Bueno, parece que el artículo sobre las carnes que compré en Mercadona se me ha ido de las manos y no tengo tiempo de contestar, como suelo hacer, todos los comentarios que recibo. Sin embargo, tampoco quiero dar la callada por respuesta, de modo que como veo que los comentarios son en su mayoría acerca de lo mismo, aquí me permito una contestación genérica para todo el mundo. En negrita y más grande pongo el comentario que he recibido varias veces e inmediatamente después mi contestación u opinión al respecto. Con miles de visitas recibidas en los últimos días, me es materialmente imposible contestar uno a uno.
Parece que el artículo es contra Mercadona porque no menciono al resto de empresas del sector
No es cierto. Esta carne de la que hablo en el artículo la compré en Mercadona y hablo de Mercadona como es lógico, pues es el sitio donde la compré. Cuando compro algo que no me gusta en Carrefour, como por ejemplo estas galletas, también lo digo. Y lo mismo se aplica al resto de fabricantes y distribuidores. He hablado sobre una gran cantidad de fabricantes en los últimos meses y seguiré haciéndolo cuando crea que algún producto es notablemente mejorable. De eso va precisamente la serie de artículos que llamo «denunciable» en este blog. No tengo nada contra Mercadona. De hecho, algunos de sus productos me gustan mucho y los compro asiduamente como la ventresca de atún en aceite de oliva, que tiene un precio excepcional y una gran calidad, o su mezcla de frutos secos naturales, a un precio irresistible. Otros lamentablemente, como estos cereales, prefiero no verlos en mi cocina.
Te metes con Mercadona porque es una cadena española y nos gusta criticar lo nuestro
Hablo de Mercadona cuando un producto suyo me parece mejorable, igual que hablo de Carrefour, Nestlé, Pescanova, Danone, Coca Cola, Don Simón y en general cualquier empresa del sector de la alimentación que, en mi opinión, hace algo reprochable, incluso si es legal. En mi libro La gran mentira de la nutrición hablo de muchas personas y muchas empresas que hacen cosas que no me parecen razonables. De hecho, en este artículo me meto bastante con Nestlé por sus prácticas con los cereales de desayuno y sin embargo, más abajo verás que tengo la foto de uno de sus productos en mi cocina. Ni todos sus productos son perfectos ni todos son tan malos. Pero esto es sólo mi opinión como consumidor. Tu puedes tener la tuya y es tanto o más respetable que la mía. No pretendo caerle bien a todo el mundo ni que todo el mundo esté de acuerdo conmigo. Pretendo escribir lo que pienso. Y por cierto, no sólo no me paga nadie por hablar de Mercadona como alguno ha dicho, sino que me cuesta el dinero mantener el blog e imprimir mis libros.
Si quieres denunciar, ve a un juzgado: este producto es legal
El tabaco y las sustancias cancerígenas que contiene también es legal. Hay que ser bastante básico para lanzarme este argumento. Claro que la carne de Mercadona es legal, y todas los que se venden en los supermercados, ¡tendría guasa que no lo fueran! ¿Pero acaso ser legal indica que es lo más idóneo para nuestro organismo o para nuestra economía familiar? No me cabe ninguna duda de que Mercadona y el resto de distribuidores hacen un trabajo realmente impecable asegurándose que todos los productos que llegan al consumidor cumplen las más estrictas normas establecidas. Sin embargo, cuando escribo artículos de mi serie «denunciable» no me estoy refiriendo a que se les deba poner una denuncia en un juzgado, sino que como consumidor, ejerzo mi derecho y denuncio públicamente que el producto -pese a ser legal- me parece que tiene una pésima calidad. El único poder real que tenemos como consumidores es opinar sobre los productos que compramos. Yo he comprado estos productos y estoy en mi derecho de opinar sobre ellos. Te gustará más o menos mi opinión, pero es mía, y además la publico en mi blog, que también es mío. Si no te gusta no tienes más que ir a otro sitio a leer cosas que sean de tu agrado. No escribo para agradar a nadie, sino para divulgar lo que pienso. Si no te gusta, no me leas.
Este producto es un fiambre barato, por eso tiene esa composición. Si quieres carne fresca ráscate el bolsillo y cómprala al corte.
Una foto vale más que 1000 palabras. Ahí tenéis una bandeja de cinta de lomo natural, sin aditivos de ningún tipo, y como podéis comprobar en su etiqueta, es más barata que el fiambre del Mercadona (5,90€/Kg vs 6,95€/Kg). Lo que yo denuncio como consumidor es que ese producto concreto de Mercadona, que es el que he comprado y del que hablo, me lo cobran más caro que la carne real, tiene menos cantidad de carne, mucha agua, y un montón de ingredientes que no debería tener una carne. Insisto, mira la foto antes de opinar. En concreto, el producto de Mercadona, que tiene un 50% de carne de cerdo y un montón de cosas más cuesta 1€ más por kilo, o sea, un 17% más que la carne de lomo de cerdo fresca en un supermercado de la competencia.
Todos los alimentos procesados tienen un montón de ingredientes tipo «E»
Falso, absolutamente falso. Desafortunadamente es la tendencia y cada vez es más difícil encontrar alimentos que no estén llenos de todo tipo de conservantes, estabilizantes, antioxidantes, espesantes y demás. Sin embargo, no es imposible. Estas fotos que os muestro son productos que tengo en casa. Han salido de mi nevera y mi despensa. Como veréis, son alimentos procesados en mayor o menor medida y ninguno tiene una «E». Sí, es cierto que alguno tiene sal, o vinagre, o azúcar, o incluso una mezcla de todos ellos y que en general estos tres alimentos son conservantes, pero creo que entre tomar uno de estos productos y tomar la carne de la que hablaba, hay una gran diferencia.
Hay que etiquetar todos los productos para los celíacos
Pues yo sigo creyendo que una carne o una patata frita no debería llevar trigo y por lo tanto es absurdo que se etiquete el que no lo lleve. En todo caso, debería etiquetarse aquella carne, patata frita, mayonesa o cualquier otra cosa que, sin tener porqué llevar gluten lo llevase. Creo que hemos perdido el norte en esto. Lo normal es que los productos no lleven gluten, aunque entiendo que lo habitual es que lo lleven. Dicho esto, algunos me acusan de insensible hacia los celíacos. Esto es absurdo. Dedico todo un capítulo al tema del gluten en mi libro La gran mentira de la nutrición, personalmente trato de evitarlo a toda costa (y no padezco celiaquía), y promociono activamente el libro Cerebro de Pan del Dr. Perlmutter, en el que básicamente destapa la realidad del gluten, y lo he escrito hace meses en este artículo y en este otro, así que creo que no soy sospechoso de ser insensible hacia la celiaquía. Al contrario, considero que hay que eliminar el gluten de la mayor cantidad posible de productos en los que ahora -desafortunadamente- está presente. Sin embargo, insisto en que si un preparado cárnico lleva gluten, debería llevar una etiqueta bien visible que pusiese «con gluten» y las que estén libre de esta proteína, simplemente no llevar nada.
No entiendo la complicación que tiene el tema del gluten para los celíacos
¡Claro que lo entiendo! Es más, vivo un problema similar con mi hijo mediano, que es tremendamente alérgico a la nuez. Una vez se metió (sin masticarla) un fragmento de nuez en la boca. Se la sacó intacta de inmediato, y casi se queda en el sitio, solo por el contacto con la lengua. ¿Cómo no lo voy a entender si tengo una alergia infinitamente más agresiva en mi propia casa? Ahora bien, ¿considero que un preparado cárnico debe poner una etiqueta «sin nuez»? ¡Claro que no! Se supone que la carne no lleva nuez. Si la llevase, sería de mucha utilidad que pusiese «lleva nuez», cosa que ahora no ocurre, porque lo más que ponen los paquetes con respecto a la nuez es «puede contener trazas de frutos secos», que si alguien se molesta en mirar, es una frase presente en un gran porcentaje de los productos envasados. Siento mucho si los afectados por celiaquía se han sentido molestos con mi opinión. No es mi intención banalizar su problema ni menospreciar sus dificultades. Simplemente creo que la situación es mejorable eliminando el gluten de los alimentos en lugar de etiquetándolo todo.
Todos los productos procesados son iguales
No lo creo, ni mucho menos. El jamón de york Carrefour sin Fostatos se compone exactamente de jamón y sal, nada más. Desafortunadamente uno de mis hijos abrió esta mañana el último paquete y no he tenido tiempo de ir a comprar otro para hacerle una foto, pero esa que relato es su lista de ingredientes, al menos del que yo compro en Carrefour Rincón de la Victoria. Otros jamones que hay allí llevan una lista muy extensa de aditivos, ingredientes de otro tipo (que no son carne), antioxidantes y demás. No todos los alimentos son iguales. Desde mi blog pretendo concienciar de la importancia de leer las etiquetas de lo que compramos, y en este sentido mi opinión es sencilla: si no lo entiendes o no lo puedes pronunciar, no lo compres. Con el pescado pasa igual. En este sobre de salmón ahumado que tengo en casa, ya veis los ingredientes: salmón y sal. Echar un vistazo a otros salmones en vuestro supermercado de confianza. No todos son iguales. En esta otra foto, os muestro un yogur de los que yo consumo de vez en cuando. Los ingredientes son sencillos: Leche, nata y fermentos lácteos. Vamos, lo que viene siendo un yogur natural. Ahora, si me queréis convencer de que lo idóneo es que el yogur, la carne, el pescado y demás lleven 10 ingredientes adicionales con nombres como «benzoato de sodio», no tenéis ninguna posibilidad de hacerlo. En este artículo comparé quesos de verdad y quesos artificiales. No son iguales. De hecho, mis quesos inmortales siguen estando como el primer día y pronto cumplirán un año fuera de la nevera.
Si quieres calidad tienes que comprar marcas de confianza
Esto no es que no lo comparta, es que pienso justamente lo contrario en la mayoría de los casos. Me habéis repetido que compre El Pozo o Campofrío, y esto demuestra que jamás habéis leído las etiquetas de estos fabricantes. El Pozo se salva con algún producto, pero ¿Campofrío? Debe ser una broma. Echa un vistazo a este producto o a este otro, por poner un par de ejemplos. Si algo he aprendido es que de la etiqueta de un producto lo que menos importa es la marca. Hay productos de marca muy buenos y productos de marca blanca igual de buenos o mejores. Al revés pasa también. Hay productos mediocres y malos con y sin marca reconocida. En mi casa no se compra según la marca, sino según la composición, pero cada uno es dueño de hacer lo que le de la gana en su casa supongo.
Las salchichas son peores que los fiambres
Pues yo creo que ni peores ni mejores. Las salchichas que yo compro tienen dos conservantes muy básicos y una gran cantidad de carne sin cereales. Hay otras salchichas, incluso de marca más reconocida que las que yo compro, cuya lista de aditivos no cabe en este artículo y con un lamentablemente bajo contenido en carne. Insisto, lo que importa no es el tipo de alimento ni su marca, sino como está hecho.
Los aditivos son necesarios para conservar la comida
Mentira. Los aditivos son cómodos y baratos, pero no son necesarios. En este artículo os he mostrado algunos productos que se conservan sin frío y no llevan aditivo alguno. Es sólo un ejemplo sacado de mi nevera. Antes de que me acuséis de derrochador, mirar los precios. Creo que ese paté no cuesta mucho más de un euro (hablo de memoria). La carne de la bandeja del principio del artículo está envasada en atmósfera protectora y aparentemente no lleva aditivo alguno (o al menos no lo pone en el etiquetado). Ese bote de tomate frito tampoco lleva aditivos y creo que está más que procesado el alimento que lleva dentro. El único alimento que se va realmente de precio es el Yogur Griego, pero es una muestra clara de que se puede hacer Yogur sin aditivos.
La carne fresca es muy cara
Define caro. 🙂 Aquí tenéis una foto de Chuletón de Buey a 9,50€/kg (Carrefour Rosaleda), que son dos euros y medio más por kilo que el fiambre de Mercadona que desató estos comentarios. Si, antes que me lo digáis, seguramente no es buey gallego añejado en cámara criado sin antibióticos ni hormonas, pero es carne fresca y de bastante buen aspecto debo decir. Lo que es caro es pagar un producto cárnico a 7€/Kg cuando sólo la mitad del producto es carne en el mejor de los casos y su segundo ingrediente es agua. Hace poco vi un fiambre similar de El Pozo que llevaba menos de un 50% de carne. Con esto digo, aunque creo que es obvio, que en efecto no es sólo este fabricante ni este distribuidor el que vende productos así, pero no tengo tiempo ni dinero para comprar todos los productos de todos los supermercados y analizarlos de golpe. Voy al ritmo que puedo. Nadie se lanzó a defender a ultranza a Carrefour cuando hablé de su lamentable pescado congelado para niños. Carrefour, como el resto de grandes cadenas, también tiene productos que son terribles en mi opinión, pero me ofrece mucha más variedad que otros, por eso lo frecuento más.
Usas el blog para promocionar tus libros
Sí, claro que lo uso. El blog se llama «Adelgazar sin Milagros», como mi primer libro y en el artículo de las carnes hablo de mi segundo libro, «La gran mentira de la nutrición» porque viene a colación de lo que estoy hablando. Por cierto, si quieres leer un par de capítulos del segundo, sólo tienes que suscribirte al blog (estoy promocionando mi libro…). Soy un autor autoeditado, lamentablemente mis abuelas fallecieron hace ya muchos años y mis padres están ocupados disfrutando de su jubilación. Si no me promociono yo no se quién lo iba a hacer 🙂 De todos modos, me parece terrible que haya personas a las que les parezca mal que en una web que pago, edito, programo y lleno de contenido yo, sin recibir un euro de nadie por ello, promocione mis libros. Curioso país este en el que vivimos en el que hay personas que entran en tu casa para decirte como debes actuar en ella y lo que puedes y no puedes hacer. Como dije antes, si no te gusta lo que lees aquí te agradezco tu visita, pero mejor márchate. Existen billones de páginas publicadas en Internet. Por favor elige una en la que los contenidos sean de tu agrado en lugar de venir aquí a quejarte de los míos. Hay que ser muy masoquista para perder el tiempo leyendo algo que no es del agrado de uno.
En fin, creo que con esto contesto el 95% de las inquietudes que han surgido en los comentarios. Pido perdón nuevamente a los afectados por celiaquía que han sentido que muestro insensibilidad hacia su problema. No era mi intención. Simplemente pienso que se pueden hacer las cosas mejor de otro modo.
Un último apunte, sobre todo si no has visto tu comentario publicado. Mi blog es mi casa en Internet. Todo el mundo es bienvenido y tiene abierta la puerta para expresarse. Casi 2.000 comentarios publicados hasta el día de hoy dan fe de ello. Ahora bien, en mi casa no permito insultos, ni a mí ni a nadie, no permito que vengas a imponer tus ideas de malas maneras y no permito que entres en el plano personal contra mí ni contra ningún otro miembro de esta comunidad solo porque no te guste lo que has leído. Tampoco permito que uses mi casa -al menos sin pedir permiso- para promocionar la tuya y mucho menos para promocionar principios contrarios a los de este blog (y esto va especialmente por mis amigos vegetarianos que ven la solución a todo dejando de consumir carne). Si tu comentario no aparece, recapacita sobre lo que has escrito, el tono que has usado o las palabras que has lanzado contra otros. Quizás así entiendas porqué no está tu comentario publicado y en próximas ocasiones te dirijas al resto en otros términos. También tienes la opción de buscar otra web en la que expresarte de ese modo, claro, y sospecho que no te echaremos de menos.