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Aquí se recogen todos los artículos escritos por Carlos Abehsera a propósito de su libro Adelgazar sin Milagros.

La Nutrición en la Infancia

Mis hijos hace unos meses

Mis hijos hace unos meses en un paseo por el campo (2014)

Una de las preguntas recurrentes que recibo de las personas que se han leído el libro es ¿Qué les puedo dar de desayunar a mis hijos? Aprovechando que nos ponemos a adelgazar, es cierto que tratamos de extrapolar lo que vamos aprendiendo y comprobando que funciona al resto de la familia. Yo tengo tres hijos y cuando me dispuse a adelgazar comían de una manera muy distinta a como lo hacen ahora. Lo que ocurrió era inevitable: al comprobar los magníficos resultados que este nuevo plan nutricional había aportado a mi organismo no dudé un momento en aplicar todo lo que había aprendido a la alimentación de mis hijos teniendo en cuenta sus necesidades nutricionales y energéticas. No estaba tratando de hacerles adelgazar, sino de nutrirles adecuadamente y asegurarme que se mantenían en el mejor estado de salud posible.

Creo que ya he repetido varias veces que mis hijos rara vez se ponen enfermos y cuando alguno pilla un catarro o una gripe, lo normal es que le dure muy poco tiempo (a veces sólo horas) y que no se lo pase a los hermanos. Antes de este cambio en su nutrición, se ponían malos con mucha más frecuencia y la duración de los procesos era notoriamente mayor, casi siempre de varios días. ¿Qué es lo que ha cambiado entonces en la alimentación de mis hijos? Básicamente, hemos suprimido casi por completo los alimentos procesados y los carbohidratos refinados.

Mi hijo mayor tiene 14 años (cumplirá 15 en noviembre), el mediano 7 años (cumplirá 8 en diciembre) y mi hija pequeña cumple precisamente hoy 5 años. Sus necesidades son diferentes pero la base de su alimentación es la misma. Además de los alimentos que ahora contaré, les doy a todos un suplemento multivitamínico multimineral. El mayor toma el mismo que yo (Vitalimax Nutrition) y los pequeños toman uno formulado específicamente para críos más pequeños (L’ill Critters). Aunque no quiero profundizar mucho en este tema, sí quiero decir brevemente que les doy estos suplementos porque creo que la verdura y la fruta que comen no les aporta todos los micronutrientes que debería debido principalmente a los nuevos métodos de cultivo y a la sobrexplotación del terreno (cuando se cultiva en tierra, que ya no es tan frecuente).

En la base de la alimentación de mis hijos están las proteínas y las grasas. Predominan las carnes de todo tipo, los pescados y mariscos, la leche entera, los huevos y los aceites de oliva y coco. Prácticamente cualquier plato que tomen tiene como ingrediente principal uno o varios de esos elementos, desde el desayuno hasta la cena. Como acompañamiento de esos platos principales, en algunas de sus comidas incluimos verduras o carbohidratos no refinados. De este modo, es habitual verles comer brócoli, lechuga, guisantes u otras verduras pero siempre como acompañamiento de su ración de proteína y regados con aceite de oliva virgen. En una de las comidas les damos una pieza o ración de fruta de postre. Nos decantamos por bayas (fresas, frambuesas, moras…) porque son ricas en vitamina C y ácido fólico (Vit. B9), pero en general no tenemos inconveniente en que tomen una fruta u otra, la que prefieran. Cuando no toman fruta de postre, toman lácteos o incluso queso, si es que quieren postre. En nuestra casa, el postre no es obligatorio. Si creo que han comido suficiente proteína y grasa, me decanto por postres que no aporten nada, como la Gelatina 0% o un «polo-flash».

Mucha gente me pregunta cómo consigo que mis hijos coman verdura, pero lo cierto es que se lo preguntan a la persona equivocada. El mérito es de mi mujer, que desde siempre les ha dicho (con cierta ayuda por parte del saltimbanqui de la serie infantil Lazy Town) que no son verduras sino golosinas. En nuestra casa no hay guisantes, sino sport-chuches. No hay brócoli sino «arbolitos de la fuerza». Con mis hijos pequeños funciona muy bien la coletilla «de la fuerza». De modo que si queremos que prueben algo, le añadimos «de la fuerza» y les contamos que es lo que yo tomo para tener los músculos fuertes. De este modo conseguí que mi hijo mediano cambiase su adorado Nesquik que es básicamente azúcar con sabor a cacao por Cola Cao 0% fibra, que es el «Nesquik de la fuerza» que yo tomo ocasionalmente en mis batidos y que no contiene prácticamente azúcares, sobre todo si lo comparamos con el Nesquik o el Cola Cao convencionales.

Además de su vaso de leche entera con «Nesquik de la fuerza», mis hijos toman para desayunar una gran variedad de cosas, desde pan integral con aceite de oliva hasta huevos, queso o embutidos, según el día. Tratamos de ver en el calendario que nos manda el colegio lo que comieron el día anterior y lo que comerán en el día en curso para adaptarnos al menú y que no coman continuamente lo mismo. El cambio al pan integral no fue sencillo. Estaban muy acostumbrados al pan blanco, pero en cuanto me oyeron decir que era «pan de la fuerza» se apuntaron a esta nueva variedad y ya no han vuelto a cambiar ni reclamar el pan blanco. Tampoco es que coman mucho pan, tan sólo alguna mañana para desayunar.

Para las comidas entre horas (meriendas, aperitivos…) predominan los quesos y lácteos. Aquí si somos bastante cuidadosos comprando. Más que la marca, miramos los valores nutricionales y elegimos aquellos que tienen menos hidratos. Huimos de las grasas hidrogenadas, de los almidones, féculas, soja y demás cosas que no deberían estar en un alimento natural. Para freír y rebozar, algo que hacemos con naturalidad pero usando aceite de coco, usamos salvado de trigo fino, que les aporta bastante fibra y en general usamos las mismas recetas que uso yo para comer al preparar sus alimentos. Por ejemplo, esta falsa pizza, estas croquetas, estos palitos de rosada o incluso esta caldereta de pescado.

Ocasionalmente les damos arroz integral. No saben que es integral y jamás han protestado, entre otras cosas porque como lo toman con tomate, no creo que noten ninguna diferencia. Les hice un día una paella campera (conejo, pollo, cerdo y chorizo) con arroz integral y la devoraron sin piedad. Mi paella, como os podréis imaginar, es más carne que arroz… Otra de las cosas que más ha cambiado ha sido el tema de la patata. Antes de adelgazar, en cualquier compra que hiciésemos no faltaba un saquito de patatas. Ahora no compramos patatas. Si alguna vez necesitamos una patata para algo, vamos y compramos la que necesitamos, pero no almacenamos patata en casa. Si salimos a comer fuera y piden un plato que lleva patatas, pues ese día comen patatas, pero en casa la patata no es una opción. Somos conscientes de que comen patatas en el colegio y cuando salen a cualquier sitio, de modo que tratamos de que en casa lleven otro tipo de alimentación. No las reclaman ni las echan de menos. Creo que la patata en general y el puré de patatas en particular es uno de los peores alimentos que le podemos dar a nuestros hijos.

También han desaparecido de la lista de la compra las galletas. Antes íbamos a comprar y traíamos distintas variedades, con lo que convertíamos la galleta en su desayuno o merienda habitual. Es cierto que son socorridas y les gustan a casi todos los niños, pero la cantidad de azúcar y de harina refinada que aportan es absolutamente descomunal, más aún para un niño. Un aviso: no os dejéis engañar por las galletas «light» o «cero». Son igual de malas pues usan polialcoholes para endulzarlas, no edulcorantes. El azúcar, además de dar dulzor, juega un papel estructural en la galleta, por eso tienen que buscar una solución que aporte masa además de dulzor. Un apunte a cuenta del desayuno: a mi hijo mediano, que es el que más desgaste tiene por su metabolismo, su agenda y su vitalidad, le añado una cucharadita (unos 5 gramos) de Casein Pro en su vaso de leche por la mañana, entre otras cosas porque me lo pide cuando me ve a mí hacerme mi batido. Creo que ese aporte extra de proteína le viene muy bien para pasar la mañana en el colegio.

Por último quiero comentar el tema de la pasta, tan socorrido para los niños. En casa tenemos pasta convencional y pasta proteica. A veces le damos de una y a veces de otra. La pasta la toman en casa sólo una vez a la semana y nunca es el ingrediente principal. Por ejemplo, si un día quieren macarrones, les hacemos Salmón con Brócoli y macarrones, donde lo que predomina es el salmón, seguido del brócoli y luego los macarrones. Se han acostumbrado a comer la pasta así y no lo ven extraño. Lo que les parece extraño es ver un plato de espagueti que lleva encima una cucharada de tomate con unos «granitos» de carne picada.

En fin, creo que con esto os hacéis una idea de cómo hemos aplicado los cambios en la dieta de nuestros hijos. Los resultados que estamos obteniendo son muy esperanzadores. Los tres son de los más altos de su clase, y esto es algo muy significativo porque los dos niños son de los más pequeños en sus clases, pues nacieron en Noviembre y Diciembre respectivamente, y además yo no soy especialmente alto. No duermen siesta ni se sienten cansados ni adormilados en ningún momento del día, incluso levantándose temprano y acostándose relativamente tarde. No tienen tendencia a ponerse enfermos, sobre todo si los comparamos con el resto de niños en sus clases, que se pasan el invierno acatarrados y griposos. Especialmente significativo es el cambio de mi hijo mayor, que si bien es cierto que ha entrado en la pubertad, algo que ha propiciado un notable cambio en su físico, estoy convencido que este proceso se ha visto favorecido ampliamente por el cambio que hicimos en su alimentación. En su caso, además, como se ha leído mi libro, a su manera y sin decir nada, aplica lo que ha aprendido a su manera y debo decir que le da buenos resultados. Aquí os dejo unas fotos del antes y el después de ambos.

Como siempre, si alguien tienen alguna duda estoy a vuestra disposición.

Mi hijo Pablo y yo en Febrero de 2011

Mi hijo Pablo y yo en Febrero de 2011, un par de meses antes de ponerme a adelgazar.

Mi hijo Pablo y yo el pasado mes de Octubre, dos años y pico después de haber cambiado nuestro plan nutricional

Mi hijo Pablo y yo el pasado mes de Octubre de 2013, dos años y pico después de haber cambiado nuestro plan nutricional

 

 

Adelgazar Dulcemente

Adelgazar Dulcemente

Adelgazar Dulcemente

Si el otro día hablaba de los efectos que produce el azúcar en nuestro cerebro y de cómo resulta casi imposible adelgazar si consumimos azúcar de manera habitual, hoy voy a centrarme en los edulcorantes y de si son apropiados o no para seguir un plan nutricional destinado a hacernos perder peso. Debo confesar que escribo este artículo motivado por la pregunta de Cindy en los comentarios del artículo El Efecto del Azúcar en el Cerebro. En su pregunta, Cindy quería saber si los edulcorantes sirven para adelgazar o si confunden al cerebro, y lo cierto es que hay bastante literatura científica al efecto. Desafortunadamente, mucha de esta literatura basa los resultados en el recuento de calorías, pero si hemos aprendido algo últimamente es que las calorías son sólo una parte de la ecuación para adelgazar y que mucho más importante que el número de calorías es su procedencia.

Desde un punto de vista netamente energético, los edulcorantes son eficaces cuando los usamos en el marco de una dieta diseñada para hacernos adelgazar. La mayoría de ellos no aportan calorías y por lo tanto el balance energético neto de la ingesta de alimentos que realizamos es inferior que si utilizamos azúcar para endulzar. Sin embargo, como comento en el libro, adelgazar no es tan simple como ingerir menos calorías de las que consumimos. Ya he repetido hasta la saciedad que las dietas hipocalóricas que reducen la grasa y las proteínas nos hacen perder peso a base de destrozar nuestra masa muscular, de ahí que se produzca con frecuencia un efecto rebote y los resultados no sean permanentes. Lo importante, como acabo de decir, es entender el tipo de calorías que estamos ingiriendo.

Pues bien, como iba diciendo, otros factores son determinantes en la pérdida de peso, y uno de ellos es precisamente el papel que juega el cerebro dentro del metabolismo. Nuestro cerebro utiliza distintos receptores para identificar sustancias y preparar nuestro organismo para dichas sustancias. Según he leído en algunos estudios, parece ser que cuando tomamos alimentos dulces, incluso si no están endulzados con azúcares, el cerebro interpreta que estamos comiendo azúcar y prepara el estómago y los intestinos para la digestión del azúcar segregando las sustancias adecuadas. Lo que ocurre es que estas sustancias alteran la digestión porque lo que llega al estómago y al intestino no son azúcares, sino otro tipo de moléculas. Algunos estudios señalan que esto puede tener a muy corto plazo un efecto negativo en el control del peso.

Sin embargo, las buenas noticias son que nuestro cerebro aprende con facilidad y que, después de varias ingestas de este tipo, es capaz de diferenciar cuando tomamos azúcares y cuando tomamos edulcorantes y, en el segundo caso, deja de producir estas sustancias, eliminándose por completo el efecto negativo que supuestamente tendrían los edulcorantes en una dieta diseñada para adelgazar.

Lo dulce nos produce placer y satisfacción. La ingesta de azúcar nos hace sentir bien de manera efímera porque sus resultados a la larga son bastante nefastos. Por ello, cuando comenzamos a adelgazar, una de las tareas más importantes que tenemos que respetar es eliminar por completo el azúcar para superar su adicción y ser psicológicamente libres. Ahora voy a especular un poco: Si los edulcorantes nos producen una sensación de placer similar, ¿es posible que se acrecente nuestro deseo por cosas dulces cuando tomamos edulcorantes y seamos más proclives a volver a tomar azúcar?

Esto es algo que lleva rondando mi cabeza algún tiempo, así que me puse a investigarlo. Resulta que no soy el único que le da vueltas a esta idea y que se han realizado diversos estudios para comprobar esta correlación. Lo cierto es que ninguno parece concluyente. Hay especialistas a favor y especialistas en contra. Estudios que sugieren una cosas y estudios que sugieren otra. A la vista de los estudios, tengo que decir que no está del todo claro. Ayer me propuse un reto para tratar de comprender esto mejor. Durante todo el día, decidí sustituir el agua por refrescos Zero, o sea, los que están endulzados con edulcorantes y son técnicamente adecuados para adelgazar. Mi objetivo era comprender si la ingesta continuada de estos refrescos me producía hambre y/o ganas de ingerir azúcar. Desgraciadamente, no pude completar este experimento porque comprobé que tras ingerir una lata de Acuarius Libre (0% carbohidratos) a primera hora de la mañana tenía una sed de campeonato y me era absolutamente imposible beber nada que no fuese agua. Normalmente, yo bebo bastante agua al cabo del día y si estos refrescos me incrementan la sed, lo tendré difícil para poder llevar este pequeño experimento a cabo. Por la tarde, volví a intentarlo tomándome una Coca Cola Zero, pero igualmente me dio bastante sed al cabo de un ratito.

Por otro lado, tenemos que analizar el efecto que tienen en nuestro organismo los edulcorantes en otros aspectos diferentes a la pérdida de peso. Mucho se ha hablado y se ha escrito sobre la correlación entre ciertos edulcorantes y enfermedades como el cáncer. Parece que el que se lleva el premio gordo es el aspartame (o aspartamo, tampoco me queda claro cual es el nombre en castellano). Sin embargo, debo reconocer que no existen estudios (o al menos yo no los he encontrado) que asocien la ingesta de cualquier edulcorante en sus cantidades máximas recomendadas y ningún tipo de enfermedad. Lógicamente, la excepción son las alergias. Por ejemplo, algunos edulcorantes contienen el aminoácido fenilalanina y hay personas sensibles a este aminoácido. Por lo tanto y como es natural, estos edulcorantes tienen efectos secundarios en dichas personas. Desde luego, no se si por campaña de marketing, por novedad o por rigor científico, el edulcorante que suele salir mejor parado en todos los estudios es el procedente de la hoja de stevia, que suele ser un edulcorante natural a base de extractos vegetales.

Mi conclusión final, después de haber investigado bastante el tema, es que los edulcorantes pueden ser buenos aliados para adelgazar siempre y cuando no se abuse de ellos. Poner unas gotas en el café, tomar de vez en cuando un refresco zero, o usar unas gotas de stevia (yo uso Steviat de Soria Natural) para la realización de alguna receta, no creo que vaya a tener un efecto negativo en nuestra pérdida de peso. Sin embargo, abusar de ellos -como casi de cualquier sustancias que no sea el agua- puede producir efectos no deseados en nuestro plan. Como explico en el libro, cada persona es un mundo y debe aprender a comprender lo que ocurre en su cuerpo. Mi consejo es que si toma edulcorantes y nota que le crece el apetito o que le apetece tomar azúcar, deje de tomarlos. Creo firmemente que en distintas personas los efectos son distintos y por eso los resultados de los estudios de momento no son concluyentes.

El Efecto del Azúcar en el Cerebro

Efectos del consumo de azúcar en el cerebro

Efectos del consumo de azúcar en el cerebro

En el libro explico como el azúcar crea una potente adicción en nuestro organismo. La sacarosa, el azúcar blanquilla habitual, es uno de los principales enemigos en nuestra lucha por adelgazar. Imagino que hasta ahora no habré sorprendido a nadie. Sin embargo, más allá del resultado físico de ingerir azúcar -que lógicamente es engordar-, el aspecto psicológico de su consumo nos impide adelgazar y nos hace sufrir ansiedad.

Ayer hablaba con una psicóloga sobre los efectos psicológicos que acarrea el consumo de azúcar. Al igual que la mayoría de las drogas, el consumo de azúcar tiene un efecto directo en nuestro cerebro. Nos hace sentir bien. Y esa sensación de placer crea una adicción de la cual es difícil salir. Por eso, en el libro explico con detalle como en los dos o tres primeros días de abstinencia de azúcar pueden presentarse algunos síntomas que habitualmente asociamos con el mono que padecen los drogadictos.

Algunos expertos creen que el azúcar tiene hasta 14 veces más poder de adicción que la cocaína y que se trata sin duda de la única droga de curso legal en todo el mundo. Lo que si está claro es que su presencia en todo tipo de alimentos procesados no es casualidad. ¿porqué lleva azúcar una lata de ensalada de pimientos o un bote de mayonesa? ¿es posible que el fabricante le ponga azúcar a su producto para que nos sintamos bien al comerlo y queramos volver a comprarlo en el futuro? Como digo en el libro y en este artículo anterior, el azúcar y la patata son dos alimentos muy baratos de producir y muy versátiles, y desgraciadamente la industria alimenticia los utiliza en una amplísima gama de productos que después nosotros ingerimos con poco o ningún control con resultados desastrosos.

Como es natural, para adelgazar es necesario eliminar el azúcar de la dieta y esto, desafortunadamente, tiene un efecto en nuestro cerebro. Este efecto no tiene nada que ver con la errónea idea que circula por todas partes según la cual el azúcar es necesario para nuestro cerebro. Ya he explicado en bastantes ocasiones que ese mito es absolutamente falso y que el organismo puede producir la glucosa que nuestro cerebro necesita de manera autónoma cuando seguimos una dieta cetogénica para adelgazar, que son unos 40 gramos de glucosa al día. Sin embargo, al adelgazar privándonos de azúcar, sufriremos un pequeño síndrome de abstinencia los primeros dos o tres días. Este mono de azúcar, que se manifiesta de distinto modo según la persona, es más o menos intenso en función de la cantidad de azúcar diaria que el organismo de una persona esté acostumbrado a ingerir a diario. A mayor costumbre, mayor dependencia y más probabilidad de sufrir un síndrome de abstinencia.

Ahora bien, las buenas noticas son que una vez superado el mono en dos o tres días y si se sigue un plan nutricional adecuado, desaparece por completo la necesidad psicológica de ingerir azúcar y nuestro cerebro empieza a funcionar de otro modo, captando energía no sólo de la glucosa sino también de los cuerpos cetónicos que se producen al utilizar la grasa como combustible. Si bien esto no se asocia -como el consumo de azúcar- a la liberación de ninguna hormona que nos haga sentir bien, lo cierto es que nos sentimos con más energía de lo habitual, y esto de algún modo también produce placer.

Recuerdo que cuando era niño había unos anuncios en televisión que defendían el consumo de azúcar porque en una cucharadita «sólo había 17 calorías». Visto ahora en perspectiva, en una cucharadita de cocaína o de heroína seguro que no hay más o menos las mismas calorías, y sin embargo no se me ocurre echarle dos cucharadas de esta droga a mi café. Como explico en el libro, a la hora de adelgazar, las calorías no son el mayor factor a tener en cuenta. En mi opinión, el aspecto psicológico de lo que comemos y cómo lo comemos tiene más importancia que el aporte calórico de los alimentos. No todas las calorías son iguales. Dos alimentos distintos pueden aportar las mismas calorías pero quizás uno de ellos es nutritivo y contribuye a muchas funciones del cuerpo y quizás otro sólo aporta energía.

Pues bien, en el caso del azúcar, sólo aporta energía y adicción. No hay un sólo nutriente en el azúcar. Nada que nuestras células puedan utilizar para cualquier cosa que no sea generar energía. Si unimos esto a que nuestro cerebro recibe señales erróneamente positivas al ingerir azúcar, comprenderemos con facilidad que el primer alimento que debe salir por completo de nuestra dieta, queramos adelgazar o no, es el azúcar. Incluso si su objetivo no es perder peso, no hay nada positivo en el consumo de azúcar, por pequeña que sea la cantidad. Y esto no sólo lo digo yo. Mire lo que dicen en la revista National Geographic acerca de los estudios que relacionan el consumo de azúcar con efectos secundarios en el cerebro.

Adelgazar con Málaga Sana

Rodolfo Tiessler en el programa Málaga Sana

Rodolfo Tiessler en el programa Málaga Sana

El pasado día 25 de Abril acudí amablemente invitado al programa de radio Málaga Sana de la emisora esRadio que dirige Rodolfo Tiessler. Málaga Sana es una asociación creada para promover hábitos de vida saludables con los que prevenir la obesidad, el sobrepeso, el sedentarismo y las distintas enfermedades asociadas a estas patologías, a través de una alimentación sana y del ejercicio físico. Se trata de un proyecto en el que colaboran el Ayuntamiento de Málaga, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga, la empresa Merck Sharp & Dohme y el Colegio de Médicos de la provincia de Málaga.

Más allá de su ámbito de actuación y su influencia en la provincia de Málaga, la iniciativa que esta asociación lleva a cabo es de vital importancia para el desarrollo de cualquier comunidad. La plaga de obesidad infantil que nos asola sólo puede ser combatida con iniciativas como esta que nacen de los propios ciudadanos y que tiene en sus cimientos los legítimos intereses de la población. Si pretende que su hijo no engorde, o que adelgace, más le vale dejar de escuchar lo que los fabricantes de alimentos le cuentan y empezar a escuchar a asociaciones como esta.

En el programa de radio, que emiten semanalmente en directo, hablan de todo tipo de cuestiones relacionadas con la nutrición y la pérdida de peso. Para ello, cuentan además con la importante colaboración del Nutricionista y Farmacéutico Antonio Portero, cuya visión moderna de la nutrición abierta a explorar nuevos caminos debo decir que me sorprendió gratamente. En el pasado, cuando he hablado con otros nutricionistas acerca de cómo adelgazar de manera sana, he oído cosas que me han dejado cuando menos perplejo. Creo que la evidencia demuestra de sobra que es imposible adelgazar de manera sana siguiendo dietas hipocalóricas o vegetarianas, y que el papel que juegan los nutricionistas en educar al público en la importancia de comer alimentos que nutran nuestras células es la clave para luchar contra la obesidad y promover hábitos de vida saludable.

En mi modesta opinión, las iniciativas ciudadanas como esta, que promueven la pérdida de peso y la búsqueda continuada del bienestar a través de la nutrición, son el apoyo que debemos buscar cuando nos dispongamos a adelgazar. En lugar de hacer caso a los anuncios de los fabricantes de alimentos, que sólo buscan enriquecerse a costa de la salud de los consumidores, tenemos que hacer un ejercicio de concentración y entender que sólo una asociación sin ánimo de lucro constituida por ciudadanos sin intereses comerciales puede tener la suficiente independencia como para promover hábitos y costumbres tendentes a mejorar nuestra salud.

Sobre el tema concreto de la obesidad infantil, que ya comenté en este artículo, tuve la oportunidad de hablar con Rodolfo Tiessler por teléfono unos días antes del programa y me gustó la visión que tienen del problema y cómo estuvimos de acuerdo desde el principio en que para encontrar culpables a esta epidemia sólo hace falta darse un paseo por cualquier pasillo de un supermercado. Como repito en el libro, uno de los mejores aliados para adelgazar de manera sana es el mercado tradicional, donde encontramos productos frescos de calidad que nos ayudan a nutrir correctamente nuestro cuerpo.

Desde aquí, mi reconocimiento a la labor que desempeña la asociación Málaga Sana, a todos sus asociados y en especial al equipo que se encarga de la producción y emisión del programa de radio, que me hicieron sentir como en mi casa desde el primer minuto.

 Aquí os dejo el audio íntegro del programa en el que hablamos sobre mi libro.

Logotipo de Málaga Sana

Logotipo de Málaga Sana

El plan de comidas semanal

Carlos Abehsera, autor de Adelgazar sin Milagros

Carlos Abehsera, autor de Adelgazar sin Milagros

Muchos lectores que piden que les ponga unas tablas de comidas semanales porque les cuesta pensar que comer cada día. Yo creo que es más útil que cuente como lo hago yo. Habitualmente, no dispongo de demasiado tiempo porque además de mi trabajo, de escribir artículos casi a diario y de preparar mi próximo libro, mi familia y mis aficiones acaparan mi tiempo libre. Lo que yo hago es tratar de optimizar al máximo la forma en que hago la compra y preparo mis comidas y lo voy a compartir porque creo que es de utilidad para todo el mundo.. Hay una serie de elementos que nunca faltan en mi cocina. Son una especie de «fondo» de armario que me saca de cualquier apuro.

En esa lista de imprescindibles para mi despensa tengo:

  • Conservas de pescado en aceite de oliva (atún, bonito, pulpo, calamar, sardinas…)
  • Queso fresco y queso curado
  • Carpaccio de Buey al vacío
  • Cecina de Buey
  • Jamón serrano / ibérico, sin azúcar
  • Espinacas y brócoli congelado
  • Habas baby en Aceite de Oliva
  • Lechuga romana (mucha hoja verde, poco tallo)
  • Pasta sin Carbohidratos
  • Aceite de Coco y Aceite de Oliva
  • Huevos (mejor de producción ecológica)
  • Carne de Pollo, Ternera y Buey (que compro fresca y luego congelo porcionada)
  • Postres bajos en carbohidratos y ricos en proteínas
  • Champiñones / Setas – Enlatados / Congelados
  • Pimientos asados en su jugo (en bote, sin azúcar añadido)

Este fondo me sirve para tener siempre al alcance de mi mano una comida rápida que puedo preparar en 10 minutos o menos. Sin embargo, a mí me gusta comer bien y comer variado, así que mi rutina no es comer productos enlatados a diario. Al contrario, trato de comer las cosas lo más naturales posibles. Pero, dado que tengo poco tiempo para comprar y preparar comida, ¿Cómo lo hago? Pues bien, habitualmente el sábado por la mañana lo dedico a comprar y preparar para el resto de la semana. Normalmente, estoy en el mercado central sobre las 8:50 – 9 am. Ir antes es inútil porque muchos puestos están sin montar.

Mi rutina es casi siempre la misma. Compro pescado (lo que menos pesa), luego carne y aves y luego verdura. Vamos a poner como ejemplo lo que hice el sábado pasado y como me está sirviendo esta semana… Antes de nada, recordaros que somos 5 en casa y que las cantidades que yo compro no son sólo para sólo para mí, ¡sino para todos! Lo primero que compré fue un lomo entero de rosada, hecho filetes, 10 filetes finos de salmón fresco, 2 tacos de atún (medio Kg aproximadamente), 1 kg de sardinas y unas gambas de Málaga. Me quedé con las ganas de comprar calamar, que estaba bien de precio, pero ya iba servido cuando acabé con el pescado. Me fui para la carnicería y allí compre: 1 pollo entero de campo, 1 pollo de corral, 1 kg de morcillo, hueso, pellejo, costilla y manitas, todo curado en sal, un trozo de tocino, un trozo de lacón, 1 Kg de salchichas frescas (sólo cerdo, caseras), 5 filetes de lomo alto de buey, 5 entrecots de ternera, 1 queso de cabra fresco y 2 docenas de huevos ecológicos XL. En la frutería compré una patata grande, dos nabos pequeños, dos puerros, zanahorias, un apio, 4 lechugas romanas, champiñones frescos, espárragos frescos y brócoli. Con todo esto, ya estaba en casa sobre las 10 de la mañana. Lo primero que hice, como podréis sospechar por los ingredientes, fue poner una olla con todos los ingredientes cárnicos del cocido, que en mi caso fueron 1 pollo de corral, 1 Kg de morcillo, los añejos, el tocino y el lacón. Cuando llevaba 3 horas hirviendo a fuego lento, le añadí las verduras durante otros 90 minutos, siempre a fuego lento. De esa olla he sacado:

  • Cocido completo para los niños (1 comida completada con algunos garbanzos)
  • Cocido «solo carne» para un servidor
  • Sopa para los niños (1 cena completada con trocitos de huevo y jamón)
  • Croquetas para todos, siguiendo esta receta pero usando el puerro en lugar de cebolla y la carne del cocido en lugar de carne hervida

Mientras se iba haciendo el cocido, la rosada que pesaba aproximadamente kilo y medio la dividí en dos montones. En un montón dejé los filetes tal y como estaban y en el otro hice tiras de rosada que guardé en la nevera en un tupper. También preparé las sardinas en aceite siguiendo esta otra receta. Con la rosada hecha filetes cenamos el sábado pero, en la mañana del domingo, cuando lié las croquetas del cocido, aproveché para liar también los «buchones» de rosada usando esta receta. Estos últimos los congelé justo después de rebozarlos en salvado de trigo para usarlos en cualquier momento. También congelé los filetes de salmón fresco, liados individualmente en papel transparente y los dos tacos de atún. Las gambas cayeron de aperitivo el mismo sábado antes de la rosada, con un poco de ensalada. También aproveché para guisar las salchichas, que se quedan en la nevera para ir comiendo entre semana. Otra cosa que hago siempre es el pollo entero en el rustidor del horno. No requiere trabajo alguno. Poner el pollo en el rustidor y darle al botón… Lo hice el domingo por la noche sin un motivo especial. El domingo había niños repartidos por todas partes con mi mujer de chofer (a mí me tocó la vez anterior), así que acabé cenando sólo y comí un poco de pollo con ensalada. El resto del pollo (las dos pechugas y el muslo/contramuslo que no me comí) se quedan en la nevera. Durante la semana lo usamos para hacer cualquier comida rápida o incluso para añadírselo a una ensalada con queso curado y salsa cesar (0% hidratos). Con los huevos hacemos todo tipo de cosas en casa. Tortillas, falsas pizzas como esta, huevos rellenos de paté, rellenos de atún… Cualquier cosa que les guste a los niños y a nosotros nos parezca razonablemente sanas. Para el domingo, comimos los filetes de lomo alto de buey con espárragos a la plancha y dejamos la ternera en la nevera, que nos acabamos comiendo ayer por la noche con los champiñones. Para esta noche, viendo el partido, creo que tomaremos las croquetas y algo de jamón y queso, y el resto de la semana vamos tirando con las cosas que hay preparadas, las frescas y las congeladas. A mis hijos le damos una vez a la semana pasta proteica con salmón y brócoli. Yo tomo pasta 0% de igual manera.

La cantidad de cosas que podemos comer incluso cuando seguimos una dieta para adelgazar es asombrosa. Muchas personas caen en la monotonía de comer siempre lo mismo y por eso abandonan el plan nutricional sin perder todo el peso que se habían marcado como objetivo. En mi opinión, es mucho más sencillo comprar en el mercado que en el supermercado, además de más barato. Como explico en el libro, en el supermercado existen multitud de alimentos procesados que llevan azúcar, fécula y otros ingredientes cargados de carbohidratos, mientras que en el mercado casi todo lo que encontramos es producto fresco y natural. Mi recomendación, para ayudarle a adelgazar, es que se pasee por el mercado y recuerde la gran variedad de carnes y pescados que puede comprar al peso y las distintas formas que se le ocurren de prepararlo. Tenga en cuenta, como hago yo, que muchos alimentos los puede preparar y dejar unos días en la nevera para ir comiéndolos cuando mejor le convenga.

Verano a la vista

Llega el verano

Llega el verano

Ya noto que llega el verano. He visto los primeros mosquitos de la temporada, hace semanas que he apagado la calefacción, me está sobrando el edredón para dormir y, con la excepción de ayer que me cayó un diluvio cuando iba en moto a la oficina, parece que el buen tiempo se ha adueñado de la semana. Tenemos el verano a la vista y es el momento de planear una rutina alimenticia y una actividad física que nos permita llegar a la estación estival en la mejor forma posible.

Como hoy es 22 de Abril, yo propongo que nos establezcamos como meta llegar al 22 de Junio, dentro de 2 meses, en la mejor forma posible. Hoy voy a retomar la actividad física que tenía abandonada entre festividades, celebraciones y otras excusas. También voy a volver a las seis comidas diarias. Creo que el incremento de la actividad física se verá recompensado si añado una comida más, en forma de batido de proteínas con Aceite de Coco. De momento, a las seis de la tarde, ya llevo hechas 4 comidas y me aproximo a la quinta en una hora más o menos, así que voy cumpliendo el plan.

Incrementar una comida al día es una buena forma de acelerar un poco el metabolismo, de tener un aporte extra de energía sostenida y, sobre todo, de no llegar con hambre a la siguiente comida. Una hora después de la comida de las 7 de la tarde, sobre las 8, tengo previsto empezar con el ejercicio. Hoy es el primer día después de un largo parón en el que sólo me he ejercitado encima de la moto, así que no aspiro a mucho. El plan que tengo para hoy, y que puedes copiar si te decides a empezar, es 5 minutos de bicicleta elíptica, para poner el corazón a trabajar un poquito y asegurar un buen riego a todos los músculos. Después, voy a hacer ejercicios de piernas. El plan es trabajar durante 45-50 minutos los cuádriceps, gemelos, bíceps femoral y en general todo el tren inferior. Los ejercicios que suelo recomendar a todo el mundo son los que publicó Jaime Brugos en su libro La Isodieta, porque se pueden hacer en casa con facilidad, y no requieren de complicado equipamiento. De los ejercicios del primer día, el más importante para ayudarnos a adelgazar es el primero, la sentadilla. Este ejercicio, además de trabajar bastantes músculos, trabaja músculos muy grandes y, como explico en el libro, para que el deporte contribuya a la pérdida de peso, es fundamental trabajar siempre al menos un grupo muscular grande. Los músculos grandes son los que más glucógeno consumen y por lo tanto los que más ayudan a adelgazar. No conocerá a mucha gente que haya perdido peso a base de ejercitar sus bíceps o sus tríceps…

Hay en YouTube un video casero que demuestra como hacer estas tablas en casa. Algo sencillo, para todo el mundo. Si eres un deportista serio, quizás esto te quede pequeño, pero para la mayoría de los mortales es suficiente. Antes, durante y después del ejercicio físico es muy importante reponer líquidos. Si es posible, alguna bebida con un aporte mineral mayor de lo normal, pero en el peor de los casos, al menos agua. El agua no engorda, ni antes, ni durante, ni después del entrenamiento o las comidas, así que beber cada vez que sintáis ganas. Si perdéis peso por la pérdida de líquido de la sudoración, esta pérdida es efímera. Volverá mañana por la mañana.

Como explico en el libro, al ejercitar los músculos contribuimos a agotar las reservas de glucógeno y, si seguimos una dieta restrictiva en hidratos de carbono, el organismo se verá forzado a crear más glucógeno a partir de la grasa que tenemos acumulada. No voy a entrar en detalles más técnicos, pero si quiero recordar este concepto porque mucha gente asocia la sudoración a la pérdida de peso cuando, en realidad, se adelgaza al utilizar la grasa almacenada como combustible y no a base de expulsar líquido. Por ejemplo, si nos metemos en una sauna o viajamos a algún país tropical, sudaremos y perderemos mucho líquido, pero no adelgazaremos ni un gramo, aunque puntualmente podamos perder algo de peso debido al líquido eliminado y no repuesto.

¿Por qué es esto tan importante? Porque cuando realicemos las tablas de ejercicio de La Isodieta, lo importante no es sudar mucho, sino agotar el músculo. Cuando el glucógeno se agota, el músculo no puede continuar. Por ejemplo, cuando nos agachemos haciendo sentadillas y nuestro músculo ya no responda y no podamos subir con normalidad, sabremos que hemos agotado el glucógeno muscular y por lo tanto el organismo estará tratando de reponerlo a toda costa, acelerando las pulsaciones para aumentar el riego sanguíneo, incluso si no estamos sudando. La importancia radica en esperar el tiempo suficiente entre serie y serie, de modo que el músculo pueda recargarse y podamos hacer la siguiente serie, volviendo a agotar el glucógeno muscular. Si es necesario, podemos parar uno o dos minutos entre serie y serie, incluso si esto significa dejar de sudar. Insisto, lo que ayuda a adelgazar no es la sudoración, sino agotar el glucógeno muscular.

De este modo, añadiendo una comida más y realizando ejercicio intenso y concentrado, lograremos no sólo perder peso, sino convertir una buena parte de nuestra masa grasa en músculo, o sea, adelgazar. Mi objetivo de aquí al día 22 no es bajar mucho peso. Estaba esta mañana en 85 Kg y me gusta estar en 82 Kg, así que sólo necesito perder 3 Kg en dos meses, algo casi insignificante. Sin embargo, lo que realmente quiero hacer no es perder 3 Kg, sino adelgazar unos 6, o sea, perder 6 Kg de grasa y ganar 3 Kg de músculo, lo que resultará en una pérdida total de 3 Kg de masa. La segunda parte es, para mí, más complicada que la primera, porque requiere de una constancia y dedicación que a veces no puedo permitirme. Puedo seguir mi plan nutricional sin mucha dificultad, pero no siempre tengo el tiempo (o el ánimo) para hacer deporte. Por eso, ahora que tengo el verano a la vista, me he propuesto compartir este plan con todo el mundo y tratar de llevarlo a cabo sin excusas en estos dos meses. ¿Te vas a atrever a hacerlo tu también? Si ya estás sintiendo los beneficios de la pérdida de peso, el siguiente subidón viene cuando notas los beneficios del ejercicio concentrado. No te lo puedes perder!

Aquí te dejo el video de los ejercicios de los que te hablaba, por si le quieres echar un vistazo…

Adelgazar o Perder Peso

Carlos Abehsera, autor de Adelgazar sin Milagros

Carlos Abehsera, autor de Adelgazar sin Milagros

Estoy viendo últimamente un patrón bien claro en algunas mujeres entre 40 y 55 años que quiero compartir. Resulta que muchas mujeres comienzan con el plan nutricional que planteo en el libro para adelgazar y, aunque pierden unos cuantos kilos al principio, se estancan en el peso casi de inmediato durante unas semanas, hasta que por fin vuelven a perder peso a buen ritmo. Esto, que me había traído un poco de cabeza, es un patrón que he visto repetido sobre todo en mujeres de esta franja de edad que comento. Puedes leer los numerosos  testimonios de mujeres que escriben cada día preguntando por este tema.

Como explico en el libro, considero que adelgazar y perder peso son dos cosas bien distintas. Adelgazar es perder la grasa acumulada y perder peso es reducir la masa corporal. Lógicamente, una reducción de masa corporal, de peso, no implica necesariamente que hayamos perdido grasa, y aquí es donde está el secreto de este pequeño rompecabezas.

Cuando se deciden a adelgazar y comienzan a seguir una rutina nutricional rica en proteínas y grasas y baja en carbohidratos, lo primero que ocurre es que eliminan una cantidad importante de líquidos en los primeros días. Como explico con más detalle en el libro, nuestro organismo retiene líquidos para poder almacenar algo de glucosa. Cuando dejamos de ingerir hidratos de carbono, utilizamos esta glucosa almacenada como combustible como paso previo a utilizar las grasas y, al eliminarse los depósitos de glucosa, el cuerpo libera el agua retenida en las células que era necesaria para mantener los depósitos de glucosa. Es un poco más técnico y complicado que esto, pero creo que así nos enteramos todos y no hace falta entrar en detalles complejos.

De modo que, en los primeros días, estas personas creen estar adelgazando a buen ritmo, porque ven una reducción de peso en la báscula, cuando en realidad están perdiendo líquido excedente que su cuerpo ya no necesita. Después, al cabo de unos días, entran en cetosis, siguen la rutina, pero no pierden peso. Aquí es donde más trabajo me ha costado entender lo que ocurría. ¿Cómo podían estar en cetosis sin perder grasa? ¿Acaso comían demasiada grasa y/o proteína? Sin embargo, hablando con varias personas, he encontrado un patrón común: todas estaban perdiendo volumen. La ropa les quedaba mejor y la gente les notaba que se estaban deshinchando. ¿Cómo era posible que estuviesen perdiendo volumen y sin embargo su peso fuese aproximadamente el mismo día tras día?

Yo me centré con ellas en ver lo que comían cada día, qué rutina seguían, si hacían o no ejercicio, pero la solución al rompecabezas no estaba ahí. Se da la circunstancia de que todas estas personas con las que he hablado ya habían tratado de adelgazar, la mayoría siguiendo dietas hipocalóricas o dietas vegetarianas. En efecto, con sus intentos infructuosos, tal y como describo en el libro, habían consumido su masa muscular (y por tanto debilitado seriamente su salud) y, en el momento en que han empezado a comer bien, su cuerpo ha comenzado a regenerar la masa muscular perdida, el músculo esquelético.

De este modo, y aunque el peso no lo indicase, estas personas que creían no adelgazar estaban en realidad adelgazando a buen ritmo, simplemente no perdían peso porque al tiempo que su cuerpo eliminaba grasa, generaba masa muscular. La importancia de utilizar un buen analizador de masa corporal queda patente con esta experiencia. Ya lo comenté con anterioridad en un artículo que escribí al respecto y ahora lo repito, es importantísimo controlar los porcentajes de musculo esquelético y grasa que tenemos para entender lo que ocurre en nuestro cuerpo.

Al cabo de varias semanas, el patrón continua en estas mujeres de igual manera. De repente, además de perder volumen, comienzan a perder peso de nuevo. Lógicamente, todo apunta a que su cuerpo ha dejado de generar masa muscular al haber recuperado el músculo esquelético perdido con las dietas anteriores y se ha mantenido la pérdida diaria de grasa, por lo que se reduce, a diario y de manera ostensible, la masa (el peso) corporal.

Llegado este momento, la única forma de generar más músculo es usando el deporte y manteniendo una alimentación rica en proteínas y grasas, algo que lógicamente recomiendo a todo el mundo. Sin embargo, debo aclarar que tener una buena masa muscular no significa hipertrofiar los músculos ni tener apariencia musculosa. Muchas personas, sobre todo mujeres, asocian el tener una buena masa muscular con tener unos músculos muy marcados, y esto es, obviamente, un error de apreciación. Se puede tener un buen tono muscular sin tener un cuerpo vistosamente musculoso.

De modo que si eres mujer, y te está sucediendo algo parecido a esto, ya sabes cual es el motivo y te recomiendo encarecidamente que te hagas con un analizador de masa corporal. Yo recomiendo el Omron BF511, que es un aparato magnífico en prestaciones, muy preciso (tiene certificado de dispositivo médico) y tiene gran durabilidad, pero hay otras alternativas algo más baratas que también puedes encontrar como el Omron BF212, u otras marcas en grandes comercios de Internet como por ejemplo en esta sección de Amazon.

La mentira del Pan Integral

Pan Clarou

Pan Clarou

Las personas que están adelgazando de manera similar a como yo lo hice y explico en el libro, suelen echar de menos algunos alimentos. Para casi todos, he sido capaz de encontrar sustitutos razonablemente sabrosos, alimentos que pudiésemos comer y nos ayudaran a adelgazar. Desde postres dulces bajos en hidratos y ricos en proteínas hasta pastas fabricadas con glucomanano procedente de la raiz de konjac que contribuyen a la pérdida de peso. Sin embargo, se me ha resistido hasta ahora un alimento que gusta a casi todos por igual: el pan.

Todos hemos oído hablar alguna vez de las virtudes del pan integral. Cualquier persona que esté preocupada con controlar su peso o se encuentre realizando cualquier dieta para adelgazar recurre de inmediato al pan integral. Lo cierto es que, al menos en teoría, el pan integral en pequeñas porciones podría ser un buen aliado en la pérdida de peso, aportando hidratos de asimilación lenta y proporcionando fibra. ¿Cuál es entonces el problema con el pan integral? A priori, ninguno. Se trata de un pan fabricado con harina integral y esta harina teóricamente evita que el organismo asimile una gran parte de los hidratos contenidos en el trigo. Además, este pan tiene un índice glucémico más bajo que el pan blanco normal, de manera que aquellos hidratos que sí asimilemos, los obtendremos de manera razonablemente lenta, lo que debería evitar los picos de glucosa que provocan nuestro sobrepeso y nos impiden adelgazar.

Hasta aquí la teoría tiene sentido, pero veamos la cruda realidad. Lo ciertos es que es casi imposible encontrar pan integral. Me refiero a pan realmente integral, fabricado íntegramente con harina integral. No, no me he vuelto loco, simplemente leo las etiquetas de los productos que compro antes de comprarlos y tengo más que comprobado que entre la penosamente larga lista de ingredientes de los panes integrales, casi siempre hay, además de harina integral, harina normal, refinada, y no sabemos cuales son las proporciones de ambas. En el caso de las pastas integrales es aún peor. Las pastas integrales no las hacen con harina integral, las hacen con harina refinada y después les añaden después salvado. Esto viene a ser como comerse una cucharada de salvado de trigo después de comerse un bollo de pan blanco: no espere grandes resultados… Si, yo pienso igual que usted, un engaño más de la industria alimenticia, pero admitámoslo, a estas alturas y después de leer mi libro, espero que no coja por sorpresa a nadie.

Para que pudiésemos considerar el pan como un alimento nutritivo, rico en macronutrientes y apto para seguir una dieta baja en hidratos diseñada para adelgazar y mejorar la salud, tendrían que darse una serie de circunstancias lógicas. La primera sería que la harina utilizada procediese de una mezcla de cereales cuya molienda tenga menor índice glucémico que la harina de trigo pura. La segunda, que sus valores nutricionales estuviesen en consonancia con las enseñanzas de la Isodieta, o sea, que aportase aproximadamente el doble de proteínas que de grasas. La tercera circunstancia sería que el aporte de carbohidratos fuese realmente bajo en comparación con el pan normal. Por último, pero no menos importante, sería lógico pensar que además de todo, este hipotético pan debería estar bueno para que fuese apetecible.

No hace falta que explique que no es posible encontrar un pan con estas características en la panadería local, al menos de mi barrio. Básicamente, ningún producto de la panadería local nos ayudará a adelgazar, sino más bien al contrario. Sin embargo -y aquí llegan por fin las buenas noticias- sí existe este pan que acabo de describir, se puede comprar con facilidad y además está bueno. Se trata del Pan rico en Proteínas y bajo en carbohidratos de CiaoCarb. Este pan, que viene envasado en atmósfera protectora en paquetes de 4 bollos de 60gr cada uno y que hay que terminar en el horno en casa (5 minutos a 180º), reúne todas las características que acabo de describir. Sus valores nutricionales son espectaculares para tratarse de un pan. De este modo, encontramos que por cada 100 gramos de producto, el Pan de Clarou contiene aproximadamente 26 gramos de proteína, 11 gramos de grasa y sólo 13 gramos de carbohidratos. Esto quiere decir que en un bollito de 60 gramos de los cuatro que trae el paquete tenemos unos 16 gramos de proteína, 7 gramos de grasa y menos de 10 gramos de carbohidratos. Por si esto fuera poco, además aporta fibra, 6 gramos por cada 100g de producto, o lo que es lo mismo, casi 4 gramos por bollo. También debo añadir que no tiene lactosa ni gluten y es bajo en sal. Dicho así, ni siquiera parece pan…

Pan Rico en Proteinas de Clarou

Pan Rico en Proteínas de Clarou

Tengo que decir que en la lista de ingredientes de este pan, aunque encuentro alimentos curiosos, no veo conservantes ni productos químicos, algo que me satisface sobremanera porque cuando uno mira la lista de ingredientes de un pan industrial del montón dan ganas de salir corriendo. Digo que contiene alimentos curiosos porque además de harina de trigo, levadura, agua y sal, que es el pan por definición, este pan lleva alimentos como pipas de girasol, altramuces, linaza, mijo, semillas de sésamo y amapola, y algún otro más. La verdad, no se me habría ocurrido a mí hacer un pan con estos ingredientes en ocho vidas, pero debo reconocer que el resultado es muy bueno, con un aspecto similar al pan de semillas que venden en la mayoría de los supermercados y con unos valores nutricionales bastante distintos de éste, afortunadamente para los que quieran incluir un poco de pan a su dieta sin perder de vista el objetivo de adelgazar que se habían marcado.

Hace poco, un lector de mi libro me envió una receta para hacer pan casero utilizando sólo 3 ingredientes: huevo, levadura seca y atún en lata. Esta semana voy a probarla y la publicaré como alternativa a este pan. Quiero acabar diciendo que aunque este pan es apropiado para perder peso, no debe sustituir en ningún caso nuestros alimentos nutritivos. No hay que perder de vista que la proteína que contiene es de origen vegetal y por tanto no contiene todos los aminoácidos que necesitamos. Está bien tomarlo esporádicamente en algún desayuno o como acompañamiento de alguna comida que incite a usar algo de pan, pero no creo que debamos convertir este ni ningún otro pan en el centro de nuestra dieta.

Termino diciendo que estoy recopilando recetas que me mandan los lectores, algunas muy curiosas y apetecibles, y que las iré publicando cuando vaya encontrando algo de tiempo. Si alguien quiere animarse, sólo tiene que enviarme la receta y alguna foto. Con la debida autorización, publicaré el nombre del chef en cada caso 🙂

Falsa Pizza de Atún sin Hidratos

Falsa Pizza de Atún

Esta receta la ideó mi mujer ante la insistencia de mis hijos de cenar pizza cada dos por tres, así que si la haces y te gusta, el mérito es suyo y no mío. El objetivo era crear una pizza baja en hidratos de carbono y consiguió crear una falsa pizza con 0% carbohidratos que los niños devoran con entusiasmo, suyo y nuestro, porque comen bien.

No hay que perder de vista la idea de que es una «falsa» pizza, pues no lleva una base hecha con harina sino con huevo, por lo que aunque de sabor es muy similar, de textura es más blanda. Dicho esto, se prepara mucho más rápido que una pizza tradicional, no requiere horneado y es tremendamente más sana.

Receta de falsa pizza de atún sin hidratos de carbono

  • Partes: 2-3
  • Dificultad: Fácil
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Deliciosa pizza baja en carbohidratos ideal para tomar en familia y no engordar comiendo

Tiempo de Preparación: 5 minutos

  • Dificultad: Baja
  • Valor Nutricional: Muy Bueno
  • Coste: Bajo (2,2€ por ración individual)

Ingredientes de esta deliciosa pizza sin carbohidratos:

  • 1 Huevo grande (XL, 73g o más) (0,40€)
  • 1 Lata pequeña de atún en aceite de oliva (1,50€)
  • 1 Cucharada de tomate frito sin azúcar (0,10€)
  • Un poco de mozzarela rallada (0,20€)
  • Una pizca de orégano
  • Unas gotas de aceite de coco

Instrucciones de preparación de esta receta sin carbohidratos:

Preparamos la sartén en el fuego intenso con unas gotas de aceite de coco para que no se pegue el huevo. Batimos el huevo y lo vertemos en la sartén, moviendo la misma hasta conseguir que el huevo ocupe toda la base de la misma. Bajamos el fuego al mínimo y dejamos que la tortilla se vaya haciendo. Ponemos una cucharada de tomate frito sobre la tortilla, incluso si el huevo no ha acabado de cuajarse por la cara superior y esparcimos el tomate por toda la superficie. De inmediato añadimos un poco de mozzarella rallada y el atún y dejamos la sartén en el fuego flojo unos minutos hasta que el queso se derrita y el atún se caliente. Sazonamos con un poco de orégano y ya está lista para servir. Se hace en unos minutos y como veis en la foto, no desmerece para nada.

Un par de aclaraciones: si la mozzarella rallada es de verdad mozzarella, y no una pasta de imitación, no tendrá carbohidratos. En cuanto al tomate frito, lo idóneo es buscar uno que no tenga azúcar añadido (buena suerte), pero a unas malas, podéis usar tomate triturado (aseguraros que no tiene azúcar) que podéis freír unos segundos para evitar que tenga más hidratos de carbono que los que proceden del tomate, que no son demasiados. Alternativamente, venden una salsa de tomate con 0 hidratos y 0 calorías, pero aún no la he probado así que todavía no la puedo recomendar…

Demos la bienvenida a la pasta y al arroz

Slim Pasta Noodles

Slim Pasta Noodles

No, no me he vuelto loco. Llevo semanas queriendo hablaros de unos productos que he estado probando, pero no he querido hacerlo hasta tener por un lado la experiencia de haberlos probado personalmente y, por otro lado, poder deciros donde comprarlos si estáis interesados. Yo conocí estos productos en Gran Bretaña y los pedí a una web de Inglaterra, pero me consta que mucha gente prefiere (y con razón) comprar en webs locales y pagar en euros, así que hasta que no he conseguido que estén disponibles en outletsalud.com no me he decidido a hablar de ellos.

¿Qué es lo primero que echamos de menos cuando estamos adelgazando? Algunas personas sueñan con el arroz, otros con los macarrones o los spaghetti. Yo soy más de los noodles, los finos fideos que sirven para hacer sopas orientales o woks. El caso es que todos estos alimentos están -como es lógico- prohibidos en nuestro plan nutricional para adelgazar. Sin embargo, existe un alimento versátil del que vamos a hablar hoy: el Konjac.

El konjac es una planta originaria de Asia, que se ha cultivado tradicionalmente en China y Japón desde hace siglos. De las raíces tuberculosas del konjac se extrae una sustancia con propiedades sorprendentes, el glucomanano. Esta sustancia tiene la capacidad de absorber más de 100 veces su volumen en agua, formando un gel denso en el estómago que no es asimilable por el organismo. Esto nos permite llenar el estómago, reduciendo la cantidad de alimento que absorbemos, tanto en el estómago como en el intestino, facilitando además el tránsito y evitando el estreñimiento.

Hace tiempo que en Japón utilizan este producto para hacer unos fideos llamados shirataki. Sin embargo, una empresa ha ido un paso más allá y ha creado toda una línea de productos basada en el konjac o, más específicamente, en el glucomanano. El producto, llamado Slim Pasta (traducido es algo así como pasta para adelgazar), es una imitación de distintas pastas y de arroz, realizado íntegramente con konjac. A diferencia de otros productos que están disponibles en el mercado, este viene ya hidratado y listo para calentar y aderezar al gusto. Yo ya he probado algunas recetas con buenos resultados que compartiré pronto en la sección de recetas.

Llegados a este punto, tengo que decir que la textura no es exactamente igual que la de la pasta ni el arroz. Sin embargo, bien cocinado, este producto es un digno sustituto que nos aporta únicamente fibra, agua y una cantidad irrisoria de calorías. Lógicamente, tendremos que condimentarlo suficientemente para recibir nuestras raciones de proteína y grasa en el aderezo, pero se trata sin duda de un magnífico producto que nos ayuda a adelgazar y nos produce saciedad.

Cada paquete de Slim Pasta trae 200 gramos de producto ya hidratado, suficiente para dos raciones (o incluso más si se usa como acompañamiento) y en mis pruebas no se me ha pegado ni quemado nunca, incluso usando mucha temperatura al preparar un wok en una sartén. Tenía miedo de que al calentarlo en exceso soltase parte del agua que tiene, pero esto no ha ocurrido.

La sensación de saciedad que me ha quedado al comer platos preparados con este producto ha sido plena y, a diferencia de la pasta y el arroz real, no he sentido hambre al poco tiempo de haber comido. Es obvio que no me ha provocado ningún pico de azúcar en la sangre y que mi cetosis no se ha detenido al ingerir este alimento. Por lo que no puedo encontrar ninguna objeción a su ingesta.

Las variedades que hay disponibles por ahora en España son Slim Pasta Noodles (fideos finos), Slim Pasta Fettuccine (tallarines), Slim Pasta Arroz, Slim Pasta Penne (macarrones) y Slim Pasta Spaghetti. Como dije al principio, yo me quedo con los fideos finos (los noodles) pero creo que es porque en su versión normal, es la pasta que más me gusta. Hoy os dejo en la sección de recetas del blog una receta de un wok de pollo que he preparado con estos noodles.

Mi consejo, si estás siguiendo un plan nutricional destinado a hacerte adelgazar, es que pruebes alguna variedad como acompañamiento de tus carnes y pescados. Creo que no te defraudarán y que además te ayudará a mejorar el tránsito intestinal. Sois muchos los que me decís que no os gusta el sabor del salvado de trigo en el batido, y creo que esto os puede ayudar a reducir la cantidad de salvado que tomáis sin que esto afecte a vuestro tránsito intestinal. De todos modos, no dejéis el salvado de trigo de golpe. Ir probando y aseguraros que no sufrís estreñimiento, que como sabéis es muy común cuando se sigue un plan nutricional bajo en carbohidratos diseñado para adelgazar.

Quiero acabar diciendo que he probado y aún sigo probando distintas marcas de shirataki original, deshidratado, que hay que cocer como la pasta normal para rehidratarlo, pero por ahora, por su facilidad de uso, versatilidad y comodidad, me quedo estos paquetes de Slim Pasta que están listos para usar en un par de minutos. Hasta donde he podido comprobar, no llevan ninguna sustancia conservante pues vienen al vacío y su caducidad es alta. Por cierto, que no necesitan nevera. Se conservan a temperatura ambiente. En definitiva, uno de esos superalimentos del futuro del que os hablaba en un post anterior.