Me resulta bastante hipócrita que nos llevemos las manos a la cabeza cuando se cuela alguna imagen subida de tono en la televisión en horario infantil y sin embargo no nos produzca la menor repulsa ver como los fabricantes de alimentos usan estrategias dirigidas a engañar a los niños y a sus padres. En mi humilde opinión -y como padre de tres hijos- es mucho más importante la educación nutricional y que comprendan como deben alimentarse para estar sanos y bien nutridos que si se cuela una imagen subida de tono en su horario. Lógicamente no defiendo esto último, más bien al contrario me quedo estupefacto por ver como los anuncios de geles «de placer» Durex aparecen a todas horas en todas las cadenas y ya me he visto en la tesitura de explicarle a mis dos hijos pequeños para qué sirven debido a sus constantes preguntas. Sin embargo, si debo elegir entre tener que explicarles esto o tratar de convencerles que las galletas de Disney son una porquería empaquetada, me resulta más sencillo lo primero, porque al menos los geles Durex no llevan la cara de la princesa Elsa y no crean un vínculo inmediato con los niños.
Esta foto que acompaña la he hecho con mi móvil en un Carrefour de Málaga (se puede ampliar al hacer clic sobre ella), pero igualmente podría ser cualquier otra cadena en cualquier otra ciudad. Me parece obsceno que el lineal de galletas tenga este aspecto y esté diseñado para engañar a los niños de manera inmediata. Quiero usar unos minutos hoy para repasar este lineal en este artículo, a ver si así puedo concienciar a más padres de la importancia de vigilar la alimentación de sus hijos, no siendo un talibán y diciendo a todo que no, sino educando y enseñando a los niños a diferenciar entre el marketing y la realidad. Analicemos la foto desde arriba a la izquierda hasta abajo a la derecha y veréis que el resultado es catastrófico.
El primer producto que vemos son las galletas Princesas de Artiach que contienen un 25% de azúcar en peso y un 70% de carbohidratos, sin fibra declarada en sus valores nutricionales y con solo medio miserable gramo de proteína en su composición. Basura nutricional. Eso sí, un despliegue promocional sin precedentes que incluye canción, video musical, micro-site del producto y un sinfín de cosas más para que tu hija se las quiera comer de tres en tres. Claro, en algo se tienen que gastar el dinero que se ahorran en ingredientes de calidad.
Se nota que a la británica United Biscuits le sobra dinero. En su producto McVitie’s cuentan con derechos de imagen de Kung-Fu Panda (DreamWorks), Shreck (DreamWorks), Bob Esponja (Nickelodeon) y Dora la Exploradora (Nickelodeon). No voy a aburrir publicando los valores nutricionales e ingredientes de cada paquete, pero debo decir que son todos muy similares, con más o menos azúcar. En general, pura basura que no deberían comer los niños.
Carrefour nos deleita con la imitación de personajes de Dora la Exploradora y Guillón (estas también contienen azúcar y jarabe de glucosa y fructosa) apuesta por la franquicia recreativa Angry Birds para sus galletas. Fontaneda nos trae a su osito Lulu en formato bizcocho. En su publicidad dice que han sido desarrollados por «expertos nutricionistas». Sepa usted que los expertos nutricionistas de Fontaneda opinan que sus hijos deben consumir una merienda con esta basura de ingredientes, ordenados de mayor a menor cantidad: harina de trigo, jarabe de glucosa, jarabe de glucosa, azúcar, huevos, grasa vegetal, chocolate (cacao con más azúcar), leche, estabilizante (glicerina), gasificante (difosfato sódico, carbonato ácido de sodio), extracto de suero de leche, emulgentes, sal, cacao en polvo y aromas. Si usted quiere a sus hijos la mitad que yo a los míos, seguro que tendría un par de cosas que decirles a los «expertos nutricionistas» de Fontaneda, y sospecho que la conversación no sería agradable, porque hay que ser muy mezquino para venderse por un puñado de euros y decir que los ingredientes de estas galletas son los adecuados para un niño. Bueno, teniendo en cuenta que Fontaneda pertenece al gigante Mondelez International (antigua Kraft Foods), quizás el puñado de euros sea algo más que un puñado, ¿verdad?.
Arluy apuesta por Star Wars para sus galletas y Cuétara por los Minions. Río es un fabricante que se cuela ahí en medio sin ningún personaje infantil, pero desafortunadamente su composición es similar al resto. A continuación tenemos galletas de Paw Patrol, de Pepa Pig, de Pets, de Dori, de Trolls y de vuelta con el osito Lulu, esta vez en formato galleta. Las galletas Chiquilín usan su propio osito «teddy» mientras que Arluy aparece otra vez, esta vez con Los Simpson. Virgnias nos trae a los famosos personajes de Disney Mickey y Minie. Artiach a los Dinosaurios y de nuevo Arluy, esta vez con las princesas de Frozen.
En total, 19 productos con 16 famosos personajes infantiles. ¿De verdad soy el único que piensa que esto es absolutamente erróneo? La mayoría de estas galletas son, en números redondos, un 80% de carbohidratos, casi todos azúcares, un 10% de grasa y un 10% de otros nutrientes, entre ellos miserables cantidades de proteína prácticamente ausente de calidad biológica. Nuestros hijos deben alimentarse de nutrientes de calidad, y resulta que lo que más tienen estos productos es azúcar, y el azúcar NO es un nutriente, porque más que nutrir nuestras células contribuye a desnutrirlas. Nuestros hijos necesitan proteínas de calidad (por ejemplo procedentes de huevos, leche, pescado, carne o marisco) y grasas de calidad (por ejemplo aceite de oliva) para crecer adecuadamente, y estos alimentos con formato infantil no son nutritivos, sino más bien pornografía nutricional.
En la serie de artículos que denomino denunciables y que se puede consultar aquí, he hablado en bastantes ocasiones de galletas y cereales pensados para niños, así que no he querido entrar en los detalles que se pueden consultar en esos artículos, pero si quiero llamar la atención sobre la proliferación de personajes infantiles en alimentos que nuestros hijos demandan. Cuando llevo a los niños a la compra, directamente evito pasar por delante de los lineales de galletas para niño. Como no hay nada ahí que sea nutricionalmente interesante, directamente me lo salto, y mi consejo es que hagas exactamente lo mismo. Quizás así, si las ventas bajasen, los fabricantes se preocuparían más de hacer productos nutricionalmente adecuados en lugar de invertir el dinero en patrocinios pensados para engañar al consumidor. Como padres debemos preocuparnos de explicarles a nuestros hijos la diferencia entre un producto de calidad y un marketing de calidad, que no siempre va una cosa de la mano de la otra. El marketing de calidad es la cara de Dora la Exploradora en un producto para niños. El producto de calidad es aquel cuyos valores nutricionales son óptimos, y ninguno de estos productos lo son.