Una de las cosas que denuncio en mi nuevo libro, La gran mentira de la Nutrición, es la falta de competencia real en el mercado de la industria alimentaria. Aunque a priori parece que existen muchas marcas y muchos fabricantes de alimentos, la realidad no es exactamente esa. Esa falta de competencia real es el principal motivo por el que ciertos fabricantes pueden cometer todo tipo de abusos con el consumidor.
Para ejemplificar esto mejor, ayer mientras hacía la compra me paré a mirar un producto cuyo envase tenía una pinta excelente. Se trata de la mayonesa Calvé Casera. El bote es más pequeño de lo normal y la mayonesa un poco más oscura, y como en el etiquetado aparecen unas fotos de huevos y de aceite de oliva, pensé que sería similar a la que yo compro habitualmente, que es la mayonesa Musa con un 76% de aceite de oliva.
Lo cierto es que al mirar la composición de la mayonesa Calvé Casera y sus valores nutricionales que quedé estupefacto. Calvé, por si no lo sabéis, pertenece a la empresa Unilever, que también es dueña de Hellmann’s y Ligeresa entre otras marcas líderes del sector. Resulta que, en realidad, la mayonesa Calvé Casera tiene de casera lo que tengo yo de ruso, o sea, nada. Sin embargo, el fabricante no tiene reparo en, una clara violación de los más elementales principios éticos, etiquetarla con todo tipo de guiños y referencias a un producto casero.
Se ve que para los señores de Unilever en España una mayonesa casera se hace (en orden de mayor a menor concentración) con un 50% de aceite de soja -que no es del color amarillo oliva que aparece en la foto de la etiqueta-, agua, vinagre de vino (5,1%), yema de huevo de gallinas camperas, almidón de trigo, almidón modificado de maíz, azúcar, sal, cloruro potásico, aromas, espesantes (goma garrofin, goma guar), zumo de limón concentrado y colorante. Imagino que eso de hacer la mayonesa con el huevo completo, aceite de oliva y una pizca de sal y limón está anticuado y lo verdaderamente casero es ponerle almidones de cereales y granos, gomas y demás inventos.
A nadie debe extrañarle con esta composición que esta mayonesa tenga casi un 5% de carbohidratos cuando la mayonesa normal no debería tener ninguno o tenga menos de un 1% de proteínas porque no se usa el huevo completo, sino sólo la yema, lo que además supongo que explica que no emulsione la mezcla de manera adecuada y tengan que andar añadiéndoles almidones y espesantes.
A mi no me parece mal que haya una mayonesa de bote que tenga esta composición -y un precio acorde a dicha composición, claro-. Lo que me parece fatal es que esa mayonesa se presente como presuntamente casera, adornada con fotos de huevos y aceite de oliva, y que en realidad diste mucho de ser una mayonesa. En cualquier caso, y aunque yo compro la mayonesa que he comentado antes para tenerla en caso de emergencia o para algo rápido, por lo general lo recomendable es gastar un par de minutos, un huevo fresco, un buen aceite, un pellizco de sal y medio limón exprimido para obtener una mayonesa de calidad con unos valores nutricionales muy buenos, con unas proteínas y grasas de mucha calidad, que lejos de hacernos engordar (salvo que usemos cantidades disparatadas) nos servirá para aderezar multitud de recetas.