Carlos Abehsera

Carlos Abehsera es un empresario español nacido en Madrid en 1973. Tras muchos años de estudio y trabajo en los Estados Unidos, a finales de 1998 vuelve a España donde comienza varias aventuras empresariales que simultanea con la escritura. En estos años es cuando empieza a resentirse de su estado de salud aquejado de un fuerte sobrepeso y un tremendo estrés. Tras dejar el tabaco en las navidades de 2010, gana 10 kilos adicionales en sólo dos meses y sitúa el visor de su peso en más de 113 kilos a principios de 2011. Por aquel entonces, con unos problemas tremendos de salud, tomaba 6 pastillas distintas cada día para mitigar los síntomas de distintas dolencias, desde crisis de ansiedad hasta dolores musculares y articulares, pasando por taquicardias, problemas gastrointestinales y distintos trastornos del sueño. En sólo 4 meses, logró perder 35 kg de peso, aumentando su masa muscular y recuperando totalmente su salud, lo que le permitió abandonar toda la medicación que tomaba. Ahora comparte públicamente su experiencia en el libro Adelgazar sin Milagros para que otras personas puedan beneficiarse del mismo cambio en sus vidas.

Lo Barato sale Caro

Cosecha de Soja

Cosecha de Soja

Una de las cosas que con más fuerza creo que denuncio en mi libro Adelgazar sin Milagros es el uso indiscriminado de ciertos alimentos en la comida procesada. En concreto, cuatro de los alimentos más baratos de producir a nivel mundial se pueden encontrar juntos o por separado en la lista de ingredientes de la mayoría de los alimentos procesados que existen en un supermercado. Estos alimentos son la patata, el azúcar, el maíz y la soja, y ninguno de ellos le ayudará a adelgazar.

No creo que descubra nada nuevo si digo que la patata, el azúcar y el maíz, desde un punto de vista nutricional, no aportan nada de interés a nuestro organismo que no podamos obtener de una forma menos dañina para nuestro cuerpo. Todos sabemos que son alimentos que debemos evitar por diversos motivos que desgloso en el libro. Sin embargo, el gran tapado de entre estos cuatro alimentos es la soja, quizás por tratarse de una legumbre, que como todos sabemos gozan de buena reputación.

La soja está de moda, es indudable, y no me refiero a la salsa de soja que acompaña al sushi o a los platos asiáticos -que también-, sino a la soja en todas sus modalidades: como vegetal, como leche, como complemento nutricional, como tofu, miso o cualquier otro preparado. En efecto, la soja es una legumbre rica en proteínas, rica en grasa y moderada en hidratos de carbono (tiene 31 gramos de proteína, 18 gramos de grasa y 34 gramos de hidratos de carbono por cada 100 gramos de grano). Hasta aquí cualquiera diría que son buenas noticias… pero créame, no son tan buenas como parece.

No quiero profundizar mucho en el tema de las alergias, las sustancias nocivas y demás temas negativos para la salud asociados a la soja, ni hacer demasiado hincapié en que la mayoría de la soja (igual que el maíz) es transgénica y ha sido modificada por los mismos angelitos que desarrollaron productos tan interesantes para el ser humano como el DDT, que le recuerdo que también era «inocuo» cuando salió al mercado. Lo que realmente quiero divulgar es que no se puede comparar la proteína de la soja con la proteína de otros alimentos. Tan sencillo como eso.

Lo bueno de la soja -lo único bueno realmente- es que es muy barata, pero como usted ya sabe, lo barato casi siempre sale caro al final. Cuando le hablen de las proteínas de la soja, no deje de preguntar por su valor NPU (Net Protein Utilization) a quien le quiera vender la burra de los beneficios de esta legumbre. Este parámetro nos indica el porcentaje neto de utilidad de la proteína en el alimento. La soja tiene un NPU de 61%, y yo personalmente creo que es menor en realidad después de tantas modificaciones genéticas, y los alimentos con los cuales se la compara alegremente como el huevo, la leche y el suero de la leche tienen un NPU de 94, 82 y 100 respectivamente.

También existen otros índices para medir la calidad y biodisponibilidad de la proteína en los alimentos y en todos y cada uno de ellos la soja sale absolutamente desfavorecida. Digamos, por ser un poco elegantes, que su calidad es bastante moderada. Es por su economía, y no por ningún fin altruista o pensando en su salud, que los fabricantes de alimentos procesados incluyen soja en sus productos cuando los porcentajes de proteína resultantes están por debajo de los mínimos establecidos por la ley para denominarlos de algún modo. Así que aunque le vendan todo tipo de palabras biensonantes del tipo «isoflavonas de soja», «enriquecido con soja» o «con proteínas de soja», no se deje engañar. Si le ponen soja a un producto cárnico o lácteo es, sencillamente, porque su porcentaje de proteína natural es demasiado bajo para sea legal llamarlo carne o lácteo, y tienen que aumentarlo. Para ellos es barato usar soja. Para su salud, tremendamente caro.

Si está siguiendo un plan nutricional para bajar de peso basado en la proteína y en la grasa, igual que hice yo, no se deje engañar y apueste por la proteína de calidad. La soja, en mi opinión, no es parte de ese grupo.

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Lo que fácil viene, fácil se va

Báscula Analógica

Báscula Analógica

A punto de cumplirse dos semanas desde el lanzamiento del libro, muchos de vosotros estáis ya en vuestra segunda semana de cetosis y habéis experimentado por primera vez un aumento puntual del peso en la medición diaria. Como ya os he dicho personalmente a cada uno, ese peso que fácil llega igual de fácil se va.

Una de las últimas veces que cené Sushi gané un kilo al día siguiente en la báscula. Lógicamente, ni me tomé un kilo de Sushi ni engordé un kilo. De hecho, mi peso no se resintió pues 24 horas después y siguiendo mi plan nutricional volvía a pesar lo mismo que antes de la cena japonesa.

¿Qué es entonces lo que ocurre en nuestro organismo para que de repente engordemos un kilo con la misma facilidad con la que lo adelgazamos después? En el libro explico con cierto detalle algunos factores que son clave en estos cambios bruscos de peso, pero lo importante, en lo que quiero centrarme hoy, es que esos cambios de peso son casi siempre debidos a la cantidad de líquido que tenemos en el cuerpo y que esa cantidad ronda el 60% en los adultos. Por lo tanto, si uno pesa 80kg y varía un 2% su composición líquida, estará variando en torno a 1 Kg su peso, para arriba o para abajo. De ahí la importancia de contar con una báscula avanzada que nos diga de donde proviene ese aumento o disminución del peso.

Creo que en un post anterior conté que la última vez que fui a rodar al circuito de Monteblanco, al día siguiente pesaba 2’5 kilos menos. No es que adelgazase, sino que en la práctica de este deporte me deshidraté por valor de 2,5 litros de agua aproximadamente que lógicamente recuperé en las 24 horas siguientes conforme tomaba líquidos y minerales.

Este tipo de desequilibrios en la cantidad de líquidos se puede producir por diversos motivos. El primero y más fácil de identificar es la propia pérdida manifiesta de líquido, ya sea mediante la sudoración o diarrea, que son los más habituales. Luego tenemos la retención de líquidos que se produce por dos motivos fundamentales. Por un lado, puede deberse a un cambio brusco de la relación sodio-potasio en el cuerpo, derivado habitualmente de la ingesta de más sal de la cuenta, y por otro lado tenemos el almacenamiento limitado de glucosa del que es capaz nuestro cuerpo y para el que necesita aproximadamente almacenar el triple de agua que de glucosa. Este último caso, el más peligroso para los intereses de los que quieren perder grasa, se da cuando interrumpimos súbitamente la cetosis para realizar unas cuantas ingestas cargadas de carbohidratos.

En definitiva, tomar una noche puntual arroz no te hará engordar, aunque te aumente momentáneamente el peso. Comer arroz cada dos por tres si hará que tu cuerpo convierta los hidratos sobrantes en grasa y la acumule ahí donde no quieres verla.

La [no] importancia del Desayuno

Desayuno Dulce

Desayuno Dulce

Uno de los grandes mitos de la nutrición es el que reza que el desayuno es la comida más importante del día. Este mito proviene de la teoría equivocada que dice que durante la noche agotamos nuestras reservas de glucosa y glucógeno y que al levantarnos sólo tenemos energía para los siguientes 15 o 20 minutos y por tanto necesitamos reponer energía y glucosa lo antes posible.

Como denuncia Jaime Brugos en su libro La Isodieta, esto es un absoluto disparate. Después de toda una noche descansando, nuestras reservas de glucógeno y glucosa están a tope, recién recargadas. Si estamos en cetosis, habremos conseguido convertir parte de nuestra grasa acumulada en glucosa y glucógeno  por lo tanto la estaremos usando como combustble. Basta con hacerse un análisis de sangre al despertarnos en ayunas para comprobar que en circunstancias normales el nivel de glucosa en sangre es el mismo que durante el resto del día. Esto es debido a que el cuerpo tiene mecanismos para mantener ese nivel en un valor constante, ya sea mediante el uso de los alimentos que ingerimos, ya sea mediante el aprovechamiento de las reservas que tenemos. Por lo tanto, no hay base científica alguna que respalde la afirmación de la importancia del desayuno.

El desayuno, desde un punto de vista nutricional, es igual de importante que cualquier otra comida, ni más ni menos. Lo que debemos de tratar en el desayuno -como en el resto de comidas- es ingerir la cantidad de nutrientes que  nuestras células necesitan para que se produzca la regeneración celular de la manera más óptima posible.

Lógicamente, estos elementos que necesitamos no están en los hidratos de carbono, sino en las grasas y proteínas que ingerimos. Ya lo he repetido varias veces pero no me cansaré de decirlo: en un tazón de cereales y leche desnatada hay poco más que agua y azúcar, mezcladas con proteínas de dudosa calidad de una leche que ha sido tratada de manera artificial para modificar sus ingredientes.

Al tomarnos unos huevos, algo de carne o de pescado para desayunar, estamos ingiriendo ácidos grasos esenciales y aminoácidos que son vitales para una correcta regeneración celular. Ahora no estoy hablando de adelgazar ni de perder peso, sino de seguir una alimentación que nos proporcione una salud de hierro a través de la nutrición. Si además. en el proceso. somos capaces de retrasar el envejecimiento propiciando una mejor regeneración celular, pues mejor que mejor.

Mis hijos han desayunado esta mañana huevos. Ni han tomado pan, ni cereales, ni por supuesto dulces, galletas ni pasteles. Han tomado leche entera y la única dosis de azúcar controlada que han tomado es la que incluye el Nesquik. Además de ser un desayuno infinitamente más nutritivo, les parece mucho más atractivo tomarse unos huevos para desayunar que unas tostadas de pan con margarina, galletas o cereales, como toman la mayoría de los niños.

ACTUALIZACIÓN 29/10/2013

En el programa Sano y Nutritivo de esRadio Málaga hablo en detalle de este tema con el conocido periodista Carlos Ferragut.



Las Necesidades de Azúcar

Lomos de Caballa Andaluza en Aceite de Oliva Virgen

Lomos de Caballa Andaluza en Aceite de Oliva Virgen

Estoy teniendo un interesantísimo debate en Facebook con mi amiga Pilar Mota sobre las necesidades de azúcar del cuerpo humano y me ha parecido buena idea resumir en esta entrada la postura que defiendo para compartirla con todo el mundo.

Todos hemos escuchado alguna vez la frase «el cerebro y los músculos necesitan azúcar», lo que ocurre es que muy pocos hemos investigado cuanto azúcar necesitan y de donde proviene dicho azúcar. En el libro digo que un tazón de leche con cereales es un magnífico desayuno… si se pretende correr la maratón de Nueva York pero desde luego para adelgazar o mantener la pérdida de peso no es lo más adecuado. En efecto, nuestras necesidades de azúcar son mucho más bajas para una vida cotidiana que lo que aporta dicho desayuno, o por ende, un vaso de zumo de naranja. Para mí, el desayuno de la foto que he hecho esta mañana, dos lomos de caballa andaluza en aceite de oliva virgen, es mucho más nutritivo, interesante y sabroso, por no hablar de que no contiene nada modificado genéticamente ni por supuesto azúcar, patata, maíz o soja añadida.

El debate empezó porque yo sostengo -y no soy el único- que nutricionalmente hablando, el azúcar que contiene una lata de refresco (unos 40 gramos) y el que contiene un vaso de zumo de naranja (unos 40 gramos también) son muy similares. Y es que tanto un tipo de azúcar como el otro aportan unas 160 calorías de energía vacía, sin nutriente. Me decía Pilar, con buena parte de razón, que los músculos y el cerebro necesitan «azúcar» para funcionar. Lo que ocurre es que las necesidades hay que matizarlas para comprender bien dónde está el error de percepción.

Empecemos con el cerebro. Lo que el cerebro necesita es glucosa y concretamente en un adulto, en circunstancias normales, unos 100 gramos al día. En procesos de pérdida de peso mediante cetosis, las necesidades bajan hasta los 40 gramos al día. Esto es debido a que el cerebro puede ajustar sus necesidades de nutrientes en función de la disponibilidad de los mismos. De hecho, el organismo es capaz de adaptarse a las circunstancias para casi todos os tejidos. Los músculos, estrictamente hablando, no necesitan glucosa. Es su combustible preferido, pero pueden utilizar otros combustibles adicionales (procedentes de grasa y derivados). El cerebro, por cierto, también utiliza otro combustible mucho más eficiente que la glucosa: los cuerpos cetónicos. El corazón, por cierto, también. De hecho, estos cuerpos cetónicos se han demostrado útiles en el tratamiento de enfermedades en las que el cerebro no puede asimilar adecuadamente la glucosa, como el Alzhemimer. Por lo tanto, el estado de cetosis y los cuerpos cetónicos no sólo son interesantes para adelgazar en procesos de pérdida de peso controlados, sino que además son interesantes para muchas otras patologías, especialmente la epilepsia infantil.

A lo que iba, los 40 gramos que mi cerebro necesita al día de glucosa los puede obtener directamente de mi organismo mediante un proceso llamado neoglucogénesis (creación de glucosa nueva). Por lo tanto, no necesito tomar nada de azúcar al día (ni por consiguiente hidratos de carbono de ningún tipo) para que mi cerebro rija de manera adecuada. En cuanto a los 100 gramos de glucosa en condiciones normales, entre la neoglucogénesis, el glucógeno almacenado en hígado y músculos y unas cantidades mínimas de hidratos ingeridas al día, tendremos cubiertas las necesidades del cerebro de sobra.

Ahora vamos con los músculos. Los músculos necesitan glucógeno para funcionar. El glucógeno es, por hacerlo sencillo, la glucosa que puede almacenar nuestro organismo (que es muy poca) en el hígado y los propios músculos. Se genera en el propio hígado y no proviene necesariamente de la ingesta de azúcar. Cuando la reserva de glucógeno se agota, el músculo falla. Por ejemplo, si hacemos un ejercicio de levantamiento de cualquier peso de manera continuada, llevaremos al músculo a agotar la reserva de glucógeno y este fallará, evitando que podamos realizar una repetición más. Esta es la técnica para aumentar masa muscular que realizan los culturistas. Como dice Arnold Schwarzenegger, «cuando crees que ya no puedes más, cuando el músculo te falla, es esa última repetición la que te hace ganar masa muscular». Ahora bien, si después de haber fallado el músculo esperamos un minuto o dos, comprobaremos que de nuevo podemos realizar repeticiones (en culturismo se habla de otra serie).

Esto es debido a que el hígado ha vuelto a producir glucógeno que se ha enviado a los músculos, y todo ello sin consumir un sólo gramo de azúcar en el proceso… Si no me cree, coja cualquier libro pesado y haga repeticiones de bíceps levantándolo y bajándolo hasta que no pueda más. Llegará un momento en que el músculo le falle, puede que con un pequeño calambre o temblor, y tenga que parar. Sin embargo, comprobará que pasados un par de minutos o tres, puede volver a empezar sin la necesidad de ingerir azúcar alguna… Ahora, para llevar la prueba al límite, pase todo un día sin ingerir hidratos de carbono de ningún tipo, comiendo sólo proteína y grasa. Con ello agotará sus reservas de glucógeno (unas 900 calorías más o menos) y vuelva a probar el ejercicio. Verá que sin haber ingerido azúcar sus músculos siguen funcionando… y su cerebro también.

 

Los Falsos Amigos no te ayudan a adelgazar

Sushi

Sushi

En el estudio del lenguaje, los falsos amigos son palabras en un idioma que se parecen a otras palabras en otro idioma, pero que tienen distinto significado. Se las llama falsos amigos porque incitan a pensar una cosa cuando en realidad significan otra. Así, por ejemplo en inglés «constipated» no significa «constipado» en español, sino diarrea y en italiano «aceto» significa vinagre en español y no «aceite».

Hay que tener cuidado a la hora de escoger los alimentos que ingerimos como parte de nuestro plan nutricional porque los falsos amigos nutricionales están presentes por todas partes. Uno de los errores más comunes es pensar que el Sushi, que tan de moda está, es una comida libre de hidratos de carbono y azúcar.

Yo soy un enamorado del Sushi. Me encanta comerlo pero también disfruto haciéndolo. Comencé a hacerlo hace diez o doce años, antes de que se pusiese tan de moda como ahora. Esa foto que he puesto ahí arriba es de unos platos de Sushi hechos por mí en mi casa. Además de los hidratos de carbono presentes en el arroz (85 gramos cada 100 gramos de producto), que ya es una barbaridad, para preparar el arroz se utiliza vinagre de sushi. Mucha gente confunde el vinagre de arroz con el vinagre de sushi. El vinagre de sushi lleva vinagre de arroz, pero también lleva una cantidad muy considerable de azúcar blanco. En la receta del prestigioso Sushi Chef Nobuyuki Matsuhisa, 300 ml de vinagre de arroz llevan unos 150 gramos de azúcar blanco (casi la mitad del total) y además otro poco de mirin, que es un licor con bastante alcohol y sus correspondientes hidratos de carbono.

De modo que, estando tan bueno como está, el sushi no es ni por asomo una comida libre de hidratos de carbono, sino más bien todo lo contrario y por lo tanto no es muy adecuada para incluirla en planes nutricionales que persiguen la pérdida de peso. En el libro hablo de algunas obviedades como los cereales de desayuno con leche desnatada, que distan mucho de ser sanos y nutritivos como nos quieren hacer creer, pero no es ni mucho menos el único caso de falso amigo. Con esto no estoy diciéndole que deje de comer sushi, le estoy diciendo que no se crea, cuando come sushi, que ha comido una comida ligera, sana y nutritiva, pues de ligera no tiene nada, de sana regular y de nutritiva en función de si le han puesto pescado de verdad o por el contrario lo han realizado con sucedáneos cargados de fécula de patata como los palitos de mar.

Mi consejo para adelgazar: dentro de lo posible tome Sashimi, que es un corte de pescado para Sushi sin arroz. Pruebe algún día a mojarlo en un buen aceite de oliva virgen extra en lugar de salsa de soja. Le sorprenderá y no tiene sal, con lo que no le hará retener líquidos. Y recuerde, no es oro todo lo que reluce, así que antes de juzgar la idoneidad de un alimento, verifique cómo está hecho y cuales son sus valores nutricionales.

Paciencia y Eficiencia para adelgazar

Rodando en Montablanco (Huelva)

Rodando en Montablanco (Huelva)

Mañana se cumplirá una semana desde que se publicó el libro y apareció en Amazon. En esta semana he recibido bastantes llamadas de amigos que se han decidido a comenzar una rutina nutricional que les permita perder peso y mejorar su salud. Todos y cada uno de ellos me han contado los kilos que llevaban perdidos en sólo una semana y habiendo empezado algunos incluso antes de acabarse el libro. Unas noticias que sin duda me llenan de alegría al comprobar que he sido capaz de explicarme lo suficientemente bien como para que los demás puedan replicar lo mismo que yo hice.

El caso de esta mañana es sorprendente. Me llama un buen amigo preocupado porque cree que no pierde el suficiente peso. Empezó el lunes, así que esta mañana, jueves, llevaba 3 días completos. ¡Ha perdido 1,9 Kg y me dice que cree que no es suficiente! La alimentación y el metabolismo juegan la baza más importante en la lucha contra el sobrepeso, pero no se pueden pedir milagros. 1,9 Kg en 3 días, de mantenerse el ritmo (algo absolutamente imposible) es 0,65Kg al día de pérdida, lo que en un mes supondría 19,5Kg de pérdida de peso.

El cuerpo humano sólo puede deshacerse de una parte de la grasa que tenemos acumulada por día, y esa grasa oscila entre 150 y 300 gramos, en función de la actividad física y la cantidad de ingestas. Pretender perder más de medio kilo al día es poco realista. Cuando yo perdí 35 kilos en 4 meses lo hice a un ritmo medio de 290 gramos diarios entre grasa, agua y cualquier otro tejido, y es francamente complicado perder más de ese peso de media diaria. Como recordará del libro, en los cuatro meses tan sólo hice una excepción a mi rutina nutricional. El resto de días me mantuve firme en mi objetivo.

Por eso quiero recordaros a todos que hay que tener paciencia y demostrar la eficiencia a diario. La eficiencia del plan es tan alta que se puede medir a diario, sin tener que esperar días o semanas para ver resultados, pero el cambio diario no puede ser superior a esas cifras que he dado. El último día que estuve corriendo en moto, el mes pasado, en el circuito de Monteblanco en Huelva, mi cambio de peso después del entrenamiento fue de -2,5Kg, pero como es lógico, la mayor parte de esa pérdida correspondía a agua y minerales. De hecho, perdí tantos minerales que pasé una noche terrible de calambres musculares porque cometí la torpeza de no tomarme una fórmula reconstituyente con las prisas por recoger y volver a casa cuanto antes.

Lo dicho, tenemos que marcarnos objetivos razonables de entre 200 y 400 gramos diarios totales de pérdida, tratando que la mayor parte de la pérdida sea grasa y no pretender adelgazar en unos pocos días el peso que llevamos años acumulando.

La Nutrición en Harvard

Logo de la Universidad de Harvard

Logo de la Universidad de Harvard

Ayer aparecía la noticia en El Mundo que el eminente cardiólogo especialista en Nutrición y codirector del programa de Epidemiología Cardiovascular de la Universidad de Harvard, Dariush Mozaffaria estaba en España para participar en el Congreso Internacional de Nutrición que acaba de terminar en Granada. Como no leo la prensa por principios, debo agradecer a Daniel Rivera Codina que se acordase de mí  y me mandase el enlace 🙂

Le presentan en el artículo como enemigo acérrimo de los Carbohidratos y cereales refinados. Y es un cardiólogo más que se une a la defensa de las grasas y el ataque a los hidratos de carbono. Son ya muchos los cardiólogos, sobre todo fuera de nuestro país, que han dejado de recomendar suprimir la ingesta de grasa. Al contrario, han empezado a recomendar a sus pacientes que tomen grasas saludables.

También en nuestro país, sobre todo en el norte, conozco ya a varios cardiólogos que recomiendan abiertamente el consumo de aceite de coco, una grasa saturada que ha sido erróneamente etiquetada como poco saludable cuando en realidad le ocurre todo lo contrario, es altamente beneficiosa para el organismo.

Uno de los conceptos de los que hablo en el libro y en sus anexos es el de la demonización injustificada de las grasas y el colesterol. En mi caso, es precisamente cuando comienzo a ingerir grasas de manera habitual y elimino de mi dieta los hidratos de carbono cuando mi salud cambia radicalmente -como puede ver revisando mis analíticas. Sin embargo, sigo encontrándome en cada esquina a profesionales de la salud que se han quedado anclados en conceptos igual de erróneos que antiguos.

Si quiere adelgazar de manera sana, debe limitar la ingesta de carbohidratos y controlar las cantidades de proteínas y grasas que toma en cada ocasión. Incluso si no quiere perder peso, los beneficios de seguir una dieta baja en hidratos de carbono son enormes para la salud. El proceso de pérdida de grasa y la mejora de su salud comienza de este modo. Si no me quiere creer a mí, crea a este señor, que supongo que no tendrá ese cargo en Harvard por casualidad.

 

Comer sin Ansiedad para adelgazar

Comer sin Ansiedad

Comer sin Ansiedad

Ayer me preguntaba un amigo que quiere adelgazar qué podía comer entre horas para llegar sin ansiedad a la siguiente comida. Lo cierto es que una de las claves para perder peso de manera eficaz sin pasar hambre es organizarse bien las comidas y no comer con ansiedad. En efecto, comer con ansiedad nos hace comer más, masticar menos y, en general, dificulta el proceso de adelgazamiento.

El caso es que más que preguntarnos qué podemos comer entre horas, lo que tenemos que procurar es comer tantas veces que no nos de tiempo, literalmente, a comer entre horas. Como digo en el libro, el cuerpo humano  puede asimilar suficientes nutrientes en una ingesta para funcionar correctamente durante dos o tres horas. De hecho, el ser humano, cuando nace, pide comida cada dos o tres horas y somos nosotros, a base de entrenamiento, los que prolongamos los períodos de ayuno hasta las seis, siete o incluso ocho horas.

En el libro sobre la Isodieta de Jaime Brugos, uno de los puntos más importantes para alcanzar la nutrición óptima de la que él habla es organizarse bien las comidas y comer cada tres horas más o menos. Cuando yo me puse a seguir su plan nutricional comía 7 veces al día, cada dos horas y media aproximadamente, y así logré perder 35kg en unos meses. Ahora como entre cinco y seis veces para mantener mi peso.

¿Qué se esconde detrás de esta práctica? En realidad son varios los beneficios que se desprenden de comer cada dos o tres horas. En primer lugar, el hacer comidas continuas cada pocas horas nos permite tener un aporte óptimo de nutrientes (siempre que esas comidas sean nutritivas) en sangre. Si estiramos los ayunos, habrá muchos momentos del día en que nuestras células no dispongan de todos los nutrientes que necesitan para una óptima regeneración celular. En segundo lugar, al hacer más comidas diarias, las cantidades que ingerimos en cada comida son menores, con lo que se producen menos picos de azúcar en sangre y no se dispara la insulina al torrente, reduciendo el riesgo de contraer síndrome metabólico.

Además, al comer cada pocas horas conseguimos no llegar nunca a la siguiente comida con el estómago vacío y una sensación de hambre atroz. Esto se traduce, entre otras cosas, en que  desaparece la ansiedad por la comida y por ende comemos menos, no más de lo necesario. De este modo conseguimos adelgazar sin pasar hambre, que debe ser uno de los objetivos que cualquier persona que quiera adelgazar tenga que plantearse.

El único inconveniente que tiene comer cada pocas horas es que es necesaria una mínima planificación de la agenda diaria para o bien llevarse comida de casa o bien estar en sitios en los que acceder a la comida sea factible. Pero esta planificación, desde ahora le aseguro, que además de ayudarle a perder peso le ayudará en sus obligaciones diarias. Incluso si no quiere perder peso, pruebe a comer unas cuantas veces más al día y pronto descubrirá que se siente mejor y más energético.

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Lanzamiento Explosivo

Número 1 de Amazon Gratis

Número 1 del Top 100 de Amazon Gratis

Cuando lancé este libro al mercado hace apenas unos días, jamás pensé que en menos de una semana se habrían distribuido cerca de mil copias, entre formato papel y electrónico, pero así ha sido. Gracias en buena medida a la promoción de Amazon que puso el ebook como gratuito durante 3 días, y al impagable cariño con que mis amigos y conocidos se han dedicado a promocionarlo en las redes sociales, el libro Adelgazar sin Milagros se convirtió ayer domingo 22 de Septiembre en el número 1 de descargas en amazon.es, a la cabeza de la lista del top 100 de libros gratuitos más descargados.

En estos días, además de en España, se han realizado descargas desde las webs de Amazon en los países más importantes del mundo como Estados Unidos, México, Alemania, Italia y Brasil e incluso me han propuesto traducirlo al inglés y al árabe para llevarlo a los países del golfo.

Algunos de los lectores ya me están contactando con preguntas adicionales y me sorprende la rapidez con que algunos se han leído el libro en tan sólo dos o tres días. En realidad, me alegra bastante porque me indica que les ha parecido lo suficientemente interesante como para leérselo del tirón. Tengo que decir que estoy bastante contento y satisfecho con el resultado del lanzamiento. De consolidarse estos datos, las cifras de venta pueden ser lo suficientemente buenas como para empezar a preparar el siguiente libro.

Mi intención cuando escribí Adelgazar sin Milagros, desde el primer momento, ha sido ayudar a que las personas puedan mejorar su nutrición, perdiendo grasa y ganando masa muscular, aportando para ello todo lo que he aprendido en mi camino y nada me haría más feliz que averiguar que he ayudado a otras personas a superar un problema que, aunque no queramos reconocerlo, es bastante grave.

Quiero aprovechar para contestar abiertamente a los que me habéis preguntado acerca de las distintas versiones de la portada. El libro está disponible en 3 formatos distintos: formato electrónico, formato papel de Amazon y formato papel propio con cubierta de solapas. Por ello, para el lanzamiento, hemos tenido que preparar tres portadas de manera simultánea con distintos formatos. Sin embargo, en los próximos días unificaremos el formato para que todas tengan el mismo estilo, colores y fotos que el que aparece en la cabecera de esta web.

 

 

El Lobby del Azúcar

En el libro Adelgazar sin Milagros hablo en repetidas ocasiones del azúcar. No voy a repetirme en este blog acerca de los devastadores efectos que el azúcar produce en nuestro organismo, pero si quiero comentar hoy brevemente el video que os dejo a continuación. En nuestra querida Europa no mandan los ciudadanos, ni siquiera mandan los políticos. Desgraciadamente, quien dirige lo que ocurre con nuestra salud de manera absolutamente inconsciente son las grandes multinacionales del sector agroalimentario. Quien no me crea, que vea el reportaje y compruebe en manos de quienes estamos. El final, en el parlamento europeo, pone los pelos de punta.

El documental demuestra de manera clara cómo las recomendaciones que realizan los políticos referentes a nuestra salud se basan en estudios que financian interesadamente las empresas del sector agroalimentario y puede observarse como los «expertos nutricionistas» que dan su opinión día si día también en televisión, están a nómina de estas mismas empresas.

Un plan nutricional eficaz para adelgazar perdiendo la grasa que tenemos acumulada debe ser muy bajo en hidratos de carbono y absolutamente libre de azúcar refinada, algo que, a tenor de lo que vemos en este video, cada vez va a ser más difícil de conseguir. Recuerde, el azúcar es una droga, y la droga mata.