Un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology sugiere que desayunar un zumo de naranja está asociado con mayor riesgo de aterosclerosis.
¡Oh Dios mío! ¡Me van a crucificar! Bueno, pues no deberían, porque lo único que he hecho con este titular es resumir de otro modo el mismo estudio del que llevamos dos semanas oyendo hablar y que, según muchos, viene a decir que las personas que no desayunan acumulan más grasa en las arterias. El estudio en cuestión, titulado The Importance of Breakfast in Atherosclerosis Disease (La importancia del desayuno en la Aterosclerosis) se publicó el 15 de Octubre de 2017 en el Journal of the American College of Cardiology y puede consultarse en este enlace. Como ocurre con otras publicaciones científicas, el resumen del artículo es accesible para todo el mundo pero si quieres leer el artículo completo, debes estar suscrito a la revista o rascarte el bolsillo. Lamentablemente, parece que los periodistas no están por la labor de rascarse el bolsillo y publican conclusiones sobre resúmenes, sin entrar a valorar el artículo completo. Como este tema me interesa desde hace mucho tiempo, me he rascado un poco el bolsillo y me he comprado el artículo completo para poder entender mejor el estudio y poder resumirlo, y hoy os traigo ese resumen.
Antes de empezar, la letra pequeña que parece que a nadie interesa, los datos olvidados sobre este estudio: Se trata de un análisis sobre un estudio en curso, el PESA, financiado por varias organizaciones, la mayoría españolas, sobre trabajadores del Banco Santander en Madrid. En concreto, unos 4.000 trabajadores en una franja de edad entre 40 y 54 años, y cuyos hábitos de desayuno se han estudiado durante los 15 días previos a este análisis. Sí, 15 días, como suena, y si durante esos 15 días los participantes han consumido cualquier alimento, el que sea, se ha dado por hecho en el estudio que su consumo es «habitual» en el sujeto. Además de las Universidades y Centros de Investigación que han financiado este estudio, uno de los investigadores, el Dr. Bueno, ha recibido fondos de investigación de los laboratorios Abbott, de AstraZeneca, de Bayer, de Bristol-Myers Squibb/Pfizer y de Novartis, además de recibir dinero por atender y hablar en reuniones científicas por parte de AstraZeneca, Bayer, Bristol-Myers Squibb/Pfizer, Ferrer, Novartis, Servier y theheart.org/Medscape. El Dr. Peñalvo, otro de los investigadores, trabaja para la farmacéutica Merk. Sólo lo menciono porque no soy muy amigo de las investigaciones e investigadores financiados por laboratorios, y en este caso algunas cosas me han parecido curiosas, como la ausencia de datos sobre las medicaciones de los participantes, que indudablemente las hay.
Vamos por partes. ¿Porqué he puesto antes «no desayunar» entre comillas? Pues porque ese es el motivo concreto por el que este artículo se llama «Desayunar zumo de naranja eleva el riesgo de aterosclerosis». Resulta que para diferenciar entre las personas que no desayunan, las que desayunan poco y las que desayunan mucho, los investigadores han fijado unas pautas calóricas. Traduzco del inglés pero citando textualmente: «[…] hemos estimado que 300 ml de zumo de naranja (que se consume típicamente como desayuno en España) contendría unas 123 kcal […] Por lo tanto, hemos formulado la hipótesis de que si la ingesta matinal de un participante no excede 123 Kcal (5% del total de la energía diaria ingerida), eso podría ser una aproximación a saltarse el desayuno […].» O sea, las personas que desayunan 300ml de zumo de naranja, que aporta unas 123 kcal, y que el estudio considera es un desayuno habitual en España, son considerados como que se saltan el desayuno. Luego, si acudimos a la conclusión rápida que muchos han sacado, de que «saltarse el desayuno» produce mayor riesgo de aterosclerosis, por pura lógica estamos formulando la hipótesis de que si desayunamos sólo zumo de naranja -que es como no desayunar según el estudio-, elevamos el riesgo de sufrir aterosclerosis.
Pero en realidad, y aunque no soy muy amigo del zumo de naranja, ambas conclusiones me parecen muy precipitadas porque hay otros factores que se han tenido en cuenta en el análisis y que a ningún periodista han parecido importar, pero que considero que son de vital importancia para entender los resultados, aunque quizás vendan menos periódicos porque no nos van a sorprender tanto. Por ejemplo, hay una correlación que puede implicar causalidad en el hecho de que casi el 42% de los que se saltan el desayuno son fumadores activos mientras que sólo el 17% de los que hacen un desayuno hipercalórico lo son. En mi artículo El engaño del siglo XX que también aparece como anexo en mi libro Adelgazar sin Milagros ya advertí que uno de los principales causantes de la enfermedad cardiovascular era precisamente el tabaco, así que a mí, al menos esto no me ha cogido por sorpresa.
En mi opinión, la mayoría de periodistas -para variar- se ha quedado con un titular tan grandilocuente como el mío, creado a propósito para demostrar el error del análisis superficial. En realidad, la conclusión que yo saco es que en general, las personas que no desayunan tienen hábitos mucho menos saludables y por lo tanto habría que profundizar para entender que ese mayor riesgo de aterosclerosis no obedece a la causa de no desayunar, sino al conjunto de hábitos que estos sujetos tenían durante el análisis. Por otro lado, esta conclusión también la sacan los autores del estudio, y cito y traduzco literalmente: «Un modesto 3% de los participantes fueron clasificados como no consumidores de desayuno (<5% de la energía total diaria consumida antes de las 10 AM), y se caracterizan además por seguir un estilo de vida poco saludable, incluyendo una dieta pobre, consumo frecuente de alcohol y ser fumadores». Sin embargo, no creo en la causalidad del desayuno. O sea, no creo que el hecho de no desayunar produzca que uno sea más bebedor, fumador y siga una dieta poco saludable, sino que dentro de una vida desordenada con hábitos poco saludables, es fácil encontrar sujetos con horarios y hábitos de comida nefastos. Y por lo tanto, personalmente no creo que saltarse el desayuno contribuya a la aterosclerosis. En cuanto a la afirmación de que desayunar zumo de naranja causa aterosclerosis, bueno, digamos que no creo que exista esa relación directa, pero desde luego, como he repetido bastante, creo que el zumo de naranja no debería tener cabida en una dieta sana porque sus beneficios son netamente inferiores a los problemas que puede causar.
Por último, pero no menos importante, el estudio se fija en personas entre 40 y 54 años, que llevan entre 4 y 5 décadas desayunando, pero sólo observa las últimas dos semanas, y lo hace mediante un formulario electrónico, considerando que aquello que hacemos ahora, incluso si sólo llevamos unas semanas o unos meses haciéndolo, es lo habitual. No puedo creerme que la presencia de placas de ateroma sea el resultado de dos semanas de alimentación, por muy nefasta que esta sea. Una de las cosas que digo en el libro La gran mentira de la nutrición es que el cuerpo humano tiene una gran tolerancia a las burradas que hacemos con él. Nadie se ha muerto por fumar un par de semanas, ni por beber durante ese tiempo, y mucho menos por no desayunar ni por desayunar zumo de naranja. Al contrario, normalmente hacen falta décadas de tabaco o de alcohol -o de zumo de naranja- para notar claramente los efectos nocivos en el organismo de manera clara. Por eso, analizar de manera observacional únicamente un par de semanas y presuponer que la presencia o ausencia de las placas de ateroma en los sujetos está relacionada con dicha observación es, a mi gusto, un tanto osado. A modo de curiosidad y por el mero placer de buscar una sonrisa, ninguno de los sujetos que se saltan el desayuno es viudo, por lo que si quieres aumentar tu expectativa de vida, procura que tu pareja no desayune 🙂