Hoy hace exactamente dos semanas que publicaba un artículo denunciando la composición de unos quesos Millán Vicente que había comprado esa misma mañana en un supermercado junto a mi oficina. En aquel artículo decía que había comprado 4 paquetes de queso distinto, pero solo hablaba de dos de ellos. Bueno, pues ahora puedo contar que con los otros dos hice un experimento que hoy vengo a denunciar.
En realidad, el experimento continua, pero ya no tengo claro que pueda acabar en un momento razonablemente próximo, así que me he decidido por contar el caso de estos otros dos paquetes de queso. En esta ocasión se trata de queso cortado en lonchas en formato de Sándwich. En realidad, no debería llamarle queso, aunque la poca vergüenza del fabricante le permite llamarle a esto en el paquete «Especialidad Alimentaria a base de Queso». Ya ni si quiera es «Especialidad Láctea» como otros. Este es directamente «Especialidad Alimentaria», lo que quiera que eso signifique…
El caso es que hace ahora exactamente 15 días que dejé esos dos paquetes de queso encima de la mesa de mi despacho. No os podéis ni imaginar la de explicaciones que he dado en estas dos semanas a las personas que han desfilado por aquí acerca de porqué tengo dos paquetes de queso encima de mi mesa, cuando deberían estar, cuando menos, en la nevera. De hecho, en el etiquetado dice claramente que se conserve entre 0 y 5 grados, algo que yo he evitado hacer a posta. De hecho, esta «especialidad alimentaria» se ha mantenido a unos estrictos 24 grados de 8 de la mañana a 8 de la tarde y entre 24 y 36 grados durante la noche y los fines de semana.
Uno esperaría que con el poco cuidado que he tenido (adrede) con la famosa especialidad, esta estaría a estas alturas corriendo con vida propia por la mesa. Pues bien, nada más lejos de la realidad. La foto que encabeza este artículo es del día que compré el queso, el pasado 16 de Julio, y la foto bajo estas líneas es de ahora mismo, 15 días después habiéndolo conservado a temperatura ambiente (ambiente de Julio en Málaga, que es un ambiente más bien caldeadito). He esperado pacientemente a que apareciese el moho y se estropease, pero la conclusión a la que he llegado es que este «queso» es inmortal y va a sobrevivirme.
¿Cómo es posible que este «queso» no se haya puesto verde y se haya estropeado? Es sencillo. Porque, una vez más, no es queso. Eso sí, como veremos ahora, el fabricante, una empresa llamada Abrilisto, s.l., se ha preocupado de incluir entre sus ingredientes un roñoso 10% de queso para poder llamar a esta guarrería «Especialidad Alimentaria a base de Queso«.
Veamos la lista de ingredientes del producto Sándwich Edam: Grasa Vegetal, Leche en Polvo, Proteína de Leche, Fécula de Patata, Lactosuero, Sales Fundentes (E452 y E339), Queso Edam (10%), sal, acidulante (E330) y conservante (E202). La del otro producto, denominado Sándwich a secas, tiene una lista de ingredientes exactamente igual, pero obviando la palabra Edam entre sus ingredientes. Francamente, me parece un atropello y un engaño que en la etiqueta lo que aparezca en grande sean las palabras SANDWICH EDAM, algo que está específicamente diseñado para engañar al consumidor haciéndole creer que compra queso para sándwich Edam.
Me gustaría poder analizar los valores nutricionales del producto, para comentarlos aquí, pero resulta que no aparecen en el paquete, así que son difíciles de adivinar. El caso es que parece que lleva una cantidad considerable de cosas que no deberían formar parte de un queso, como la grasa vegetal [¿hidrogenada?], la fécula de patata o la proteína de leche. ¿Porqué hay que añadir proteína de leche a un queso, que se supone que está hecho con leche? Pues seguramente porque con la composición original no tendría siquiera proteínas. Si alguien está tentado a decirme que da igual usar leche que usar suero de leche con proteína de leche, tengo que decirle que está realmente equivocado.
La leche, de manera natural, tiene unas proteínas que se encuentran en diversa forma en su estructura. De la leche se extraen proteínas como el caseinato cálcico, de muy lenta asimilación, o el caseinato micelar, de asimilación más rápida. Pero también se extraen otras proteínas como el famoso Whey, que se asimila muy rápido. Como uno puede imaginarse, la velocidad de asimilación de la proteína dicta el efecto que esta tiene en el organismo y por lo tanto, el tipo de proteína que le estén añadiendo determinará el efecto que el alimento -por llamarlo de algún modo- tendrá en el organismo. Visto su precio por kilo y el resto de ingredientes, me atrevo a aventurar que no han usado caseinato en su composición.
Una vez más, mucho ojo con los «quesos» que compramos, vaya a ser que andemos preparando sándwiches de grasa vegetal hidrogenada que afecten severamente a la salud de nuestros niños por ahorrar unos euros en la lista de la compra. Para los que no leyeron el artículo anterior, recordar que el queso de verdad tiene muy pocos ingredientes, que normalmente serán Leche, cuajo (fermento), sal y opcionalmente caseina.