo primero que he mirado ha sido la lista de ingredientes y la sorpresa ha sido mayúscula. La palabra azúcar aparece hasta en cuatro ocasiones por lo que no debe sorprendernos que un alarmante 36% de este producto sea puro azúcar como indican los valores nutricionales.

Como expliqué en Barcelona, el azúcar es responsable de enfermedades degenerativas, inflamación crónica y una larga lista de problemas de salud que comienzan a pasar factura ahora en la sociedad y que si no hacemos nada para evitarlo acabará colapsando por completo el sistema sanitario de este país a la vuelta de unos años, cuando los casos de diabetes, obesidad y enfermos crónicos llenen los hospitales. Resulta paradójico que un producto con un aspecto saludable que debería servir para cuidar nuestra salud e incluso nuestra linnea sea en realidad un producto nocivo a medio y largo plazo. Lógicamente nadie se va a morir por consumir estas barritas de manera ocasional, pero estoy cansado de ver personas que devoran cajas a la semana porque son «sanas» para comer entre horas. Nada más cercano a la realidad. Para esas personas, estas barritas bien podrían resultar a medio y largo plazo en un problema de salud. Analicemos con detalle este producto…

Ingredientes de las barritas de cereales Hacendado de Mercadona

Ingredientes: Copos de trigo integral y arroz 47% ((arroz(60%), trigo integral(15%)), azúcar, gluten de trigo, malta de cebada, harina de trigo, leche desnatada en polvo, sal, germen de trigo, emulgente (mono y diglicéridos de ácidos grasos), jarabe de glucosa, arándanos desecados 9% (azúcar, arándanos (36%), aceite de girasol)), humectantes (glicerina, sorbitol), azúcar, grasa vegetal de palma y palmiste, dextrosa, maltodextrina, jarabe de azúcar invertido, sal, corrector de la acidez (ácido cítrico), aroma, emulgente (lecitina de soja), antioxidantes (tocoferoles, gelato de propilo, palmitato de ascorbito).

Resulta interesante que además del azúcar (sacarosa) propiamente dicho, Mercadona utiliza además en la fabricación otros azúcares, como son la malta de cebada, el jarabe de glucosa, la dextrosa (otro nombre para llamara a la glucosa) y la maltodextrina (polímeros de glucosa). ¿De verdad es necesario poner todo este azúcar para hacer una barrita de cereales? No, claro que no. Pero es barato y, después de todo, ¿a quién le importa si los consumidores acaban siendo dependientes del azúcar, desarrollan un síndrome metabólico con resistencia a la insulina, diabetes y en última instancia enfermedad de Alzheimer? Obviamente a Mercadona y a Grupo Siro, fabricante de estas barritas, no les importa lo más mínimo.

Resulta ridículo que un producto como este se vista de saludable y aporte más de un 80% de carbohidratos, de los cuales un 36% corresponden directamente a azúcares. De cada 100 gramos ingeridos estaremos tomando 36 gramos de azúcar. Comparativamente, la Coca-Cola «sólo» aporta 10-11g de azúcar por cada 100ml de producto. Si tienes hijos y tienes la mala idea de comprarles barritas para usarlas como snacks para el colegio, espero sinceramente que no se te ocurra usar estas porque no veo beneficio alguno en su consumo y sí un problema de salud a largo plazo por su uso continuado. Tan sólo aportan un miserable 4% de proteína incompleta, de origen vegetal, que para colmo tiene pinta de proceder directamente del gluten de trigo, por lo que además estas barritas serán bastante indigestas para un gran número de personas con sensibilidad al gluten, amén de directamente tóxicas para los celíacos.

Valores nutricionales de las barrtias Linnea V de Hacendado de MercadonaAlgún apunte más acerca de la mala fe que utiliza el fabricante en el etiquetado. Mercadona quiere hacerte pensar que este producto está hecho predominantemente con cereales integrales y por ello pone «Trigo Integral» delante de «Arroz». Sin embargo, leyendo la lista de ingredientes vemos que los «cereales», que solo son dos, corresponden al 47% en peso del producto y que de ese 47%, sólo el 15% es trigo integral, por lo que si las cuentas no me fallan, la cantidad de trigo integral en este producto es del 7%. El resto, como se ve en la composición, principalmente arroz (no integral) y mucho azúcar. Definitivamente, se trata de otro producto diseñado para engañar al consumidor y venderle una expectativa saludable envolviendo a un producto que dista mucho de serlo. Desde luego, si te has propuesto adelgazar, este es un alimento al que no debes acercarte.

Si quieres una barrita de snack es mejor pagar algo más y comprar una que de verdad aporte nutrientes de calidad, con una baja cantidad de azúcar, un contenido realmente rico en fibra, y proteínas y grasas de calidad. Comparativamente, las barritas Quest Bar, por ejemplo aportan un 23% de fibra en lugar del 4,5% de estas de Hacendado y tan sólo un par de gramos de azúcar, con casi un 30% de proteínas en lugar de un 4% de la marca de Hacendado. Pero no son las únicas. Las barritas Oh Yeah! Low Carb también aportan cantidades similares de nutrientes a las Quest Bar y los sabores están increíblemente conseguidos.

¿Crees que es el único producto denunciable?

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Denunciable: Embutidos Casa Tarradellas en Mercadona

Maxi York de Casa Tarradellas en Mercadona

¿Recuerdas aquella adorable ancianita en televisión que nos acoge en su masía y nos invita a comer sus pizzas y embutidos caseros hechos con la tradición milenaria que heredan las personas en los pueblos? Pues desengáñate, aparentemente la abuelita prepara las mismas o peores porquerías que otros fabricantes con pinta menos afable. No me suelo prodigar mucho por Mercadona porque creo que la calidad de algunos de sus productos deja un poco que desear, pero puntualmente, si necesito algo rápido y me pilla uno a mano -lo cual no es muy difícil dada su proliferación por mi zona- acabo entrando a buscarlo.Calculadora de nutrientes gratis de Adelgazar sin Milagros

El otro día entré y al pasar por la sección de embutidos llamó mi atención el tamaño de una «barrita» de esas de jamón cocido y/o pechuga de pavo/pollo. El caso es que esta era de dimensiones grandiosas y se me ocurrió echarle un vistazo por si realmente podía suponer un ahorro en la cesta de la compra con una calidad razonable. Era de la marca Hacendado, pero el fabricante, claramente especificado, es Casa Tarradellas, la empresa de la abuelita de la que hablaba al comienzo. Se me ocurrió pensar que el producto sería de calidad y que la abuelita se habría preocupado de preparar un embutido saludable y tradicional. Sin embargo, descubrí que la abuelita escondía bastantes sorpresas en su embutido… vamos, que con abuelas así, nietos obesos seguro.

Partamos de la base que la mayoría de esas barritas de embutido son una auténtica porquería, y que hasta ahora la primera posición de fabricantes de basura empaquetada con forma de jamón de york la tenía en mi escala Campofrío, de cuyos productos ya hablé en este artículo y en este otro. Sin embargo, la abuelita de Casa Tarradellas ha irrumpido con fuerza en el ranking y debo admitir que le pelea seriamente esa primera posición al fabricante de origen Burgalés, aunque actualmente Mexicano. Sin embargo, algunos productos de este tipo en el mercado se salvan de la quema y por eso de vez en cuando miro los nuevos que voy encontrando a ver si tienen cierta calidad. Como sé que me van a llover preguntas al respecto, me anticipo: me parece que el Jamón Cocido con Aceite de Oliva de Argal y el Jamón Cocido Extra Bienestar de El Pozo, ambos en formato de barrita mini, tienen una calidad aceptable y son alternativas interesantes para comer con moderación. Si alguien piensa que tengo predilección por una marca o por otra, se equivoca, y como muestra, lo que escribí de un producto de El Pozo hace poco en este artículo. Simplemente analizo productos sin importarme la marca comercial que tengan, y tan pronto hablo mal de un producto de un fabricante como bien de otro del mismo fabricante. Me importa la composición y los valores nutricionales, no la marca.

Pero vamos al lío, a ver como se las gasta la abuelita con sus recetas… El producto en cuestión del que voy a hablar hoy es el «Maxi York Hacendado» de 2Kg, elaborado por Casa Tarradellas, S.A. Como pude apreciarse en la imagen del producto, aspecto de jamón cocido, color de jamón cocido, la palabra «YORK» predominante en la etiqueta y además subrayada, y poco más a la vista en el expositor. Ahora bien, cuando cogemos el producto y le damos la vuelta vemos que de «York» más bien poco. La lista de ingredientes, desastrosa: Carne de Cerdo (45%), agua, fécula, proteína de soja, sal, dextrosa, azúcar, estabilizantes (E-451i, E-407), aroma, antioxidante (E-316), conservador (E-250) y colorante (E-120).

Desde el principio: ¡45% de «carne de cerdo»! ¿Cómo qué 45% de carne de cerdo? ¿Qué tipo de carne de cerdo es esta? ¿Jamón? ¿Paleta? ¿Lomo? ¿45%? Es de las concentraciones más bajas -por no decir la más baja- que he visto en un hipotético «Jamón de York». Sospecho que esto se parece más a una salchicha gigante que a un jamón de York y miedo me da pensar el tipo de «carne de cerdo» que lleva esto. Si miramos sus valores nutricionales vemos con estupor que lleva una cantidad altísima de hidratos de carbono, hasta 7,1g/100, que choca en contraposición con una bajísima cantidad de proteínas (11,4g/100) para ser, como dicen ellos en la letra pequeña, un «producto cárnico picado cocido». Un jamón cocido debe estar entre 18 y 23g de proteína de calidad por cada 100g de producto. O sea, proteína procedente del jamón del cerdo, no de la soja ni de aditivos similares. Este producto tiene aproximadamente la mitad de proteínas que un jamón de calidad, pero para colmo una parte de ellas no son proteínas de calidad procedentes de la carne, sino que proceden de la soja que lleva añadida como aditivo.

Composición del Maxi York Casa Tarradellas de Mercadona

Por si no te ha quedado claro, este producto que parece jamón de york es en realidad una mezcla de carne de cerdo de corte sin determinar con agua, patata, azúcar, soja y algunos aditivos para darle ese olor y color rosa característicos del jamón cocido. El E-451i son los fosfatos. Yo suelo comprar jamón cocido sin fosfatos, como el Bonnature de Argal o el Jamón Cocido sin Fosfatos de Carrefour. ¿Para que necesitamos aditivos en un producto que puede no llevarlos? ¿Para que dure más? Yo no necesito que el jamón cocido me sobreviva… Si al distribuidor se le pone malo, que compre menos. El E-407 es carragenina, un emulsionante que en ocasiones se ha relacionado con úlceras y cáncer, aunque de uso absolutamente legal como es lógico. El E-316 es eritorbato de sodio, un antioxidante que previene la oxidación de ciertas grasas -para alargar la vida del producto. El E-250 es Nitrito de Sodio, que previene el desarrollo de la bacteria del botulismo en la carne. Aunque de uso legal en Europa, su uso está restringido en algunos países por ser un potencial cancerígeno. La HACSG (Grupo de Apoyo para Niños Hiperactivos) recomienda que no se use. Por último, el E-120 es un colorante alimentario procedente de la cochinilla hembra, que puede causar reacciones alérgicas y cuyo uso también desaconseja la HACSG. De modo que si tienes un hijo hiperactivo, este producto no parece adecuado. Que nadie me malinterprete: todos estos aditivos son de uso absolutamente legal y no hay nada que denunciar en ese sentido. Ahora bien, un producto cuyo usuario más probable es un niño, no debería contener sustancias desaconsejadas por los expertos en hiperactividad infantil. De hecho, debería ser lo más natural posible, algo que este producto desde luego no es.

Entiendo que este producto es barato (en torno a 2€/kilo) y que parece una compra fácil y que para muchas personas esto es desafortunadamente lo más importante en las actuales circunstancias, pero existen alternativas a estos productos altamente procesados, especialmente para niños. En el propio Mercadona, por un poquito más y en el entorno de los 3€/Kg  (según precios de la web de Mercadona publicados el 22/09/2015) se puede comprar hígado fresco, chuletas de aguja frescas, codillo, jureles o sardinas, por mencionar solo algunos alimentos infinitamente más nutritivos, absolutamente frescos y -a priori- sin aditivos.

Permíteme dos minutos más de tu tiempo para convencerte -especialmente si tienes hijos- de la importancia de consumir productos frescos en casa. No voy a negarte que hervir un poco de pasta y aderezarla con tomate frito de bote y este preparado cárnico sea rápido, sencillo y barato, y además te solucione una comida de los niños que para colmo probablemente disfruten. No hay duda de que se trata de una comida que les proporciona energía y les mantiene vivos, pero ¿les proporciona salud a largo plazo? Yo creo, en base a todo lo que he leído e investigado, que la respuesta es un rotundo «no». Esto es algo sobre lo que hablo bastante en mi libro Adelgazar sin Milagros y sobre todo en mi libro La gran mentira de la nutrición, así que tampoco voy a repetirme más de la cuenta aquí, pero sí voy a dejar algunas pinceladas para que entiendas de lo que hablo si no has leído estos libros.

La pasta, el tomate frito y este preparado cárnico que nos quieren vender como si fuese jamón cocido son todos alimentos altamente procesados. Cada uno de ellos ha perdido nutrientes en el camino hasta el plato de tus hijos, y en ocasiones los efectos que tienen sobre el organismo son muy distintos después de haber sido procesados. Por ejemplo, el trigo entero se digiere parcialmente de manera relativamente lenta y, sin embargo, la pasta que se fabrica con el trigo procesado, sin cáscara, se digiere de manera íntegra y se asimila muy rápidamente. Esto significa que se convierte en glucosa a toda velocidad y por lo tanto eleva el nivel de glucosa de tus hijos en sangre, forzando al páncreas a segregar insulina para reducir de inmediato un nivel peligrosamente alto de azúcar en sangre. La insulina atrapa esa glucosa en exceso y la lleva al hígado, donde se convierte en grasa, que posteriormente será almacenada en el tejido adiposo de tus hijos. La segunda parte es que cuando la glucosa baja en sangre como efecto del exceso de insulina, el cerebro reacciona pidiendo más alimento para estabilizar el nivel de glucosa, en este caso hacia arriba, y como resultado tus hijos vuelven a tener hambre un rato después de haber comido. No necesitan energía, te lo garantizo, pero el tejido adiposo no se abre para liberar la grasa que tienen almacenada porque todavía queda insulina en la sangre y mientras haya insulina la grasa no se libera. Esto, de manera ocasional no plantea un problema, pero de manera continuada, merma su figura y su salud y les puede derivar en síndrome metabólico y diabetes, especialmente si todas sus comidas tienen una gran cantidad de carbohidratos de asimilación rápida (pastas, dulces, bollería, azúcar, bebidas azucaradas, zumos, etc.).

En el extremo opuesto tenemos un kilo de sardinas con un poco de ensalada o verduras a la plancha, que viene a costar lo mismo que el plato de pasta con tomate y carne procesada, pero que se tarda más en preparar, ensucia más la cocina, hace más humo al cocinarse y para colmo huele, y por si fuera poco a los niños hay que convencerles de que lo tomen en lugar de recibir sus carantoñas por darles comida basura. Sin embargo, comiendo sardinas con ensalada o con verduras -por poner un ejemplo- tus hijos comen alimentos frescos, sin procesar, sin aditivos, con nutrientes de alta calidad, que no disparan sus niveles de insulina, que les aportan más y mejores vitaminas y minerales. En concreto, las sardinas por sí solas aportan proteína de calidad, grasa de calidad (habrás oído hablar de los famosos ácidos grasos Omega3), hierro, magnesio, potasio, fósforo, cinc, yodo, Vitaminas B1, B2, B3, B9 (habrás oído hablar del famoso ácido fólico), B12, A, D, y E. Aunque no es la parte comestible, en las pequeñas espinas que ingieran también hay calcio. Las verduras, además de algo más de vitaminas y minerales, le aportarán carbohidratos de asimilación lenta, mucho más importantes para su desarrollo que los de asimilación rápida presentes en la pasta, pues liberan energía de manera pausada. Nada en su cuerpo sufre estrés, no es necesario que se segregue ninguna hormona de manera rápida ni abundante, y para colmo su digestión será infinitamente más placentera, amén de que no tendrán sensación de hambre al poco tiempo de haber comido pues no se producirá ningún pico ni de glucosa ni por consiguiente de insulina.

Ahora que lo sabes, puedes seguir optando por creerte las mentiras de la abuelita de Casa Tarradellas o puedes hacerle un guiño al carnicero y al pescadero y apostar por la salud de tus hijos a largo plazo ofreciéndoles alimentos frescos de calidad cuando coman en casa. Para comer porquería tienen miles de oportunidades en la calle, y conforme crezcan, muchas más.

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Denunciable: Etiquetado de Mercadona

Natillas sin azúcares Hacendado de Mercadona

Una cosa es que un producto tenga mejores o peores valores nutricionales y otra muy distinta que el fabricante del producto mienta descaradamente en el etiquetado del producto. Es cierto que los que trabajamos en marketing tenemos tendencia natural a vivir cerca de la línea que separa lo estrictamente legal de lo ilegal a la hora de comunicar, tratando de aprovechar al máximo cualquier resquicio que dejen las leyes para mejorar la imagen de los productos con los que trabajamos, pero creo honestamente que eso es parte del juego y dominar el arte de la comunicación produce efectos sorprendentes sobre las ventas de los productos y es razonable querer vender un producto mostrándolo mejor al de la competencia.

Sin embargo, vivir cerca de la línea es una cosa, y pasar la línea es otra bien distinta. Empresas como Danone suelen pasar la línea con relativa frecuencia, pero gozan en Europa del proteccionado de la Unión Europea. En Estados Unidos no son tan permisivos con esta multinacional y las multas y los problemas se le suelen multiplicar al gigante de los lácteos al otro lado del Atlántico. Ese proteccionado del que hablo -que protege a la empresa cuando comete tropelías evidentes- es el mismo que nos perjudica a los consumidores, que quedamos indefensos ante estas prácticas.

Pues bien, si empresas como Danone pasan la línea con frecuencia, otras empresas viven en un universo paralelo, sin lineas, y hacen prácticamente lo que les da la gana. Hoy traigo el caso de Mercadona, porque lo que he visto -avisado por un lector habitual del blog- me parece tan vergonzoso como peligroso. Antes de que me lluevan los insultos por decir verdades acerca de Mercadona, insisto en que no tengo nada contra esta empresa, y mucho menos como ya me han sugerido alguna vez, por ser una empresa Española; pero en materia de alimentación y en especial con productos orientados a los niños, no entiendo de banderas, marcas ni nacionalidades. Lo que está mal, está mal lo haga quien lo haga. A quien no le guste conocer la verdad, le invito amablemente a dejar de leer este artículo ahora pinchando aquí. A los demás, aquí os presento la realidad de como se las gasta Mercadona con su etiquetado.

¿Qué ocurre cuando un diabético toma más azúcar de la que debe? Pues que genera un pico de glucosa en sangre que su organismo no puede controlar. Esto provoca un estado llamado hiperglucemia. Como explico en mi libro Adelgazar sin Milagros, el exceso de glucosa en sangre es tóxico para todo el mundo, pero la diferencia entre los diabéticos y el resto de las personas es que los primeros tienen problemas para regular de manera automática su nivel de glucosa en sangre. Precisamente por ese motivo, deben tener precaución a la hora de comer, en especial cuando comen productos dulces que potencialmente están edulcorados con azúcar, un alimento que tiene la capacidad de elevar muy rápido el nivel de glucosa por ser una fuente de carbohidratos de asimilación rápida -de los llamados «de alto índice glucémico».

Las natillas Hacendado sin Azúcares Añadidos tienen azúcar añadido. Así de claro, así de simple. Y no me refiero a «azúcares naturalmente presente en los alimentos», me refiero a azúcar blanca refinada, sacarosa, un alimento que los diabéticos deben vigilar muy de cerca. Hay que ser un verdadero cafre y sinvergüenza para etiquetar un producto como libre de azúcar cuando en realidad tiene azúcar, porque tal villanía puede ser potencialmente peligrosa para algunas personas. ¿Soy el único que se imagina a una madre de un niño diabético decirle que tome las natillas y repita si le apetece porque no tienen azúcar y son seguras para su consumo? No se trata de adelgazar o de engordar, se trata de un atentado serio contra salud del consumidor, que no puede fiarse de lo que lee en el etiquetado del producto sin pararse a analizar en detalle su composición.

¿Cómo se salta la regulación Mercadona en este producto? Muy sencillo: hace una interpretación absolutamente errónea del concepto de «azúcares naturales» para mentir en el etiquetado. Esta es la explicación: ciertos alimentos contienen «azúcares», carbohidratos simples, de manera natural en su composición. Por ejemplo, ciertas frutas contienen fructosa y glucosa, dos azúcares «naturalmente presentes» en su composición. El azúcar refinado es precisamente un disacárido compuesto por una molécula de glucosa y otra de fructosa, de ahí su elevado índice glucémico. En el etiquetado de las natillas, Mercadona insinúa que su producto tienen «azúcares naturalmente presentes» en el chocolate, pero es que resulta que el chocolate no es un alimento natural, sino un alimento procesado derivado del cacao, y el cacao no tiene azúcar mientras que el chocolate es básicamente una mezcla de cacao con azúcar refinado. El cacao es un fruto cuya semilla -tremendamente amarga- se utiliza para fabricar chocolate, y no contiene azúcar de manera natural. De hecho, las semillas de cacao son eminentemente grasas y contienen muy pocos carbohidratos en general con una insignificante cantidad de azúcares presentes en su composición.

Natillas de Mercadona sin Azúcares Añadidos

La composición de estas natillas es clara al respecto puesto que la palabra «azúcar» aparece claramente en la lista de ingredientes como parte del chocolate que contienen. Podrían haber optado por usar un chocolate sin azúcar de todos los que hay disponibles en el mercado, que no son pocos, pero han preferido lanzar una mentira al consumidor instándole a que consuma un producto que no cumple lo que su etiquetado promete. Además del azúcar industrial presente en este producto, también encontramos «azúcares naturales», esta vez sí, presentes en la leche. La leche contiene un azúcar natural, la lactosa, y aunque no está especificado, debemos suponer que la leche desnatada que lleva este producto contiene algo de lactosa.

Es cierto que la cantidad de carbohidratos que lleva el producto es baja para ser un postre dulce y que la cantidad de azúcar será lógicamente baja también, pero no me sirve como excusa. Si todos los fabricantes hiciesen lo mismo, un diabético -especialmente un niño- no duraba dos telediarios. Los consumidores tienen derecho a saber con exactitud lo que están comprando, y esa es precisamente la función del etiquetado. Si todos los fabricantes mintiesen con respecto al azúcar del mismo modo que lo ha hecho Mercadona en este producto, sería absolutamente imposible para un diabético comprar productos basándose en que estén supuestamente «libres de azúcar». Se pasaría el día comiendo azúcar sin saberlo.

Señores de Mercadona, si me están leyendo, su producto no es malo. No es necesario que mientan para venderlo. Mintiendo así sólo consiguen publicidad negativa y ponen potencialmente en riesgo la salud de algunos consumidores. Francamente, no me lo explico.

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Contestando a todos

Magro de Cerdo Mercadona

Magro de Cerdo Mercadona

Bueno, parece que el artículo sobre las carnes que compré en Mercadona se me ha ido de las manos y no tengo tiempo de contestar, como suelo hacer, todos los comentarios que recibo. Sin embargo, tampoco quiero dar la callada por respuesta, de modo que como veo que los comentarios son en su mayoría acerca de lo mismo, aquí me permito una contestación genérica para todo el mundo. En negrita y más grande pongo el comentario que he recibido varias veces e inmediatamente después mi contestación u opinión al respecto. Con miles de visitas recibidas en los últimos días, me es materialmente imposible contestar uno a uno.

Parece que el artículo es contra Mercadona porque no menciono al resto de empresas del sector

No es cierto. Esta carne de la que hablo en el artículo la compré en Mercadona y hablo de Mercadona como es lógico, pues es el sitio donde la compré. Cuando compro algo que no me gusta en Carrefour, como por ejemplo estas galletas, también lo digo. Y lo mismo se aplica al resto de fabricantes y distribuidores. He hablado sobre una gran cantidad de fabricantes en los últimos meses y seguiré haciéndolo cuando crea que algún producto es notablemente mejorable. De eso va precisamente la serie de artículos que llamo «denunciable» en este blog. No tengo nada contra Mercadona. De hecho, algunos de sus productos me gustan mucho y los compro asiduamente como la ventresca de atún en aceite de oliva, que tiene un precio excepcional y una gran calidad, o su mezcla de frutos secos naturales, a un precio irresistible. Otros lamentablemente, como estos cereales, prefiero no verlos en mi cocina.

Te metes con Mercadona porque es una cadena española y nos gusta criticar lo nuestro

Hablo de Mercadona cuando un producto suyo me parece mejorable, igual que hablo de Carrefour, Nestlé, Pescanova, Danone, Coca Cola, Don Simón y en general cualquier empresa del sector de la alimentación que, en mi opinión, hace algo reprochable, incluso si es legal. En mi libro La gran mentira de la nutrición hablo de muchas personas y muchas empresas que hacen cosas que no me parecen razonables. De hecho, en este artículo me meto bastante con Nestlé por sus prácticas con los cereales de desayuno y sin embargo, más abajo verás que tengo la foto de uno de sus productos en mi cocina. Ni todos sus productos son perfectos ni todos son tan malos. Pero esto es sólo mi opinión como consumidor. Tu puedes tener la tuya y es tanto o más respetable que la mía. No pretendo caerle bien a todo el mundo ni que todo el mundo esté de acuerdo conmigo. Pretendo escribir lo que pienso. Y por cierto, no sólo no me paga nadie por hablar de Mercadona como alguno ha dicho, sino que me cuesta el dinero mantener el blog e imprimir mis libros.

Si quieres denunciar, ve a un juzgado: este producto es legal

El tabaco y las sustancias cancerígenas que contiene también es legal. Hay que ser bastante básico para lanzarme este argumento. Claro que la carne de Mercadona es legal, y todas los que se venden en los supermercados, ¡tendría guasa que no lo fueran! ¿Pero acaso ser legal indica que es lo más idóneo para nuestro organismo o para nuestra economía familiar? No me cabe ninguna duda de que Mercadona y el resto de distribuidores hacen un trabajo realmente impecable asegurándose que todos los productos que llegan al consumidor cumplen las más estrictas normas establecidas. Sin embargo, cuando escribo artículos de mi serie «denunciable» no me estoy refiriendo a que se les deba poner una denuncia en un juzgado, sino que como consumidor, ejerzo mi derecho y denuncio públicamente que el producto -pese a ser legal- me parece que tiene una pésima calidad. El único poder real que tenemos como consumidores es opinar sobre los productos que compramos. Yo he comprado estos productos y estoy en mi derecho de opinar sobre ellos. Te gustará más o menos mi opinión, pero es mía, y además la publico en mi blog, que también es mío. Si no te gusta no tienes más que ir a otro sitio a leer cosas que sean de tu agrado. No escribo para agradar a nadie, sino para divulgar lo que pienso. Si no te gusta, no me leas.

Este producto es un fiambre barato, por eso tiene esa composición. Si quieres carne fresca ráscate el bolsillo y cómprala al corte.

Cinta de lomo fresca

Cinta de lomo fresca

Una foto vale más que 1000 palabras. Ahí tenéis una bandeja de cinta de lomo natural, sin aditivos de ningún tipo, y como podéis comprobar en su etiqueta, es más barata que el fiambre del Mercadona (5,90€/Kg vs 6,95€/Kg). Lo que yo denuncio como consumidor es que ese producto concreto de Mercadona, que es el que he comprado y del que hablo, me lo cobran más caro que la carne real, tiene menos cantidad de carne, mucha agua, y un montón de ingredientes que no debería tener una carne. Insisto, mira la foto antes de opinar. En concreto, el producto de Mercadona, que tiene un 50% de carne de cerdo y un montón de cosas más cuesta 1€ más por kilo, o sea, un 17% más que la carne de lomo de cerdo fresca en un supermercado de la competencia.

Todos los alimentos procesados tienen un montón de ingredientes tipo «E»

Falso, absolutamente falso. Desafortunadamente es la tendencia y cada vez es más difícil encontrar alimentos que no estén llenos de todo tipo de conservantes, estabilizantes, antioxidantes, espesantes y demás. Sin embargo, no es imposible. Estas fotos que os muestro son productos que tengo en casa. Han salido de mi nevera y mi despensa. Como veréis, son alimentos procesados en mayor o menor medida y ninguno tiene una «E». Sí, es cierto que alguno tiene sal, o vinagre, o azúcar, o incluso una mezcla de todos ellos y que en general estos tres alimentos son conservantes, pero creo que entre tomar uno de estos productos y tomar la carne de la que hablaba, hay una gran diferencia.

Cecina de Vacuno

Cecina de Vacuno

Cecina

Cecina

Codorniz en Escabeche

Codorniz en Escabeche

Codorniz en Escabeche

Codorniz en Escabeche

Tomate frito Solís (Nestlé)

Tomate frito Solís (Nestlé)

Tomate frito Solís (Nestlé)

Tomate frito Solís (Nestlé)

Paté al Armagnac

Paté al Armagnac

Espinacas

Espinacas

Hay que etiquetar todos los productos para los celíacos

Pues yo sigo creyendo que una carne o una patata frita no debería llevar trigo y por lo tanto es absurdo que se etiquete el que no lo lleve. En todo caso, debería etiquetarse aquella carne, patata frita, mayonesa o cualquier otra cosa que, sin tener porqué llevar gluten lo llevase. Creo que hemos perdido el norte en esto. Lo normal es que los productos no lleven gluten, aunque entiendo que lo habitual es que lo lleven. Dicho esto, algunos me acusan de insensible hacia los celíacos. Esto es absurdo. Dedico todo un capítulo al tema del gluten en mi libro La gran mentira de la nutrición, personalmente trato de evitarlo a toda costa (y no padezco celiaquía), y promociono activamente el libro Cerebro de Pan del Dr. Perlmutter, en el que básicamente destapa la realidad del gluten, y lo he escrito hace meses en este artículo y en este otro, así que creo que no soy sospechoso de ser insensible hacia la celiaquía. Al contrario, considero que hay que eliminar el gluten de la mayor cantidad posible de productos en los que ahora -desafortunadamente- está presente. Sin embargo, insisto en que si un preparado cárnico lleva gluten, debería llevar una etiqueta bien visible que pusiese «con gluten» y las que estén libre de esta proteína, simplemente no llevar nada.

No entiendo la complicación que tiene el tema del gluten para los celíacos

¡Claro que lo entiendo! Es más, vivo un problema similar con mi hijo mediano, que es tremendamente alérgico a la nuez. Una vez se metió (sin masticarla) un fragmento de nuez en la boca. Se la sacó intacta de inmediato, y casi se queda en el sitio, solo por el contacto con la lengua. ¿Cómo no lo voy a entender si tengo una alergia infinitamente más agresiva en mi propia casa? Ahora bien, ¿considero que un preparado cárnico debe poner una etiqueta «sin nuez»? ¡Claro que no! Se supone que la carne no lleva nuez. Si la llevase, sería de mucha utilidad que pusiese «lleva nuez», cosa que ahora no ocurre, porque lo más que ponen los paquetes con respecto a la nuez es «puede contener trazas de frutos secos», que si alguien se molesta en mirar, es una frase presente en un gran porcentaje de los productos envasados. Siento mucho si los afectados por celiaquía se han sentido molestos con mi opinión. No es mi intención banalizar su problema ni menospreciar sus dificultades. Simplemente creo que la situación es mejorable eliminando el gluten de los alimentos en lugar de etiquetándolo todo.

Todos los productos procesados son iguales

No lo creo, ni mucho menos. El jamón de york Carrefour sin Fostatos se compone exactamente de jamón y sal, nada más. Desafortunadamente uno de mis hijos abrió esta mañana el último paquete y no he tenido tiempo de ir a comprar otro para hacerle una foto, pero esa que relato es su lista de ingredientes, al menos del que yo compro en Carrefour Rincón de la Victoria. Otros jamones que hay allí llevan una lista muy extensa de aditivos, ingredientes de otro tipo (que no son carne), antioxidantes y demás. No todos los alimentos son iguales. Desde mi blog pretendo concienciar de la importancia de leer las etiquetas de lo que compramos, y en este sentido mi opinión es sencilla: si no lo entiendes o no lo puedes pronunciar, no lo compres. Con el pescado pasa igual. En este sobre de salmón ahumado que tengo en casa, ya veis los ingredientes: salmón y sal. Echar un vistazo a otros salmones en vuestro supermercado de confianza. No todos son iguales. En esta otra foto, os muestro un yogur de los que yo consumo de vez en cuando. Los ingredientes son sencillos: Leche, nata y fermentos lácteos. Vamos, lo que viene siendo un yogur natural. Ahora, si me queréis convencer de que lo idóneo es que el yogur, la carne, el pescado y demás lleven 10 ingredientes adicionales con nombres como «benzoato de sodio», no tenéis ninguna posibilidad de hacerlo. En este artículo comparé quesos de verdad y quesos artificiales. No son iguales. De hecho, mis quesos inmortales siguen estando como el primer día y pronto cumplirán un año fuera de la nevera.

Salmón Ahumado

Salmón Ahumado

Salmón ahumado

Salmón ahumado

Yogur Griego

Yogur Griego

Yogur Griego

Yogur Griego

Si quieres calidad tienes que comprar marcas de confianza

Esto no es que no lo comparta, es que pienso justamente lo contrario en la mayoría de los casos. Me habéis repetido que compre El Pozo o Campofrío, y esto demuestra que jamás habéis leído las etiquetas de estos fabricantes. El Pozo se salva con algún producto, pero ¿Campofrío? Debe ser una broma. Echa un vistazo a este producto o a este otro, por poner un par de ejemplos. Si algo he aprendido es que de la etiqueta de un producto lo que menos importa es la marca. Hay productos de marca muy buenos y productos de marca blanca igual de buenos o mejores. Al revés pasa también. Hay productos mediocres y malos con y sin marca reconocida. En mi casa no se compra según la marca, sino según la composición, pero cada uno es dueño de hacer lo que le de la gana en su casa supongo.

Las salchichas son peores que los fiambres

Pues yo creo que ni peores ni mejores. Las salchichas que yo compro tienen dos conservantes muy básicos y una gran cantidad de carne sin cereales. Hay otras salchichas, incluso de marca más reconocida que las que yo compro, cuya lista de aditivos no cabe en este artículo y con un lamentablemente bajo contenido en carne. Insisto, lo que importa no es el tipo de alimento ni su marca, sino como está hecho.

Los aditivos son necesarios para conservar la comida

Mentira. Los aditivos son cómodos y baratos, pero no son necesarios. En este artículo os he mostrado algunos productos que se conservan sin frío y no llevan aditivo alguno. Es sólo un ejemplo sacado de mi nevera. Antes de que me acuséis de derrochador, mirar los precios. Creo que ese paté no cuesta mucho más de un euro (hablo de memoria). La carne de la bandeja del principio del artículo está envasada en atmósfera protectora y aparentemente no lleva aditivo alguno (o al menos no lo pone en el etiquetado). Ese bote de tomate frito tampoco lleva aditivos y creo que está más que procesado el alimento que lleva dentro. El único alimento que se va realmente de precio es el Yogur Griego, pero es una muestra clara de que se puede hacer Yogur sin aditivos.

La carne fresca es muy cara

Chuleton de Buey en Carrefour

Chuleton de Buey en Carrefour

Define caro. 🙂 Aquí tenéis una foto de Chuletón de Buey a 9,50€/kg (Carrefour Rosaleda), que son dos euros y medio más por kilo que el fiambre de Mercadona que desató estos comentarios. Si, antes que me lo digáis, seguramente no es buey gallego añejado en cámara criado sin antibióticos ni hormonas, pero es carne fresca y de bastante buen aspecto debo decir. Lo que es caro es pagar un producto cárnico a 7€/Kg cuando sólo la mitad del producto es carne en el mejor de los casos y su segundo ingrediente es agua. Hace poco vi un fiambre similar de El Pozo que llevaba menos de un 50% de carne. Con esto digo, aunque creo que es obvio, que en efecto no es sólo este fabricante ni este distribuidor el que vende productos así, pero no tengo tiempo ni dinero para comprar todos los productos de todos los  supermercados y analizarlos de golpe. Voy al ritmo que puedo. Nadie se lanzó a defender a ultranza a Carrefour cuando hablé de su lamentable pescado congelado para niños. Carrefour, como el resto de grandes cadenas, también tiene productos que son terribles en mi opinión, pero me ofrece mucha más variedad que otros, por eso lo frecuento más.

Usas el blog para promocionar tus libros

Sí, claro que lo uso. El blog se llama «Adelgazar sin Milagros», como mi primer libro y en el artículo de las carnes hablo de mi segundo libro, «La gran mentira de la nutrición» porque viene a colación de lo que estoy hablando. Por cierto, si quieres leer un par de capítulos del segundo, sólo tienes que suscribirte al blog (estoy promocionando mi libro…). Soy un autor autoeditado, lamentablemente mis abuelas fallecieron hace ya muchos años y mis padres están ocupados disfrutando de su jubilación. Si no me promociono yo no se quién lo iba a hacer 🙂 De todos modos, me parece terrible que haya personas a las que les parezca mal que en una web que pago, edito, programo y lleno de contenido yo, sin recibir un euro de nadie por ello, promocione mis libros. Curioso país este en el que vivimos en el que hay personas que entran en tu casa para decirte como debes actuar en ella y lo que puedes y no puedes hacer. Como dije antes, si no te gusta lo que lees aquí te agradezco tu visita, pero mejor márchate. Existen billones de páginas publicadas en Internet. Por favor elige una en la que los contenidos sean de tu agrado en lugar de venir aquí a quejarte de los míos. Hay que ser muy masoquista para perder el tiempo leyendo algo que no es del agrado de uno.

En fin, creo que con esto contesto el 95% de las inquietudes que han surgido en los comentarios. Pido perdón nuevamente a los afectados por celiaquía que han sentido que muestro insensibilidad hacia su problema. No era mi intención. Simplemente pienso que se pueden hacer las cosas mejor de otro modo.

Un último apunte, sobre todo si no has visto tu comentario publicado. Mi blog es mi casa en Internet. Todo el mundo es bienvenido y tiene abierta la puerta para expresarse. Casi 2.000 comentarios publicados hasta el día de hoy dan fe de ello. Ahora bien, en mi casa no permito insultos, ni a mí ni a nadie, no permito que vengas a imponer tus ideas de malas maneras y no permito que entres en el plano personal contra mí ni contra ningún otro miembro de esta comunidad solo porque no te guste lo que has leído. Tampoco permito que uses mi casa -al menos sin pedir permiso- para promocionar la tuya y mucho menos para promocionar principios contrarios a los de este blog (y esto va especialmente por mis amigos vegetarianos que ven la solución a todo dejando de consumir carne). Si tu comentario no aparece, recapacita sobre lo que has escrito, el tono que has usado o las palabras que has lanzado contra otros. Quizás así entiendas porqué no está tu comentario publicado y en próximas ocasiones te dirijas al resto en otros términos. También tienes la opción de buscar otra web en la que expresarte de ese modo, claro, y sospecho que no te echaremos de menos.

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Denunciable: Carnes de Mercadona

Magro de Cerdo Mercadona

Magro de Cerdo Mercadona

Ayer tuve un día caótico después de varios festivos seguidos y salí de la oficina más tarde de lo habitual. En mi camino a casa paré a comprar algo para la cena de los niños en un Mercadona que me pilla de paso. Iba buscando algún corte de cerdo, que hacía tiempo que no tomaban esta carne. Lo que encontré en Mercadona es poco menos que sorprendente. Parece cerdo y está etiquetado como cerdo, pero ¿es realmente cerdo?Calculadora de nutrientes gratis de Adelgazar sin Milagros

Bueno, digamos que lleva cerdo, pero no es ni mucho menos lo único que lleva. Me traje para casa dos productos (además de la cena) para escribir sobre ellos. Se trata del [fiambre de] Magro de Cerdo Adobado y de los Escalopines de Lomo de Cerdo Marinados. Vamos a ver lo que esconden estos productos que son aparentemente cortes tradicionales del cerdo de los que todos hemos comido toda la vida.

Composición del magro de cerdo de Mercadona

Composición del magro de cerdo de Mercadona

El fiambre de magro de cerdo adobado de Mercadona, que parece la clásica «cinta de lomo adobada» de toda la vida, tiene una etiqueta que lo certifica como «sin gluten». Un momento… ¿sin gluten una carne? ¿Me estás diciendo que en la carne de cerdo de Mercadona no hay trigo? ¡Vaya novedad! ¿Cuándo van a empezar a colocar etiquetas de «sin carne» en los panes y las galletas de Mercadona? El tema del etiquetado engañoso es algo que ya denuncio en mi libro La gran mentira de la nutrición. Ocurre, después de leer la composición de este producto, que casi tenemos que estar agradecidos de que no lleve gluten, porque la lista de ingredientes de esta «carne» se las trae e incluso se echa de menos el gluten. Repasemos la lista: paleta de cerdo (50%), agua, fécula de patata, proteína de soja, sal, proteínas lácteas y lactosa (leche), regulador de la acidez (E-325), estabilizantes (E-450i, E-451i, E-407, E-415), aromas, aroma de humo, antioxidantes (E-331, E-316), especias, conservador (E-250) y colorante (E-120). Recubrimiento de tripa comestible: colorante (E-160b). No está mal, ¿verdad? Sólo la mitad del producto es carne y la otra mitad, además de agua, son porquerías varias escondidas bajo letras y números.

No debe sorprender a nadie viendo esta composición que Mercadona haya conseguido vender una carne que tenga más hidratos de carbono que muchos vegetales: un disparatado 7,1% en concreto. Una carne «fresca» con un 7% de carbohidratos debe ser todo un record Guiness.  En cuanto al aporte de proteína, este resulta ser de un miserable 12%, pero teniendo en cuenta que una parte no declarada de este porcentaje es proteína de soja y de leche, ¿Qué tipo de carne cutre han utilizado para llegar a este ridículo aporte cuando la carne de paleta de cerdo debe rondar el 20%? Una «carne» que en su composición lleva diez ingredientes «E» y sólo 7 ingredientes con nombres declarados no tiene sentido alguno en nuestra dieta, y mucho menos cuando está cargada de agua y patata como esta y tiene unos valores nutricionales tan cutres como este producto. De hecho, ¿cómo se puede vender una «carne» que tiene 17 ingredientes distintos? ¿he mencionado ya que contiene un 2,2% en peso de sal? Y lo peor es que el 99% de las personas que lo consuman le añadirán sal al cocinarlo…

La Cantidad de Sal diaria recomendada para un adulto oscila entre el medio gramo y los dos gramos. Si eres adulto y te tomas 100 gramos de este producto, ya has rebasado esa recomendación. Si te tomas 200 gramos, llegas al máximo que cifra la OMS para evitar enfermedades cardiovasculares (discutible). Si se lo das a los niños, ni te cuento…

Esta lista de ingredientes numéricos, por si tienes dudas, traducida al castellano es: Lactato de Sodio (E-325), Difosfatos (E-450i), Trifosfatos (E-451i), Carragenina (E-407), Goma Xantana (E-415), Citratos de Sodio (E-331), Eritorbato de Sodio (E-316), Sodium Nitrite (E-250), Cochinilla / ácido carmínico (E-120) y Achiote / Bixina / Norbixina (E-160b). ¿Te comerías una carne que llevara todas estas cosas elaboradas en un laboratorio? Pues eso es precisamente lo que le das de cenar a tus hijos cuando compras este producto fabricado por Martínez Loriente, S.A. y de venta en Mercadona. Por cierto, que sepas que si lo compras pagas agua, patata y porquerías varias a precio de carne fresca, porque este producto cuesta casi 7€ el kilo. ¿Habrán usado agua pura de glaciar para cobrarla a ese precio? Como digo en mis libros, la carne del mercado y cortada delante tuya, es la que menos probabilidades tiene de estar adulterada como esta con ingredientes de difícil comprensión.

Escalopines de cerdo de Mercadona

Escalopines de cerdo de Mercadona

Este mismo fabricante y distribuidor nos traen otro producto cárnico que parece carne y que seguro que muchas madres seleccionan para sus hijos porque parece una carne limpia, con poca grasa. Se trata del «escalopín de lomo de cerdo marinado». Veamos si con estos ingredientes se han esmerado más: Lomo de Cerdo (64,5%), agua, proteína de soja, sal,  dextrosa, lactosa, proteínas de leche, estabilizadores (E-407, E-410, E-466, E-451 y E452), antioxidantes (E-331 y E-301) y aroma natural. ¡Hasta siete ingredientes ocultos bajo letras y números difíciles de descifrar para un consumidor medio! Aquí va la lista: Carragenina (E-407), Goma de algarroba (E-410), Metil Etil Celulosa (E-466), Trifosfatos (E-451), Polifosfatos (E-452), Citratos de Sodio (E-331) y Ascorbato de Sodio (E-301). No voy a entrar a valorar todos estos ingredientes -aunque ganas no me faltan, sobre todo de preguntar si es necesario meter fibra de madera en la carne (metilcelulosa)- pero no puedo sino denunciar que una carne no debería llevar nada que no fuese carne. ¡Es que viendo estas composiciones a uno le empiezan a parecer naturales los frankfurts! Las salchichas originales de Campofrío (que me parecen una auténtica basura que jamás daría a mis hijos) «sólo» llevan 5 ingredientes ocultos tipo «E».

Por lo menos, este segundo producto tiene un precio menor, de algo menos de 5€ el kilo. Sin embargo es posible comprar carnes frescas a este precio. Mi recomendación, especialmente si vais buscando cena para los más pequeños, es que os decantéis por las carnes frescas, los pescados frescos, y los huevos. Todavía no han empezado a meter porquería dentro de estos, aunque supongo que todo se andará 🙂 .

Yo me mantendría alejado de estos productos, porque por ese precio se puede comprar carne real fresca, y más que nada por coherencia y lógica. Si dejamos de comprar estas porquerías es probable que los fabricantes dejen de hacerlas y los distribuidores de venderlas. Comparte el artículo para correr la voz sobre este tipo de productos que debemos evitar.

Actualización del 10/04/2015: En vista de la avalancha de comentarios que estoy recibiendo, me es imposible contestarlos todos uno por uno. Sin embargo, he visto que las inquietudes de la mayoría de las personas son las mismas, y les he dado respuesta en este artículo llamado «Contestando a todos» que trata sobre lo que la mayoría de comentarios hablan.

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Denunciable: Cereales Harrisons Minis rellenos de leche

Hoy inauguro una nueva sección del blog llamada «Denunciable«. En esta sección voy a publicar los productos alimenticios que peor opinión me generen. Lógicamente, se trata de mi opinión personal y nada más. Empiezo con este producto que apareció en mi casa por casualidad pues venía en la mochila de un compañero de uno de mis hijos que vino a pasar la tarde después del colegio. Puede que sean una marca propia de Mercadona, pero no estoy seguro. El caso es que mirando esta foto de la parte delantera de la caja, uno puede llegar a pensar que está comprando un alimento bueno para sus hijos. Analicemos la caja:

Parte frontal de la caja de cereales Harrisons

Parte frontal de la caja de cereales Harrisons

Aparece una foto de lo que parece ser unas galletitas integrales que tienen leche dentro y, a la derecha, un símbolo que dice «Cereales Integrales». También nos aparecen unos valores nutricionales arriba que no tienen demasiada mala pinta. Pero entremos al detalle. Para empezar, los valores nutricionales no son para 100gr, sino para una «ración» que el fabricante estima de 35gr y, además, pese a que la caja está claramente diseñada para el público infantil, las medidas están tomadas en base a la dieta de un adulto. No creo que haya un sólo niño que se conforme con 35 gramos de este producto en el mundo. No me creo, ni por asomo, que un niño se tome 35gr de este producto y tenga resuelta la merienda o el desayuno. Establecer la ración en 35 gramos es un insulto a la inteligencia del consumidor. Más bien me imagino que un niño cualquiera se tomará de 2 a 5 bolsitas, o sea, de 70 a 175gr del producto, lo que dispararía estos valores nutricionales anunciados y con ellos la secreción de insulina.

Detalle de la Caja de los Cereales Harrisons

Detalle de la Caja de los Cereales Harrisons

Si miramos el lateral del producto, nuevamente tenemos el sello de «cereales integrales» y una explicación con un gráfico de la importancia de tomar cereales integrales. Sin embargo, si prestamos atención, vemos en la última frase el doble engaño: primero, nos confirman que este producto tiene un decepcionante 10% de cereales integrales. Ni siquiera podemos concluir de esta afirmación si significa que de los cereales que contiene el 10% son integrales o si el 10% del producto terminado son cereales integrales. En ambos casos, el valor es tan bajo que les debería dar vergüenza anunciar el producto a bombo y platillo con varios logotipos de «cereales integrales». Además, dice que estos cereales integrales aportan «nutrientes esenciales», pero yo eso no tengo tan claro que sea cierto. Los nutrientes esenciales son los ácidos grasos esenciales y los aminoácidos esenciales. ¿Cuáles son los que aporta este producto? Misterio sin resolver…

Valores Nutricionales Cereales Harrisons

Valores Nutricionales Cereales Harrisons

Si miramos ahora los valores nutricionales del producto en el lateral, desenmascaramos el engaño de los valores nutricionales publicados en la parte frontal del paquete. Aquí vemos claramente que en  100 gramos de producto hay 66 gramos de hidratos de carbono y, más concretamente, 33 gramos de azúcar añadido. O sea, estos cereales supuestamente integrales y supuestamente más sanos que los normales, contienen un 33% de azúcar añadido y un 66% de azúcar total. Vamos, un magnífico desayuno o merienda si queremos que nuestros hijos acaben siendo diabéticos. El colmo de la composición nutricional es que el aporte de fibra se queda en el miserable 3,5%, y eso y nada es lo mismo…

En cuanto a los glúcidos, hemos pasado de leer 13% (11,6gr) en la parte frontal de la caja a comprender viendo los valores reales que tienen un 66% de hidratos, de los cuales un 33% son puro azúcar añadido.

A mí, este producto me parece denunciable especialmente por su diseño obviamente enfocado a niños, y por eso lo publico en mi blog, pero esto es sólo mi opinión…

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