Debo admitir que me fascina la facilidad pasmosa con la que la empresa Bicentury miente descaradamente en sus productos sin que a nadie, aparentemente, le importe lo más mínimo. Debe tener el respaldo masivo de los consumidores porque cada vez tienen más productos en el mercado y desde luego a las autoridades no parece que los engaños continuados de esta marca les importen mucho. Después del artículo que les hice a sus galletas Devoragras en 2015 y a sus Nackis en 2014, hoy os traigo un análisis de su producto «Proteína entre horas«, que como enseguida veremos más bien debería llamarse «Azúcar entre horas».
Si examinamos el empaquetado, que es lo primero que el consumidor observa cuando va al supermercado, todo apunta a que se trata de un snack saciante para tomar entre horas a base de proteína. De hecho, en la parte trasera de la caja dice claramente «Pruébalas y siéntete satisfecha hasta la siguiente comida». ¡Qué buena idea! ¿Verdad? Sí, si fuese cierto, pero nada más lejos de la realidad. Bueno, pues empezaré diciendo que es científicamente imposible que este snack produzca saciedad alguna, pues los dos macronutrientes intrínsecamente ligados a la sensación de saciedad, las proteínas y las grasas, brillan por su ausencia en este snack. En concreto, de proteína tenemos únicamente un 14% mientras que de grasa ni siquiera llegamos al 10%. Eso sí, con un fulgurante 52% de hidratos de carbono -incluyendo un casi 30% de azúcares- esta barrita lo que realmente nos producirá será sensación de hambre al poco tiempo de haberla ingerido porque sus valores nutricionales son pésimos. ¿Lo habrán hecho a propósito para que te ventiles la caja de una sentada?
Veamos en detalle el producto, comenzando por su precio. Las buenas noticias son que la caja «sólo» cuesta 2,29€ (precio Carrefour en Junio 2017), pero ahí se acaban las buenas noticias. Para el comprador impulsivo parece un precio más que razonable por un snack de proteína, pero la realidad es bien distinta. En toda la caja hay 11 gramos de proteína, lo que sitúa el precio por kilo de esta proteína -que es lo que quieren que creas que estás comprando- en 208€/kg. Para obtener esos 11 gramos de proteína que contiene toda la caja podrías tomarte un huevo grande que te costaría unos 10 céntimos, y del que obtendrías incluso más proteína y de infinita mayor calidad. En un huevo XL (+/- 70g) tienes entre 15 y 18 gramos de proteína de altísima calidad, lo que sitúa el precio de la proteína de huevo en algo menos de 6€ el kilo. O sea, puedes comprar unos 55 huevos XL para obtener 1Kg de proteína de alta calidad y todavía te sobrarían 202€ de los que necesitarías para comprar la misma cantidad de proteína procedente de este snack, siendo además, como enseguida veremos de muy baja calidad. Todo esto sin entrar a debatir que en el huevo, además de proteína de altísima calidad hay también grasa de altísima calidad (incluyendo Omega-3), vitaminas y minerales, nutrientes que en la barrita de Bicentury ni están ni se les espera.
Si miramos la composición, resulta ridículo que el ingrediente principal de un snack de proteína sea el azúcar, pero este se repite en 9 ocasiones entre azúcar e ingredientes ricos en azúcar. Sus ingredientes (ordenados de mayor a menor concentración) son: Chocolate con leche (24%) (azúcar, manteca de cacao, leche desnatada en polvo, pasta de cacao, suero lácteo en polvo, mantequilla, emulgente: lecitina de girasol, aroma), cereales chocolateados (harina de arroz, azúcar, cacao desgrasado en polvo (10%), fibra alimentaria: fibra de guisante, gluten de trigo, malta de trigo, sal), copos de proteína y cereales (11,5%) (mezcla de proteínas (72%) (proteínas de la leche, proteínas de soja, proteínas de guisante), harina de trigo, azúcar, harina de malta de cebada, fibra alimentaria: fibra de bambú, sal), fibra alimentaria: oligofructosa, copos de trigo (germen de trigo, almidón de trigo, harina integral de trigo, gluten de trigo, miel, zumo de pera concentrado, harina de malta de cebada, sal, canela), azúcar, jarabe de glucosa, copos de avena, copos multicereales (arroz, grano integral de trigo, azúcar, gluten de trigo, extracto de malta de cebada, harina de trigo, leche desnatada en polvo, sal, germen de trigo, emulgente (mono- y diglicéridos de ácidos grasos)), chips de chocolate con leche (3,5%) (azúcar, manteca de cacao, leche desnatada en polvo, pasta de cacao, suero lácteo en polvo, emulgente: lecitina de soja, aromas), maltodextrina, humectante: sorbitol, sal, aceite de girasol, aroma, emulgente: lecitina de girasol, fumarato de hierro. ¡Sí, todo eso llevan estas barritas!
De modo que en una barrita de Bicentury Proteína entre horas hay la miserable cantidad de 2,8 gramos de proteína de diversas fuentes, algunas no especialmente buenas, y sin embargo tenemos 10 gramos de hidratos de carbono, de los cuales, casi 6 gramos son azúcar pura: más del doble de azúcar que de proteína y se atreven a llamarlo «proteína entre horas». Yo creo que al menos deberían podrían haber disimulado llamando al producto «Proteína Azucarada entre horas» o algo así, ¿no?.
El otro día me decía alguien, hablando de mis quesos inmortales, que todos los fabricantes son iguales, pero esto no es cierto. Por ejemplo, en una barrita Protochoc de CiaoCarb, que pesa 35g, hay 12 gramos de proteína de alta calidad (leche, arroz, cacao y avellanas), o sea, más que en toda la caja de Bicentury, y sólo 3.5g de hidratos de carbono, de los cuales únicamente 0,30g son azúcares, los naturalmente presentes en el cacao, pues no lleva un solo gramo de azúcar en su composición.
Pero el engaño del producto de Bicentury no es únicamente su patético contenido en proteína y alto contenido en azúcar, sino que además se aventuran a decir que la proteína de la barrita se absorbe de forma progresiva, algo que tampoco es cierto. De hecho, la proteína de leche (la única de calidad) que contiene este snack es precisamente suero lácteo en polvo, que es bien conocido en la nutrición deportiva por absorberse de manera rápida. El que quiera proteína de asimilación lenta, que mire al caseinato cálcico, como explico en este artículo, pero claro, la caseína es cara y a los señores de Bicentury no le salen las cuentas a 2,29€ la caja, así que básicamente usan suero, mienten y se quedan tan panchos.
También dicen «Contiene hierro que te aporta vitalidad en tu vida» pero lamentablemente se olvidan decirte que el hierro que contiene cada una de sus barritas equivale únicamente al 4% de tus necesidades diarias de hierro, o sea, que eso y nada es lo mismo. Si quieres hierro, cómete un filete, come frutos secos, mariscos o huevos, porque debes saber que el hierro de origen vegetal es de muy difícil absorción, así que no te creas el engaño de los cereales integrales porque, incluso aportando entre 7 y 18 mg de hierro cada 100g, su absorción es prácticamente nula. Además, si crees que el hierro de esta barrita es inherente a productos naturales, estás en un error que nuevamente te han inducido con su cuidado marketing. El hierro de las barritas Bicentury Proteína entre horas procede del fumarato de hierro que se le añade artificialmente y puedes ver en la lista de ingredientes en último lugar, de manera testimonial. Esto lo hacen con el único fin de decir que el producto te aporta vitalidad, algo que lógicamente además de no ser cierto, es bastante confuso pues difícilmente 0,6 mg de hierro, que es lo que tiene cada barrita, te pueden aportar beneficio alguno.
Si de verdad quieres snacks funcionales basados en la proteína, deberías mirar otros fabricantes porque este miente por los cuatro costados de la caja y con este producto, aunque creas que estás ingiriendo proteína, en realidad te estás metiendo chute tras chute de azúcar, eso sí, a muy buen precio 🙂 En definitiva, aunque las barritas Bicentury Proteína entre horas gozan de un excelente marketing, y cuentan seguramente con el aval de famosos y televisivos cocineros, no puedo sino concluir que nutricionalmente son pura basura y recomendarte que no las introduzcas en tu dieta… salvo que de verdad necesites azúcar, algo que te situaría, por cierto, en una escala evolutiva diferente al resto de los humanos, que no la necesitamos.