La importancia de la grasa dietética está fuera de toda duda. Durante tres o cuatro décadas hemos estado escuchando que la grasa era muy mala para nuestro corazón y que podía «atascar» nuestro sistema circulatorio. Bajo el paraguas de este mantra han surgido cientos si no miles de productos «light» que prometían ayudarnos a adelgazar e incluso mejorar nuestra salud a base de reducir o incluso eliminar la grasa de nuestra dieta. Los productos desnatados llegaron a su clímax en el mercado al final de los años ochenta y todavía hoy siguen siendo muy populares. El otro día fui a comprar un queso batido para ilustrar esta receta que publiqué la semana pasada y no fui capaz de encontrar un queso batido con grasa, algo que me parece realmente lamentable, siendo como es la grasa el principal ingrediente del queso.
En el año 2006 se publicaron las conclusiones de uno de los estudios sobre nutrición más importantes que jamás se hayan diseñado. Se trata de la «Women’s Health Initiative», que se llevó a cabo durante ocho años con un presupuesto de 415 millones de dólares. Uno de los objetivos de este estudio era precisamente demostrar que una dieta reducida en grasas mejoraba la salud de las mujeres, y para ello se diseñó una dieta en la que se aumentaban los carbohidratos y se reducían las grasas. Aunque parezca poco razonable, esa es la dieta que llevan precisamente la mayoría de las personas de nuestro entorno: entre un 60 y un 70 porciento de carbohidratos, entre un 20 y un 25 porciento de proteína y entre un 5 y un 10 porciento de grasa. A esto le llaman en los colegios la pirámide nutricional y lo vienen a reducir diciendo que debemos tomar de 6 a 7 raciones de cereales y 5 raciones de frutas y verduras al día, algo no tiene ni pies ni cabeza desde un punto de vista netamente científico, entre otras cosas porque una ración de espinacas hervidas y una ración de zanahorias hervidas -por poner un ejemplo- no se parecen químicamente en nada y por lo tanto el efecto que tienen en nuestro cuerpo es absolutamente distinto.
Pero lo curioso de este estudio es que sus resultados no demuestran los efectos «nocivos» de la grasa que se pretendían demostrar. Más bien al contrario, lo que muestran es que la evidencia científica no respalda la hipótesis. Eso sí, 415 millones de dólares, casi 49.000 mujeres examinadas y ocho años después, como aparentemente no fue suficiente, los autores acaban diciendo que se necesitan más estudios (y más millones y más años supongo) para encontrar esta relación entre el consumo de grasa y la enfermedad, añadiendo más cambios a la base de la dieta, o sea, a la dichosa pirámide.
Esta dieta pobre en grasas y rica en vegetales, frutas y granos no redujo los riesgos de sufrir enfermedad coronaria, cardiovascular o infartos en las mujeres post-menopaúsicas objeto de este estudio. Si eres mujer, también te interesará saber que este estudio tampoco encontró relación positiva alguna entre la reducción de grasa en la dieta y la incidencia del cáncer de pecho o del cáncer colorectal en estas mujeres que se sometieron a la dieta low-fat. Las «buenas noticias», según leo, es que estas mujeres no ganaron una cantidad estadísticamente significativa de peso, aunque aparentemente tampoco lo perdieron, algo que desde luego echa por tierra la idea de que no comer grasas adelgaza. Si después de 8 años comiendo muy poca grasa no has conseguido adelgazar, probablemente no se trate del camino idóneo para perder peso, algo que por otro lado ya he explicado hasta la saciedad en el blog y en mi libro Adelgazar sin Milagros.
Mi propia experiencia en este sentido viene a corroborar lo que este estudio demuestra. Después de estar años evitando las grasas y tratando de alimentarme adecuadamente acabé pesando 113 kilos y tomado seis o siete medicinas al día para paliar todos los síntomas que sentía. Por el contrario, en sólo 4 meses de aplicar unos principios nutricionales diagonalmente opuestos a estos, perdí 35 kilos y recuperé mi salud, dejando de tomar todas estas medicinas. ¿Casualidad? Veamos otros estudios científicos a ver que dicen al respecto.
En este estudio, financiado por el Instituto Nacional de la Salud Norteamericano y realizado por las Universidades de Temple, Colorado y Pennsylvania, y publicado en 2010 en Annals of Internal Medicine, se analizaba la diferencia para la salud entre seguir una dieta baja en grasas y otra baja en carbohidratos. Durante los seis primeros meses, lo sujetos que seguían una dieta baja en carbohidratos redujeron su presión diastólica, sus valores de VLDL, sus triglicéridos y en general mejoraron las analíticas en todos los factores de riesgo cardiovascular superando en cada caso a los sujetos que seguían una dieta baja en grasas. Por el contrario, los sujetos que siguieron una dieta muy baja en grasas que podemos leer en este estudio empeoraron en todos los factores de riesgo cardiovascular.
Aunque algunas pautas nutricionales se basan más en el índice glucémico de los alimentos que en su aporte total de carbohidratos, lo que demuestran los estudios es que, a la larga, no es suficiente con consumir alimentos de bajo índice glucémico, sino que es necesario reducir el consumo de carbohidratos en general. Cuando comparamos dos grupos de sujetos con diabetes tipo II siguiendo ambas pautas lo que demuestra este estudio es que el 95,2% de los que redujeron los carbohdiratos lograron dejar de ingerir medicación para la diabetes mientras que sólo el 60,4% de los que vigilaban el índice glucémico de los alimentos pudieron dejar su medicación.
Pero reducir los carbohidratos -al contrario de lo que muchas personas creen- no significa necesariamente incrementar el consumo de proteínas, algo que por otro lado no hay evidencia científica de que entrañe riesgo alguno para la salud sino más bien al contrario como podemos leer en este estudio. En realidad, el déficit de energía que creamos al reducir los carbohidratos en la dieta debe suplirse con energía procedente de la grasa. En primera instancia, y si así lo necesitamos, utilizaremos la grasa corporal acumulada, adelgazando y mejorando nuestra salud, pero posteriormente incrementaremos el consumo de grasa para suplir el déficit energético, y siempre que no elijamos la grasa hidrogenada, podremos comer un razonable conjunto de grasas que incluyen tanto las de origen vegetal como las de origen animal y con los distintos grados de saturación que la naturaleza nos ofrece, pues debemos usarlas todas en la dieta.
Por lo tanto, si quieres comenzar a cuidarte, vigila la cantidad de carbohidratos que ingieres y no dejes de ingerir cantidades razonables de grasa. En la calculadora de nutrientes podrás ver la cantidad de proteínas y grasas que deberías comer al día de acuerdo con los valores establecidos en la Isodieta.
Buenas, Carlos, voy a empezar con la Isodieta, pero me asalta la duda sobre las grasas, se puede llevar control de las proteinas por ración, en mi caso 16 gramos y pasarse con las grasas por ración y compensarlas en otra toma o a lo largo del día?
Estoy leyendo el libro y necesito dejar 15 k por problemas de huesos donde encontraría la dieta apropiada,gracias
Carlos la marca Danone tiene un queso batido normal (no light) con el nombre de speissequark que yo uso para hacer una tarta de queso alemana. Espero que sea lo que estás buscando.
Saludos
En mi casa creen que me va a dar algo de comer grasas y no ingerir carbos, ojalá algún día todos sepan la verdad y diré: Os lo dije.
En un mes, peso 9 kilos menos mi salud ha mejorado, sobretodo la mental, apenas me duelen las piernas, duermo mejor, y lo más importante para mi, ronco más flojo.
Ésta dieta es prácticamente la panacea, de verdad que quitarse de los hidratos de carbono te cura.
Hola Carlos,
He empezado la isodieta hace 3 días. Tengo 25 años mido 1.80 y pesaba 149.6 (Casi nada…). LLevo 3 días con la dieta y ya estoy en 147.8, aunque supongo que casi todo sera agua porque no paro de ir al baño.
Lo más complicado de la dieta es tener que estar siempre muy atento a que no te cuelen hidratos de carbono. Porque no puedes comprar ni queso, jamon, pechuga, etc. sin que te la cuelen si no estás atento.
Hoy me he comprado unas tiras para ver si había entrado en cetosis y las tiras salían de un lila débil, osea que estoy en cetosis, pero leve. Mi pregunta es ¿Va aumentando progresivamente el nivel de cetosis o debería ser mayor desde que entras?
Los hidratos de carbono los tengo reducidos a máximo unos 15g al día y porque se me cuelan en algunas cosas (lechuga, queso fresco…)
Otra duda es con la Coca Cola zero y demás refrescos con todo a 0. He leido que algunos edulcorantes confunden al sistema y este segrega insulina y sales de cetosis aunque no hayas comido hidratos ¿Hay algo de cierto en esto?
Un saludo. Espero es unos meses poder compartir contigo una bajada drástica de peso.
Hola Adrián y ánimo en la aventura. Seguro que te va bien! Las tiras son solo una ayuda visual. En breve aprenderás a diferenciar cuando estás en cetosis, pero ya te adelanto que si has orinado mucho es que estabas entrando en cetosis. Al agotar las reservas de glucógeno se libera el agua intramuscular asociada a estas y una vez se agotan las reservas, la fuente de energía pasa a ser la grasa acumulada. Las tiras no te indican que estés en cetosis, sino que estás expulsando un exceso de cuerpos cetónicos. Si tu cuerpo no genera un exceso, difícilmente lo puedes expulsar. Sigue así y seguro que los resultados no tardan en llegar. En cuanto a los edulcorantes, es cierto lo que dices, pero solo le ocurre a un grupo reducido de personas. Si tomas edulcorantes, vigila tus resultados para entender si a ti te ocurre o no.
Saludos,
Carlos
Gracias por responder.
Carlos, una pregunta ¿Bajaste mucho al principio? Los primeros 3 días bajaba de medio de 800g a un kilo al día.
El cuarto y el quinto sigo bajando pero solo 300g cada día. Sé que no hay que obsesionarse con esto y que habrá días que bajes más y otros menos, pero me es curioso porque a mi me sobran unos 60 kilos y esperaba que al principio se bajara más por sobrarme tanto.
De todas maneras, como digo, aún es poco tiempo para sacar conclusiones. Pero me gustaría saber tu opinión.
Un saludo y gracias!
Hola Adrián,
Como explico en el libro, es metabólicamente imposible bajar más de 250-300g de grasa al día, y eso ya es todo un logro. Al principio perdiste el agua que acumulabas con el glucógeno muscular, pero al agotarlo y entrar en cetosis comienzas a perder grasa. En cualquier caso, si logras perder de media 250g al día podrías perder unos 7,5Kg de grasa al mes, que pueden llegar a ser hasta 10Kg de masa corporal, unas cifras que muchas personas tardan todo un año en ver 😉
Saludos,
Carlos
Totalmente de acuerdo. Yo igual que carlos llevo un año y cinco meses con este tipo de alimentacion. Y no tiene nada que ver mi estado de salud al actual. He pasado de analisis de sangre realmente alarmantes en todos los parametros a ser perfectos. Y en cuanto a vitalidad y energia. Creo que NUnca me habia encontrado mejor. Digo nunca. Porque desde niño he sido obeso siempre cansado y deprimido. Y desde que cambie la alimentacion he vuelto a nacer. Gracias a Carlos y a Jaime Brugos. Me han abierto los ojos
Carlos, buenas tardes, en el supermercado Lidl hay queso batido sin 0% grasa, es queso batido normal, pero lleva leche desnatada o semi, no recuerdo bien. Saludos.